Flashback.
Metimos todas las maletas en el
coche, aunque queríamos llamar a un taxi, Jay insistió en llevarnos, pero no me
parecía buena idea.
Nos acompañaron todos al
aeropuerto excepto Nathan, mejor, no me apetecía seguir viéndole la cara, y sé
que a Elena también le parecía bien que no viniera. Pero, antes de salir por la
puerta de casa de los chicos, pude escuchar cómo Nathan se despedía de
Nareesha.
-Cuídala como si fuera realmente
mía.- le dijo mientras le daba un fuerte abrazo y con la voz echa un nudo.
+No te preocupes, aunque sabes
perfectamente que ella sabe cuidarse sola.
El resto de los chicos sí que nos
acompañaron, nos montamos en el coche y fuimos directamente al aeropuerto.
Llegamos a la puerta de embarque, era momento de despedirse
de verdad de los chicos.
Max estuvo cerca de media hora dándole un fuerte abrazo a
Elena, mientras Jay miraba quieto y Siva y Nareesha estaban dándose un beso.
Yo me despedí de todos, excepto de Jay, no tenía nada más
que decirle, sobre todo al ser, de nuevo, el maldito motivo por el que Elena
cogía otro avión más.
Pero ella sí que se despidió de él. O él de ella mejor
dicho.
Jay se acercó a ella y la agarró de la cintura mientras la
miraba fijamente a los ojos.
-No huyas por favor.
+Esto no es una huida, cariño. Es una pausa.
La soltó y ella se giró y cogió sus maletas sin siquiera
mirarle. Se fue directamente a hablar con Kelsey.
-Perdóname.- le dijo Ele a Kelsey.
+No tengo nada que perdonarte Ele, solo quiero que esto se
solucione de una vez, hemos llegado demasiado lejos.
-Lo sé.- dijo dándole un abrazo.
Entramos en el avión, no había vuelto a coger uno desde el
día que llegamos a Londres y ahora estaba montada en una para huir de la mirada
que me dejó embobada nada más llegar.
Nos sentamos en nuestros asientos, Elena como siempre se
puso sus auriculares, le dio un besito a Nareesha y se giró para mirar por la
ventana. Ella siempre quería ese sitio. Pero en aquel momento teníamos que
mimarla un poco.
Yo, la imité, me sumergí en la música e intenté que ocupara
todos mis pensamientos, pero canción tras canción me daba cuenta de que era
imposible, así que, me rendí. Y recordé.
Quizá buscando dónde estaba el error.
El día que Elena me llevó a conocer la ciudad, cuando
topamos con aquellos dos chicos que nos hicieron caer por las escaleras, ese
maldito día en que se me quedó mirando por primera vez e hizo que me pasara el
resto del camino a casa pensando en sus ojos mientras Elena pensaba en... algo.
Nunca imaginé que aquel chico sería el mismo que haría que
me saltara todas mis reglas y me olvidara de todos mis principios y ¿para qué?
Y ahora que lo pienso, aquel día del restaurante, cuando
estaba cenando con Alessandro, era él, mentira, era su mirada. Nunca se fue
desde el primer día.
Recuerdo cuando Elena me presentó a los chicos en aquel
festival increíble, tocaba mi grupo favorito, al segundo lo reconocí. Lo bueno
es que, además de a él, conocí a los que serían mi única familia, aparte de
Elena. Eso idiotas habían sabido
ganarme. Todo era perfecto hasta que Jay y Elena empezaron con sus tonterías
con tal de no decirse " te quiero".
Una noche, después de que Elena lo dejara definitivamente
con Alex, Nathan y yo, que estábamos empezando con nuestras idas y venidas de
cama porque yo no era de relaciones y no iba a cometer la estupidez de empezar
una con él, convencimos a Jay de que se viniera a mi casa a dormir y poder
hablar los tres ya que ella había salido.
Estábamos los tres en el sofá intentando empezar una
conversación bastante larga.
-Jay ¿Qué te pasa?-Fue
Nath el que comenzó a hablar.
+Nada- Dijo sonriendo.
-¿Nada? ¿Seguro?-
Sabía que era mentira.
+Nada-
Contestó aun sonriendo como si no nos diéramos cuenta de que era falsa.
-Elena.- La nombré e
inmediatamente Jay se puso serio
-Menos mal que no era
nada. Bueno, ya vamos avanzando.- Dijo Nathan un poco sarcástico.
-Cuenta.- Le obligué,
no iba a levantarse del sofá sin aclararse.
+No hay nada que
contar.
-Podemos quedarnos aquí
toda la noche, pero no sabemos a qué hora volverá Elena, si prefieres puedes
esperarla y hablamos cuando ella esté delante.- La psicología inversa de Nathan
siempre funcionaba con Jay.
+Qué fácil lo veis
todo.
-Todo es más fácil
cuando lo sacas de dentro.- Le dije mirándolo a los ojos.
+Todo es más fácil con
Alcohol.- Dijo Jay en modo de indirecta.
-Todo es más fácil con
una rubia - Tenía razón, así que saque cervezas.
Nos sentamos en el sofá con un pack de cerveza encima de la
mesa y conseguimos que Jay hablara, le costó pero al final lo hizo, miró al
suelo, se puso las manos en la cara y habló sin mirarnos en ningún momento.
+Sí, es ella vale. Me
cambia. No sé qué me pasa...- Le estaba costando hablar pero lo necesitaba.
-Te gusta.- Fue el
mejor resumen que se me ocurrió
+Sí, o sea no, quiero
decir, no sé Mac es raro.
-Díselo.- Nathan no se
andaba con muchos rodeos.
+ ¿Tú eres tonto? Deja
de tomar tanto Té, te afecta. No puedo decirle algo que ni si quiera sé si
siento.- Ahí fue cuando Jay nos miró por fin, bueno miró a Nathan.
-Si sabes lo que
sientes lo que pase que eres como todos los tíos, un cobarde. Quien no arriesga
no gana cariño. Y tú puedes ganar.- Yo estaba segura de lo que decía, había
hablado con Elena, pero eso no se lo podía contar.
-¿Cómo todos los tíos?
Gracias cari.
-No me hagas hablar
Nath que ese no es el tema. Cari.
-Qué simpática
eres.-Le di un beso, se calló.
+ ¿Podéis volver a mí,
parejita? Gracias.
-Lo siento.- Dije
intentando que no se me notara la risa.
+Yo no estaría tan
seguro de que pueda ganar y menos después de lo que vi el otro día.
-¿Y qué se supone que
viste?- No sabía de lo que estaba hablando, hasta donde yo sabía Elena no había
tenido nada con nadie desde Alex,
+Nada da igual. -Se
tiró hacia atrás en el sofá y continuó bebiendo.
-No empieces con los
nada, Jay, que la noche se pasa.- Le dijo Nathan incorporando a Jay.
+Es que eso no
importa.
-Sí importa porque es
el motivo por el cual no le hablas a Elena ¿O me equivoco?
No contestó.
-Jay...- Insistió
Nathan.
Pero Jay bebió y no
contestó.
-Eso es un sí.
+Sí es por eso vale,
por sé que no tengo nada que ganar...
-¿Pero qué narices
viste, Jay? Porque si no lo dices nunca lo podrá rectificar o cambiar o lo que
sea.- Me estaba desesperando
+Es que ya no se puede
hacer nada, pasó y ya está, pero que no importa ya se dará cuenta ella sola.
-¿Cómo?- Nathan estaba
tan confuso como yo.
+No tengo más ganas de
hablar.
-Mira Jay sabes qué.
Haz lo que quieras pero no te quedes estancado en algo que pasó a lo que ni
siquiera das opción de explicar o lo que narices sea. Elena no es tú novia
porque tú no quieres saber si lo sería o no, porque tú no te arriesgas y
deberías hacerlo por lo menos para demostrarle que no eres un cobarde y que por
ella dejarías de serlo, pero tú mismo. Me voy a la cama. Buenas noches chicos.
-Me terminé lo que me quedaba de cerveza de un trago y me fui a mi habitación
algo molesta con Jay.
-Hazle caso, a veces
puede que se vaya de lista o que sea un poco repelente, pero sabe de lo que
habla. -Le dijo Nathan pensando que no lo oía.
-¡Te he oído Nathan!
-Uppss. -Rio- Buenas
noches Jay consúltalo con la almohada.
Nath se vino al cuarto conmigo y Jay se quedó en el sofá.
Pensando. Hasta que llegó Elena y por desgracia la muy idiota había decidido
precisamente esa noche olvidar sus problemas con su segundo mejor amigo y su
acompañante. Alcohol y Sexo.
La verdad es que parece que se lo pasó bastante bien. Se le
escuchaba más de lo que a Nath y a mí nos hubiera gustado oír, sobretodo porque
sabíamos que si nosotros la estábamos oyendo significaba que Jay también y, por
consiguiente, que se echaría atrás después de toda la conversación de apenas
unas horas. Ojalá le hubiera hecho efecto la cerveza y esté un sueño profundo,
de esos de borracheras que no te enteras de nada hasta que te da el sol de
pleno en la cara.