+”And I
don’t want the world to see me, cuz I don’t think that they’d understand”- seguí
la canción, con el mismo tono de voz que él.
No sabía que hacer. Bueno sí, pero lo que yo quería hacer no
podía. Aunque no dejábamos de mirarnos.
De repente se escuchó un portazo y Jay y yo nos levantamos
de un brinco. Era Mac que llegaba de cenar con las chicas.
+ ¡Hola Elena, hola Jay! ¿Qué, has conseguido quitarle la
resaca?- dijo gritando mientras estaba en la cocina cogiendo una cerveza.
¡LA MATO! ESTA NIÑA QUIERE QUE LA MATE- Pensé muerta de la
vergüenza.
-Eso parece- dijo Jay- ¿sigues teniendo resaca?
+La verdad es que no. Hace ya tiempo que se me quitó.
-Te lo dije.- me dijo sonriendo. Aquella sonrisa…- Bueno ya
que ha llegado Mac y que puede cuidarte ella creo que ya puedo irme, que ya
mismo es la fiesta y tenemos mucho que preparar.
+Si necesitas ayuda llámame, que sabes que me tienes para lo
que quieras.
-Te tomo la palabra. Aunque me he enterado de que Nathan si
que tiene a Mac para lo que quiera ¿verdad?
- dijo devolviéndosela a Mac.
La cara de ella era un poema. Al parecer no era yo la única
a la que Nathan tenía informada de sus citas con Mac.
+ ¡Idiota! ¿No tenías que irte eh?- le dijo Mac colorada
como un tomate.
-Cierto. Buenas noches.
+Te acompaño a la puerta, vamos.- le dije levantándome del
sofá.
-Ten cuidadito con el coche. Buenas noches, y ya sabes si
necesitas ayuda llámanos.-después le di un abrazo muy fuerte.- Me lo he pasado
genial contigo. Gracias.
+Yo también me lo he pasado muy bien. Gracias a ti pequeña,
me han encantado los regalos y sé que a
Naytiri también le va a encantar. Te
veo el sábado.
Me dio un beso en la nariz y se fue.
Cerré la puerta y me apoyé detrás de ella, pensando en el
beso y en aquella noche tan perfecta que acabábamos de pasar. Cada vez que
estaba con Jay me sentía como en el cielo.
Esa noche me acosté con una sonrisa en la cara de oreja a
oreja. Ya no tenía mas dolor de cabeza, pero si que por ella pasaban y
repasaban todos los momentos de esa noche. Cuando me abrazaba para ver la
película, la guerra de cosquillas, su carita al ver los regalos. Y yo ni
siquiera podía besarle. Era simplemente su amiga. Él no sentía nada más allá de
una bonita amistad por mí.
Llegó un nuevo día, y como Mac ya iba a ser oficialmente la
acompañante de Nathan para la fiesta decidimos ir a comprar ropa para la
ocasión. El lugar más cerca de casa era Oxford Street, así que fuimos allí.
Estuvimos toda la mañana de tienda en tienda, buscando algún
vestido bonito. Nos probaríamos como doscientos vestidos sin exageración
alguna. Pero todavía no habíamos encontrado el ideal para aquel momento tan
importante. Teníamos que ir perfectas para acompañar en aquel día perfecto a
nuestros cinco chicos perfectos.
Cuando estaba esperando que Mac saliera del probador con un
vestido rojo, noté que mi bolso vibraba, me estaban llamando. Pensé que era Jay
que necesitaría ayuda para la fiesta, pero no.
-¿Puedes salirte fuera de la tienda?
+No, que quieres. Y ¿cómo sabes donde estoy?
-Te estoy viendo por el escaparate. Salte anda.
Le dije a Mac que ahora volvía que tenía que resolver un
asunto fuera.
Salí de la tienda indignada.
+ ¿Qué quieres a ver?
-Hablar contigo. Vengo en son de paz.
+Me da igual cómo vengas, creo que no tenemos nada de lo que
hablar Alex.
-Sé que me has echado de menos tanto como yo a ti. No puedes
remediarlo. Sientes algo por mi, lo sé lo siento cuando me miras.
Entonces me agarró la cara, me atrajo hacia él y me besó.
Justo entonces, y sin que yo lo supiera en ningún momento,
Jay había girado la esquina. Se había escapado para darme una sorpresa y
traerme un regalo. Pero justo vio la parte del beso, y cuando la vio, dio media
vuelta y se fue por donde había venido.
+ ¿Eres gilipollas o que? ¿Qué coño te crees que haces?- le
grité a Alex y le di una bofetada.- Alex no siento absolutamente nada por ti.
Ya no. Lo intenté pero no ibas a mi ritmo, ni me lo respetaste y no voy a
consentir que nadie me diga qué tengo que hacer o sentir. No voy a dejar que
nadie dirija mi vida y menos un tío.
-No sabes lo que dices Elena.
+Si, si que lo sé Alex. Perfectamente. Y ahora largo de mi
vista, no quiero volver a verte nunca más.
Me di media vuelta y volví a entrar en la tienda. Mac lo
había visto todo. Pero no me dijo nada, solo se sentó a mi lado y me abrazó.
Ella seguía con aquel vestido rojo puesto.
+Mac, ese es tu vestido le dije. Pareces… tía estas
perfecta.
Mac llevaba un vestido rojo palabra de honor que se ajustaba
a su perfecto cuerpo. Yo, al final terminé por elegir un vestido negro de una
sola manga larga que llevaría con algún complemento en el pelo y unos zapatos
bonitos.
Cuando llegamos a casa ya se nos había hecho hasta de noche,
y al día siguiente sería la fiesta de presentación del nuevo single de los
chicos así que teníamos que ir descansadas y bonitas para ellos, por lo que nos
fuimos directamente a dormir.
Un día nuevo llegó a la gran ciudad. Mac y yo nos levantamos
tempranísimo por los nervios. Mary nos dio aquel día de descanso para poder
preparar con tiempo todo para la fiesta. Le mandé un mensaje a Jay de buenos
días deseándole lo mejor para esta noche, que estaba muy orgullosa de él y de
los chicos y que tenía muchas ganas de verle.
No me contestó.
Le mandé unos cuantos mensajes más a lo largo del día para
que me fuera informando sobre cómo estaba yendo todo.
No me contestó.
Me estaba preocupando por que no sabía nada de él pero Mac
acababa de hablar con Nathan y me dijo que todo estaba yendo sobre ruedas, que en
una hora él y Jay estaría en casa.
¡Tan sólo nos quedaba una maldita hora! Ni siquiera me había
dado cuenta, estaba preocupada por Jay, no sabía por qué no contestaba a mis
mensajes. Y si hubiera perdido el móvil Nathan me lo habría dicho.
Bueno, el caso, no estaba preparada, no tenía nada
preparado, tan solo me había duchado nada más. Tenía que peinarme, vestirme y
pintarme, no me iba a dar tiempo…
Finalmente lo conseguí a cinco minutos de la hora a la que
habíamos quedado con los chicos, aunque con ayuda de Mac. Me alisé el pelo para
que se me viera mejor, me puse una cadenita en la cabeza para darle un toque
más vintage al look, me puse mi vestido negro con unos altos tacones negros, y
cogí un clutch negro con brillo.
-Estás increíble. Jay no se va a poder resistir.
+ ¡Qué dices idiota, no digas tonterías, ya te dije que sólo
éramos amigos! Por cierto, eres una zorra, tú si que vas guapa.
Mac llevaba aquel vestido rojo palabra de honor con el pelo
suelto y esos ondas tan bonitas alrededor de su cara, con unos labios rojo
pasión que le sentaban tan bien, ella si que estaba perfecta.
Sonó el porterillo, los chicos ya estaban abajo.
Cuando bajamos nos llevamos una gran sorpresa, ¡todos los
chicos habían venido a recogernos en una limusina!
Entramos en la limusina, dentro estaban también la novia de
Tom, Kelsey, con un precioso vestido clarito con pedrería, y Nareesha, la novia
de Siva con un vestido rosa palo que le sentaba como un guante.
Pasamos un gran rato en la limusina, corría el champán y las
risas. Jay ni siquiera me había dirigido la palabra. Entonces me senté como
pude a su lado y le agarré la mano.
+ ¿Estás nervioso? ¿No has hablado en todo el rato?
-No creas.- me dijo soltándome la mano y mirando hacia otro
lado.
+ ¿Qué te pasa Jay? ¿Estás muy raro?- le pregunté preocupada…
-Joder Elena, que no me pasa nada…
+Recibido comandante, me piro. Por cierto, si no quieres que
esté aquí me lo dices rápido que rápido me voy.
Me senté al lado de Max y Siva, pero no estaba enfadada,
estaba triste, preocupada por no saber qué le pasaba a Jay. No podía creerme su
actitud, se suponía que quería que estuviera allí…
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