No pierdas la dignidad. Otra vez.
-¿Quién hay ahí?- preguntaron.
Yo no me enteré bien por el ruido del agua, y ya había
terminado de ducharme, así que salí de la ducha. Desnuda.
Grité cuando me di cuenta que había alguien en el baño, y
cogí lo primero que encontré para taparme. Desafortunadamente, lo primero que
cogí fue el rollo de papel higiénico, que no es que tapase mucho…
+ ¡QUÉ COÑO HACES AQUÍ! ¡NO SABES LLAMAR A LA PUERTA O
AVISAR JAY!
Jay empezó a reírse.
Vaya mierda de día.
-¿Qué de qué me rio? Solo hay que verte…
Seguía desnuda. Dato importante.
Busqué la toalla desesperadamente.
+ ¡No mires! Es más… ¿Qué coño haces que todavía sigues
aquí? ¡Vete!
-Tranquila leona… si tampoco hay nada nuevo… Lo que me
pregunto es qué te vas a poner ahora…
Cierto. No tenía ropa para cambiarme.
+Tú me vas a dejar algo.
-Solo porque no quiero que te resfríes, sino te dejaba bajar
así…
+Muy gracioso chico.
Le conté lo que me había pasado cuando llegaba a casa, me
dejó una camiseta y bajamos juntos al salón, donde estaban todos. Todos. Los
que nos habían visto bajar juntos, y yo vestida solo con una camiseta de Jay.
He de reconocer que me costó no recordar todos los momentos
que habíamos pasado juntos cuando olí su camiseta…
Entonces entró Kelsey Ann.
+ ¡Hola chic… ¿Qué?
Jay empezó a reírse.
+ ¿Qué hay aquí de gracioso Jay?- dijo Kelsey Ann cabreada.
-Pues que la idiota de Elena se ha caído viniendo a casa y
se le han roto todos los huevos encima… por eso le he dejado una camiseta, por
que me la he encontrado en el…
Lo interrumpí. El cómo sabía él aquella historia no era dato
que tuviera que saber Kelsey Ann.
+Si… soy así de lista…
No pensaba que Jay pudiera ser tan ignorante.
+Creo que debería llamar a Jeremy para que me traiga algo de
ropa.
La cara de Jay dejó de reír.
-¿Ya tiene las llaves de tu casa?- me preguntó.
+Jay, que te haya hablado antes no significa que vaya a
seguir haciéndolo.
-Pues devuélveme mi camiseta.
Lo miré desafiante y él no apartó la mirada.
Así que, me quité la camiseta despacio y se la tiré a los
pies. Solo llevaba puestas unas braguitas.
La cara de todos era… bueno, ninguno se lo podía creer. Siva
estaba atónito, Tom boquiabierto, Kelsey Ann estaba tan cabreada que se le
habían puesto rojas hasta las orejas, Jay, no fue capaz de tener ningún tipo de
reacción y Mac, le tapó los ojos a Nathan aunque este intentaba mirar. Y
después, desnuda, me senté en el salón con los demás.
Nathan me tapó con la manta. Mac se reía a más no poder.
-Eh…emmm… voy a subir mi cuarto y te dejo algo- dijo Tom
balbuceando.
+Gracias cariño.
-Jay, veo que sigues sin encontrar tu dignidad.- dijo Mac
aun riéndose.
Jay ni contestó ni dejó de mirarme.
+Jay… ya basta ¿no?- dijo Kelsey Ann dándole en la espalda.
-¿Qué?
Jay reaccionó y dejó de mirarme para mirar a Kelsey Ann. En
ese momento bajó Tom con la camiseta.
+Tom, esa camiseta es mía.- le dijo Jay.
-Joder… bueno Tom te acompaño a tu habitación y buscamos. –
Dije levantándome otra vez del sofá.
En ese momento llegó Max, que había ido a comprar tabaco.
-¿Elena?- dijo sorprendido.- ¿qué haces así?
+Le he devuelto a Jay su dignidad.
-Pues dame a mí la mía.- dijo riendo.
Me acerqué lentamente y le di un besito en la frente.
+Tom, ¿vamos?
La cara de Max ahora era incluso más de sorpresa que antes.
-Esta chica cada día me sorprende más.- Dijo entrando en el
salón.
+Pues no sabéis lo que os espera.-contestó Mac.
La habitación de Tom era un desastre, incluso peor que la
mía en época de exámenes. Pero aquel desorden me gustaba, era divertido. Un
calcetín colgado en el espejo, las camisetas formando una montaña en el suelo,
los zapatos bajo la cama, en su mesa, notas, partituras y regalos y frente a su
cama, su guitarra. En la pared, cientos de fotos con Kelsey y sus fans, incluso
había una foto nuestra. Y en su mesilla de noche, una lámpara, su iPod y una
caja de condones.
Tom empezó a buscar en su “armario” algo aceptable para
dejarme.
+Tom, no te molestes, lo que sea.- dije cogiendo una
camiseta del suelo.
-No, esa también es de Jay.- dijo cuando vio la camiseta que
había cogido.
+Joder, pues vamos a su cuarto y cogemos algo tuyo. -bromeé
-Prueba con esta.
Me dejó una camiseta de nirvana y unos shorts que se dejó
Kelsey.
+Gracias cariño.- le dije dándole un abrazo.
-De nada tonta. Bueno, creo que me voy a dar una ducha yo
también…
Cuando bajé y entré en el salón, Kelsey Ann sacó
automáticamente a Jay de allí. Yo, me senté con Nathan en el sofá.
+Así va el mundo.-Dije.
-¿Qué?- dijo Nathan.
+Que la gente exagera mucho, solo son tetas.
-Completamente de acuerdo.- Dijo Mac.
+Pues ya sabes Mac, libérate.- bromeó Nathan.
-Eso es lo que tú quisieras.- dijo ella.
+ ¿Qué me he perdido?- dije sorprendida.
-Nada…- dijeron los dos a la vez con caras sospechosas…
+ ¡Cómo que nada! Os estáis hablando… ¡Y sin discutir!
-Tus tetas cariño, que son las tetas de la paz.- dijo Mac.
+Pues me alegro. Aunque hablando en serio… ¿ya sois amigos
otra vez?
-No exactamente- dijo Nathan.
+ ¿Entonces?
-Puede decirse que somos algo más que eso…- dijo Mac.
+ ¿Bromeas?
-Creo que no…
Se me escaparon las lágrimas, pero a la vez me reía.
+Esta niña es tonta…- dijo Max riéndose.
-Lo sé- dije mientras seguía llorando y riendo a la vez.
+Por cierto, Jeremy ha llamado antes cuando tú estabas con
Tom.- dijo Max.-Le he dicho que venga a cenar.
Llamaron a la puerta.
Fui a abrir la puerta. Sabía que era él y tenía muchas ganas
de verle. Justo traía un montón de pizzas para cenar.
+Hola cielo.
-Hola preciosa ¿y esas pintas?
Yo empecé a reír.
+Una larga historia.- dije dándole un beso.
Jay y Kelsey Ann no bajaron a cenar, pero nosotros pasamos
una noche perfecta.
Cuando terminamos volvimos a casa, pero Mac dijo que se
quedaría en casa de los chicos a dormir.
+Buenas noches preciosa.
Antes de bajar del coche lo miré fijamente, recreándome en
su perfección.
-Sube conmigo.