PHOENIX

viernes, 30 de noviembre de 2012

CAPITULO 6O


No pierdas la dignidad. Otra vez.

-¿Quién hay ahí?- preguntaron.

Yo no me enteré bien por el ruido del agua, y ya había terminado de ducharme, así que salí de la ducha. Desnuda.

Grité cuando me di cuenta que había alguien en el baño, y cogí lo primero que encontré para taparme. Desafortunadamente, lo primero que cogí fue el rollo de papel higiénico, que no es que tapase mucho…

+ ¡QUÉ COÑO HACES AQUÍ! ¡NO SABES LLAMAR A LA PUERTA O AVISAR JAY!

Jay empezó a reírse.

+ ¡DE QUÉ COÑO TE RÍES! No sé que hay tan gracioso….

Vaya mierda de día.

-¿Qué de qué me rio? Solo hay que verte…

Seguía desnuda. Dato importante.

Busqué la toalla desesperadamente.

+ ¡No mires! Es más… ¿Qué coño haces que todavía sigues aquí? ¡Vete!

-Tranquila leona… si tampoco hay nada nuevo… Lo que me pregunto es qué te vas a poner ahora…

Cierto. No tenía ropa para cambiarme.

+Tú me vas a dejar algo.

-Solo porque no quiero que te resfríes, sino te dejaba bajar así…

+Muy gracioso chico.

Le conté lo que me había pasado cuando llegaba a casa, me dejó una camiseta y bajamos juntos al salón, donde estaban todos. Todos. Los que nos habían visto bajar juntos, y yo vestida solo con una camiseta de Jay.

He de reconocer que me costó no recordar todos los momentos que habíamos pasado juntos cuando olí su camiseta…

Entonces entró Kelsey Ann.

+ ¡Hola chic… ¿Qué?

Jay empezó a reírse.

+ ¿Qué hay aquí de gracioso Jay?- dijo Kelsey Ann cabreada.

-Pues que la idiota de Elena se ha caído viniendo a casa y se le han roto todos los huevos encima… por eso le he dejado una camiseta, por que me la he encontrado en el…

Lo interrumpí. El cómo sabía él aquella historia no era dato que tuviera que saber Kelsey Ann.

+Si… soy así de lista…

No pensaba que Jay pudiera ser tan ignorante.

+Creo que debería llamar a Jeremy para que me traiga algo de ropa.

La cara de Jay dejó de reír.

-¿Ya tiene las llaves de tu casa?- me preguntó.

+Jay, que te haya hablado antes no significa que vaya a seguir haciéndolo.

-Pues devuélveme mi camiseta.

Lo miré desafiante y él no apartó la mirada.
Así que, me quité la camiseta despacio y se la tiré a los pies. Solo llevaba puestas unas braguitas.

La cara de todos era… bueno, ninguno se lo podía creer. Siva estaba atónito,  Tom boquiabierto, Kelsey Ann estaba tan cabreada que se le habían puesto rojas hasta las orejas, Jay, no fue capaz de tener ningún tipo de reacción y Mac, le tapó los ojos a Nathan aunque este intentaba mirar. Y después, desnuda, me senté en el salón con los demás.

Nathan me tapó con la manta. Mac se reía a más no poder.

-Eh…emmm… voy a subir mi cuarto y te dejo algo- dijo Tom balbuceando.

+Gracias cariño.

-Jay, veo que sigues sin encontrar tu dignidad.- dijo Mac aun riéndose.

Jay ni contestó ni dejó de mirarme.

+Jay… ya basta ¿no?- dijo Kelsey Ann dándole en la espalda.

-¿Qué?

Jay reaccionó y dejó de mirarme para mirar a Kelsey Ann. En ese momento bajó Tom con la camiseta.

+Tom, esa camiseta es mía.- le dijo Jay.

-Joder… bueno Tom te acompaño a tu habitación y buscamos. – Dije levantándome otra vez del sofá.

En ese momento llegó Max, que había ido a comprar tabaco.

-¿Elena?- dijo sorprendido.- ¿qué haces así?

+Le he devuelto a Jay su dignidad.

-Pues dame a mí la mía.- dijo riendo.

Me acerqué lentamente y le di un besito en la frente.

+Tom, ¿vamos?

La cara de Max ahora era incluso más de sorpresa que antes.

-Esta chica cada día me sorprende más.- Dijo entrando en el salón.

+Pues no sabéis lo que os espera.-contestó Mac.

La habitación de Tom era un desastre, incluso peor que la mía en época de exámenes. Pero aquel desorden me gustaba, era divertido. Un calcetín colgado en el espejo, las camisetas formando una montaña en el suelo, los zapatos bajo la cama, en su mesa, notas, partituras y regalos y frente a su cama, su guitarra. En la pared, cientos de fotos con Kelsey y sus fans, incluso había una foto nuestra. Y en su mesilla de noche, una lámpara, su iPod y una caja de condones.

Tom empezó a buscar en su “armario” algo aceptable para dejarme.

+Tom, no te molestes, lo que sea.- dije cogiendo una camiseta del suelo.

-No, esa también es de Jay.- dijo cuando vio la camiseta que había cogido.

+Joder, pues vamos a su cuarto y cogemos algo tuyo. -bromeé

-Prueba con esta.

Me dejó una camiseta de nirvana y unos shorts que se dejó Kelsey.

+Gracias cariño.- le dije dándole un abrazo.

-De nada tonta. Bueno, creo que me voy a dar una ducha yo también…

Cuando bajé y entré en el salón, Kelsey Ann sacó automáticamente a Jay de allí. Yo, me senté con Nathan en el sofá.

+Así va el mundo.-Dije.

-¿Qué?- dijo Nathan.

+Que la gente exagera mucho, solo son tetas.

-Completamente de acuerdo.- Dijo Mac.

+Pues ya sabes Mac, libérate.- bromeó Nathan.

-Eso es lo que tú quisieras.- dijo ella.

+ ¿Qué me he perdido?- dije sorprendida.

-Nada…- dijeron los dos a la vez con caras sospechosas…

+ ¡Cómo que nada! Os estáis hablando… ¡Y sin discutir!

-Tus tetas cariño, que son las tetas de la paz.- dijo Mac.

+Pues me alegro. Aunque hablando en serio… ¿ya sois amigos otra vez?

-No exactamente- dijo Nathan.

+ ¿Entonces?

-Puede decirse que somos algo más que eso…- dijo Mac.

+ ¿Bromeas?

-Creo que no…

Se me escaparon las lágrimas, pero a la vez me reía.

+Esta niña es tonta…- dijo Max riéndose.

-Lo sé- dije mientras seguía llorando y riendo a la vez.

+Por cierto, Jeremy ha llamado antes cuando tú estabas con Tom.- dijo Max.-Le he dicho que venga a cenar.

Llamaron a la puerta.

Fui a abrir la puerta. Sabía que era él y tenía muchas ganas de verle. Justo traía un montón de pizzas para cenar.

+Hola cielo.

-Hola preciosa ¿y esas pintas?

Yo empecé a reír.

+Una larga historia.- dije dándole un beso.

Jay y Kelsey Ann no bajaron a cenar, pero nosotros pasamos una noche perfecta.

Cuando terminamos volvimos a casa, pero Mac dijo que se quedaría en casa de los chicos a dormir.

+Buenas noches preciosa.

Antes de bajar del coche lo miré fijamente, recreándome en su perfección.

-Sube conmigo.

CAPITULO 59


Si tienes hambre, te la comes a besos.

Supe interpretar aquella corta palabra.
+Enano, quiero que me hagas un favor.

-Dime.

+Quiero que lo primero que hagas cuando te pongas bien sea venir a hablar conmigo. Tenemos una gran charla pendiente.

-Vale. Pero no te puedo asegurar cuándo me pondré bien.

+Será antes de lo crees. Yo te voy a cuidar, bueno, todos lo vamos a hacer. Y no te doy un abrazo por que te duele. Por cierto, recuérdame que te eche la bronca también cuando estés bien.

-Sí jefa.- bromeó.

En aquel momento llegó Jeremy. Con su aura que desprendía buen ambiente, calmándolo todo.

+ ¿Cómo estás Nathan? Bah… que pregunta más absurda. Te he traído esto para que pases el tiempo mientras estás recuperándote.

Jeremy le había traído un montón de videojuegos. Estaba en todo.

-Muchas gracias tío. Me harán falta. Me han dicho que tengo que estar por lo menos tres días aquí metido y que después no podré ir a muchos lados hasta que no me recupere del todo, así que adiós a las sesiones de fotos.

+Vaya putada, pero bueno, todo se supera. ¿Jugamos?

-Me apunto- dijo Tom.

+Yo también- dijo Siva.

Al final Max también se unió y los cuatro se pusieron a jugar en el salón. Con Mac en el sillón.
Jay se subió a su habitación con Kelsey Ann, no sin antes mirarme de arriba abajo, de una manera que no sabría describir bien, no sé si era enfado o rabia. Pero yo no había hecho nada.

Nareesha tuvo que irse a una reunión de trabajo inesperada que no pudo cancelar, aunque lo intentó cientos de veces. Kelsey y yo nos fuimos a la cocina para hablar más cómodas.

Mientras tanto no paraban de llegarnos mensajes de Phill y las chicas preguntando cómo estaba Nathan, nosotras intentamos tranquilizarlos.

-¿Crees que harán las paces?- me preguntó Kelsey.

+Eso espero…- dije no muy convencida.

-Por cierto, me gusta Jeremy.
+Gracias, a mi también, bueno a todos les gusta.

-A Jay no.

+ ¿Y? Me da igual su opinión.

-No estoy yo muy segura de eso.

+ ¿A qué te refieres Kels?

-Yo he notado, al igual que tú, cómo te mira. También me he dado cuenta de la canción en el concierto y de la canción en la fiesta. Ele, no soy tonta y tú tampoco.

+Eso no tiene ninguna importancia. Él está con Kelsey Ann, lo sabes. Y creo que Jeremy y yo vamos en serio. Además, ni siquiera me apetece hablarle.

-Tú sabrás… pero yo pienso igual que siempre… Además Tom me dijo el otro día que…

En ese momento Kelsey Ann entró en la cocina.

+Hola Kelsey, hola Elena. ¿Sabes donde guardan los chicos el zumo? Jay y yo tenemos sed… es que estamos viendo una película en…

-En la puerta del frigorífico.- dije interrumpiéndola.

No me apetecía escuchar su plan de enamorados. Gracias.

+Aquí está. Gracias. Bueno me subo otra vez.

Kelsey Ann llevaba puesta solo una camiseta de Jay, no hacía falta que fueran tan explícitos en las indirectas, sabía perfectamente que lo hacían.

Le preparé una taza de té a baby Nath y nos sentamos en el suelo con los chicos.

Estuvimos pasando el rato mientras los chicos seguían con los videojuegos. Mac siguió sin moverse ni hablar con nadie, tampoco le quitó la mirada a Nathan por un segundo. Después nos despedimos de todos y nos fuimos a casa. La conversación con Kelsey tendría que esperar para otro momento.

Como bien dijimos, fuimos a ver a Nathan todos los días, por que los chicos sí que tenían que trabajar e intentar que nadie supiera lo que le había pasado a Nathan.

Mac seguía en el mismo sillón, con la misma cara y sin decir nada. Yo intenté entretener a Nathan, pero no podía hacer mucho. La situación era un poco tensa, incómoda. Así que…

+ ¿Sabéis qué? Creo que me voy a cocinar… No me preocupo de que os peléis por que como ni siquiera os habláis…

Me fui a la cocina, no sabía qué preparar así que me puse a registrar a ver qué tenían, pero obviamente, en una casa de cinco tíos no pude encontrarme más allá que medio limón y un suministro de cerveza para diez meses. Así que decidí salir a hacer la compra, y si no se me ocurría nada siempre podríamos comer limón a la cerveza.


-Chicos, me voy un momento a comprar.- les dije asomándome por la puerta del salón.

Ninguno de los dos contestó.

Ahora la situación incómoda era entre ellos, pero lo preferí así, a ver si por lo menos se dejaban de orgullos y gilipolleces de una vez por todas y lo aclaraban todo.
Salí de casa y me fui a comprar. Bueno, a buscar un supermercado.

Tras mi portazo la casa se quedó en silencio durante varios minutos. Mac y Nathan se miraban pero no se decían nada.

Mac cogió el mando de la tele y la encendió, después volvió a dejar el mando encima de la mesa. Al parecer, a Nathan no le gustaba lo que Mac estaba viendo en la tele, por lo que cogió el mando a distancia y cambió de canal. Después volvió a dejar el mando en la mesa. Mac, volvió a coger el mando, y cambió de canal. De nuevo.

-Yo no quiero ver eso.- dijo Nathan.

+Ni yo lo que tu estás viendo.- Mac por fin habló.

-A mi me da igual eso. Estoy en mi casa.

+Y a mi me da igual que estés en tu casa. ¿Qué vas a hacer? ¿Levantarte y pegarme?

-No, para eso ya está Adam.

Aquello era una pelea de gallos a ver quién tenía el orgullo más alto. Ninguno se quería rebajar. Gilipollas. La discusión se hacía cada vez más acalorada.

 Hasta que Nathan se hartó.

-Vas de valiente pero al final eres igual de cobarde que todos.- le dijo.

+Con lo de cobarde te referirás a ti ¿no?

-Si tú no te fueras con todos…

+Nathan, eres más gilipollas de lo que yo pensaba…

-Puede. Seré un gilipollas, un capullo, un idiota… pero yo no niego que te quiero.

+ ¡¿ME ESTÁS DICIENDO QUE YO NIEGO QUE TE QUIERO?! ¡TE QUIERO! ¡A VER QUIÉN LO ESTÁ NEGANDO AHORA!- A Mac le pudo su orgullo. Pero lo dijo.

Los dos estaban de pie,  cara a cara.

+ ¡NO, VERÁS, YO ME REFERÍA A QUE….

Nathan la besó.


Aunque le dolía, la besó. Sabían que tenían que dejar de ser tan cabezotas, se querían, no había buscarle escusas a aquello. Ya se vería lo que pasa después.

Nathan se separó, Mac lo miró, y volvieron a sentarse donde estaban antes de discutir. No dijeron nada desde ese momento.

La tele, estaba apagada.

Mientras tanto yo estaba con una duda existencial. ¿Macarrones o espagueti? Al final elegí tortilla, así compré una docena de huevos.

Cuando estaba pagando en la caja, me encontré con una verdadera sorpresa. Kelsey Ann estaba en la caja de al lado.

No me iba a acercar a saludar, y esperaba que ella tampoco lo hiciera. Mierda, es estaba acercando. Intenté disimular y hacer como la que no la había visto, pero no funcionó.

+Hola Elena. ¿Qué haces?- me dijo lo más simpática que le salía.

-Montar a caballo ¿Qué coño crees? Haciendo la compra, gilipollas.- menos mal que aquello solo lo pensé.

-Pues nada, comprando algo de comer para llevarle a Nathan.- le dije con una sonrisa falsa.

+Que bien… bueno ya nos veremos.

-Espero que no sea pronto….- aquello también lo pensé.

-Sí, seguro. Hasta luego.

El camino a casa me lo pasé entero refunfuñando y hablando conmigo misma mirando al suelo. No la soportaba. Joder.

No quedaban ni tres pasos para llegar a casa, solo tenía que cruzar la acera. Pero no me habían contado que habían puesto un bordillo nuevo en mi camino, y me caí. Bueno más que caerme, comí tortilla de acera, por que todos los huevos se me rompieron encima, y me llené de pringue.


Lo que me faltaba.

Encima, cuando entré en casa y me asomé al salón, los vi tal cual los había dejado.

+ ¿Ni siquiera os habéis inmutado? Que os den. Pues os voy a decir una cosa… Nathan que sepas que Mac te quiere, pero está cagada, y tú Mac, Nathan te quiere, pero está cagado de miedo. 
Buenas noches. Me voy a dar una ducha. Por cierto, si tenéis hambre, os coméis a besos. Se me ha roto la comida, por si no lo habéis notado.

Estaba muy cabreada. Tenía todo el pelo lleno de huevo, me acababa de encontrar con mi gran amiga, Kelsey Ann, y acababa de declararme a Nathan y a Mac por ellos. ¿Algo más?

El agua ardía, y caía con fuerza. No me acordé de echar el pestillo y entraron en el baño.

jueves, 29 de noviembre de 2012

CAPITULO 58


Perdona por no querer perderte.

No quería decirle quién era Adam. No quería decirle que era un chico que conocí una noche, con el que me acosté sin acordarme siquiera de su nombre y con el que después Mac se acostó en una fiesta, y que por eso discutió con Nathan. No quería decirle que por volver a esa fiesta, ellos se pelearon.

Afortunadamente mi teléfono sonó, era Kelsey.

-¿Elena?

+Dime Kelsey, ¿te han dicho algo?

-Sí. El médico dice que ya podemos entrar a verlo. 

+Ahora subimos y me cuentas qué mas te ha dicho.

Llegamos muy rápido a la habitación de Nathan, pero antes de entrar quería hablar con Kelsey.

-Los médicos han dicho que está bien, aunque tiene tres puntos en la cabeza por un traumatismo craneoencefálico, no sé yo no entiendo de eso, es por el golpe en la cabeza. Tiene el labio roto y un ojo morado, pero nada grave.

+ ¿Entonces podemos entrar?

-Sí, pero dice que no quiere ver a Mac…- dijo Kelsey agachando la cabeza.

Me giré hacia Mac.

+Mac, es normal después de todo lo que ha pasado. Espérate aquí, voy a hablar con él.

Entré en la habitación. Me dejaron a solas con él. Aunque no estaba grave, no tenía buen aspecto. Jeremy entró conmigo para apoyarme, por que yo solo estaba fingiendo ser fuerte.
Nathan estaba entubado y amoratado por todas partes. Tenía una venda en la cabeza y el ojo muy hinchado.

Me senté a su lado y le di un pequeño beso en la mano.

+Es una ironía preguntarte cómo estás ¿verdad?

Él estaba muy serio. Más serio que nunca.

+Lo siento mucho… y sé que no quieres que te lo diga pero tienes que hablar con ella.

-No.

+Hazlo por mí por favor…- dije con un nudo en la garganta.

-No.

No pude aguantar más las lágrimas.

+Yo sé que no tengo derecho a decir nada y me parece muy respetable que no quieras hablar con ella, pero al menos escúchala, dale la oportunidad de que se explique.- dijo Jeremy.

Sorprendentemente, Nathan asintió levemente con la cabeza, aunque después hizo un gesto de dolor.

Volví a darle otro beso en la mano y salimos de allí.

-Gracias.- dije antes de salir.

Mac estaba sentada sola en una silla, llorando. Jeremy sabía que yo no estaba bien, así que fue él a hablar con ella. Cuando se lo dijo, ella le dio un fuerte abrazo.

Mac entró en la habitación con sigilo y se sentó en el sillón que había junto a la cama. Le agarró la mano pero Nathan se la quitó.

Mac le miraba fijamente. Todo magullado, hecho polvo. No pudo evitar volver a llorar, pero intentó mantener la compostura.

-¿Cómo estás?

Nathan no contestaba.

-¿Te duele mucho?

Nathan no contestaba.

-Muy bien Nathan, lo he pillado…

Nathan no contestaba.

-Vale… quiero que sepas que lo siento…

Nathan no contestaba, y eso a Mac la cabreaba.

-Pues como quieras… ya me voy… pero tengo una duda. ¿Qué pretendías demostrar con esto macho alfa?

Él seguía sin contestar, así que se levantó para salir de la habitación, pero antes de salir Nathan habló.

+Perdona por no querer perderte.

La mirada de Nathan ya no era tanto de enfado sino de decepción. Eso a Mac le dolió más que cualquier puñetazo.

Ahora ella fue la que no contestó, aun estaba cabreada, e iba a dar un portazo al salir, pero por un momento pensó lo que le acababa de decir.

Mac fue a abrazar a Jeremy cuando salió. Una enfermera se acercó hacia nosotros.

+Chicos podéis iros, está completamente fuera de peligro pero necesita descansar. Mañana os llamaremos para que lo recojáis cuando le demos el alta.

-¿Seguro?- dije aun preocupada.

+Sí, no os preocupéis.

Nos fuimos a casa. A la salida del hospital solo Kelsey se despidió de nosotros tres. Los chicos estaban demasiado mal para nada.

-Tranquila cielo- le dijo Kelsey a Mac- Elena, mañana te llamo en cuanto sepa algo.

+Buenas noches cielo, muchas gracias. Dale un beso a los chicos, que no los quiero molestar.

-Lo haré.

Se montaron en los taxis mientras Jeremy, Mac y yo nos dirigíamos al coche.

+ ¿Puedes quedarte con nosotras?- le pregunté a Jeremy.

Él nos abrazó a las dos.

-Claro que sí.

Nos dio un pequeño beso en la frente a cada una.

La hora que era no la sabía, solo sabía que era demasiado tarde para todo cuando llegamos a casa.
Jeremy nos metió en la cama y nos arropó.

+Descansad que lo necesitáis. Mañana será otro día.

Él se fue al sofá.

Ninguna de las dos podía dormir así que, al cabo del rato, fuimos a buscar a Jeremy con el edredón encima. Él estaba sentado en el sofá viendo la tele pero sin prestarle atención.

+ ¿Qué hacéis aquí?

-Queremos estar contigo- dijo Mac.

+No podemos dormir.

Él hizo un hueco en el sofá para que nos echásemos con él. Nos abrazó y conseguimos quedarnos dormidos.

Por la mañana, lo único que nos despertó fue el sonido de mi móvil. Era Kelsey.

-Ele cariño.

+ ¿Ya le han dado el alta?

-Sí. Esta mañana nos han llamado y Jay y Kelsey Ann han ido a recogerle en coche y acaban de llegar. Ya podéis venir.

+Vamos para allá. Un beso cielo.

Levanté a Mac y a Jeremy con cuidado.

+Chicos, Nathan ya está en casa.

Ambos se despertaron con la noticia.

-Me ducho y nos vamos.- dijo Mac.

+Yo también necesito una ducha, así que, qué os parece que os deje en casa de Nathan y después vaya yo.- dijo Jeremy.

-Jeremy, gracias.-le dije- si quieres puedes venir más tarde u otro día. Necesitas descansar.

+No te preocupes preciosa, quiero ver como está.

-No deberías ser tan bueno.- le dije acariciándole la cara.- por cierto, estás muy guapo por las mañanas.

Nos dimos una ducha y después nos dejó en casa de los chicos mientras él iba a casa.

Allí estaban todos, con pinta de no haber dormido mucho. Nathan estaba tumbado en el sofá. 

Cuando llegamos se hizo el silencio.

Nathan no quería hablar con Mac. Mac tampoco quería hablar con Nathan, pero sí quería que supiera que ante todo estaba allí, que no lo había dejado solo. Así que se sentó en el sillón más alejado de Nathan y no abrió la boca en todo el rato, eso sí, no quitaba su mirada de Nathan.

Yo sí que me acerqué a él.

+ ¿Cómo va esa resaca?-bromeé.

-Te contesto si no te vas a poner a llorar.- bromeó.

+No, en serio. ¿Cómo estás?

Nathan miró a Mac.

-Estoy. 


miércoles, 28 de noviembre de 2012

CAPITULO 57


El chico sin nombre.


-¿Qué ha pasado?- dijo Jeremy preocupado.- Elena… ¿estás bien?

+Nathan…

-¡¿Qué pasa con Nathan?! ¡Elena!

+Está… está en el hospital.

-¿Cómo? ¿Es grave? Vístete, vamos para allá.

Yo seguía pálida, sin moverme. Sin decir nada. Ni siquiera lloraba.

+Elena, joder, muévete.

Salí del shock, y me vestí. Nos montamos en el coche, y fuimos lo más rápido que pudimos al hospital.

+Seguro que no ha sido nada grave.- me dijo tratando de tranquilizarme.

-Sí…

Llegamos al hospital y subimos a la planta donde nos habían dicho que se encontraba Nathan. 


Estaban todos en la sala de espera, llorando. Mac estaba tirada en el suelo con la cabeza entre las piernas y manchada de sangre con Kelsey a su lado. Siva y Nareesha estaban abrazados, Tom tenía apoyada la cabeza sobre la pared, Max, Sophie y Laura estaban hablando con Tony y Jay estaba sentado en una de las sillas, sin decir nada, con la mirada perdida, Kelsey Ann estaba a su lado, aunque tampoco decía nada.

Aquella imagen era devastadora.

+ ¿Qué ha pasado?- le pregunté a Mac cuando la vi en el suelo.

Ella me miró con los ojos rojos, llenos de lágrimas, despeinada y con todo el maquillaje corrido por la cara.

-Nathan…- no podía decir su nombre si ponerse a llorar desconsolada- y Adam…

+Mac, tranquilízate.- le di un abrazo mientras la levantaba del suelo- Kelsey ¿cómo está Nathan?

-No sabemos nada, el médico nos ha dicho que tenemos que esperar…- dijo intentando hacerse la fuerte.

Todos tenían una pinta horrible.

+Acompáñame ahora mismo y me cuentas todo lo que ha pasado.- le dije a Mac sacándola de allí.- 

Jeremy ven con nosotras. Y Kelsey, llámame en cuanto podamos ver a Nath.

Jeremy se quitó la chaqueta y se la puso a Mac encima. Estaba tiritando.

Nos llevamos a Mac a una cafetería cerca del hospital, pero fuera de él para no siguiera tan mal.
Ahora era mi momento de ser yo la fuerte, como ella lo había sido cuando yo lo había necesitado.
Nos pedimos una tila para tranquilizarnos un poco. Jeremy estaba junto a Mac abrazándola y yo frente a ella.

-¿Qué ha pasado?- le dije en un tono relajado, aunque obviamente lo estaba fingiendo.- por cierto bébetelo.

+Nathan… y Adam…

-¿Quién es Adam?

+El chico sin nombre, el de la última vez de la fiesta de Tony, cuando nos peleamos… resulta que es hermano de Tony.

-Vale, pero ¿qué ha pasado? Y bebe.

+Pues…- se ponía a llorar cada vez que intentaba recordarlo.

-Tranquila Mac, tómate tu tiempo.- le dijo Jeremy dándole un fuerte abrazo.- No pasa nada.

Le costó un poco pero al final lo consiguió. Eso sí, aun le temblaban las manos mientras cogía la taza de té.

Nathan y Mac estaban tranquilos en la fiesta, parecía que estaban a punto de definir realmente lo que eran además de amigos, cuando Adam, el hermano pequeño de Tony llegó a casa. Mac lo vio.

+Hola gatita.- dijo Adam.

-¿Qué haces tú aquí?- le preguntó al verlo.

+Vivo aquí.

-¿Cómo?

+Vivo aquí, con mi hermano Tony.

La cara de Nathan no era muy alegre que digamos.

Adam estuvo tonteando con Mac desde que llegó y Nathan, que no le decía nada a Mac para que parase por no enfadarla, se ahogaba en alcohol. En un despiste de Nathan, mientras iba a echarse otra copa más después de haber perdido ya la cuenta, Mac desapareció de allí, al igual que Adam.
Nathan fue desesperadamente a buscarla, y acabó encontrándola.
Mac estaba con Adam. Nathan solo los vio hablando pero no había mucho espacio entre ellos dos.


-Mac.- dijo Nathan más decepcionado que enfadado.

+Dime Nath.

-¿Dime? ¿Cómo que dime?

+Nathan no estamos haciendo nada malo.- Adam la tenía cogida de la cintura.

-Suéltala.- dijo Nathan muy serio.

-No. No es tuya.

Mac se estaba agobiando.

-No soy de nadie.- dijo soltando a Adam.

+No sabía que fueras una gatita doméstica.- comentó Adam.

Nathan estaba muy serio mirando a ambos, Mac estaba sin moverse en medio de los dos.

-Ven aquí no seas tonta, gatita.- le dijo Adam a Mac acercándose para besarla.

Tonta y gatita. ¿Algo peor para referirse a Mac?

+No.- contestó ella.

Adam lo volvió a intentar aunque Mac le acabara de decir que no. Tercer fallo.

+Ya la has oído, te ha dicho que no.-dijo Nathan abalanzándose sobre Adam.

Nathan empujó a Adam contra la pared y le pegó un puñetazo. Mac estaba inmóvil, atónita a lo que estaba viendo. Los puñetazos volaban de un lado a otro. Cada vez más fuertes.

-¡PARAAAAAAAAAAD!-  gritó Mac en un intento fallido de parar la pelea.

Por suerte los chicos oyeron los gritos desesperados de Mac y fueron hacía donde estaban ellos.
Tom y Max separaron a Nathan y Adam que seguían intentando pelearse.


+ ¡NATHAN PARA!- gritó Tom empujando a Nathan contra la pared - ¿QUÉ COÑO HACES?- le dijo cogiéndolo del cuello de la camisa para que le mirase.

Nathan paró y agachó la cabeza al ver lo enfadado que estaba Tom, aunque en sus ojos también había preocupación.

-Evitar que la toque.- le dijo Nathan furioso mirando fijamente a Tom.

Entonces Tom soltó a Nathan y se fue directamente para Adam, aunque Mac se interpuso entre ellos.

+ ¡TOM! Tranquilo, no me ha forzado.- dijo Mac deteniéndole.

En aquel momento Nathan aprovechó que Tom le había soltado para volver a pegarle a Adam, pero este, al verlo cogió el botellín que Nathan llevaba antes en la mano y se la estampó en la cabeza, haciendo que Nathan se desplomara sobre los brazos de Mac.

En ese justo momento entró Tony y se llevó rápidamente a Adam de allí.
Nathan seguía en los brazos de Mac. Ella no lloraba.
Max llamó a emergencias, y Kelsey entró en aquel momento.

-¿Qué ha pasado aquí?- dijo asustada al ver aquella escena.

+No dejes que Jay entre.- dijo Mac que estaba en el suelo con Nathan llena de sangre.

+ !Nathan! ¿Qué te ha pasado?- gritó Kelsey corriendo hacia donde estaba Nath.
Tom la paró y la abrazó.

-¡Kelsey no grites!- le gritó- ¡Tranquilízate, no ha sido nada! Ya hemos llamado a emergencias.

Jay oyó los gritos desde el salón que provenían desde uno de los pasillos así que fue a ver qué estaba pasando.

Abrió la puerta…

+ ¡NOO!- gritó Mac al ver que Jay entraba.

Max se abalanzó contra la puerta impidiéndole a Jay que entrara, pero al final no pudo hacer nada.

+ ¿Quién ha sido?- preguntó serio

-No ha pasado nada, ha sido un accidente.- dijo Tom.

+ ¿Quién ha sido?- volvió a preguntar.

-He sido yo.- dijo Mac.

+ ¿Estoy diciendo que quién ha sido?- su enfado se le notaba cada vez más en la mirada.

Entonces después de pensarlo durante unos segundos…

+ ¡Adam!- chilló mientras salió de allí para buscarle.

Max y Tom salieron detrás de él, pero por suerte Jay se tropezó con Siva, que, al ver cómo iba no dejó que siguiera andando.

-¡Jay cálmate! ¿Qué pasa?- le dijo Siva sujetándolo con fuerza.

+ ¡¿Que, qué  pasa? ¡Que me voy a cargar al hijo de puta ese!- dijo Jay intentando escapar.

-¡Te estoy diciendo que te calmes!

En ese momento, entraron en el salón Tom, Mac llena de sangre y Max cargando con Nathan inconsciente.

Afortunadamente, antes de que nadie pudiera hacer una locura mayor, llegó la ambulancia.

Ahí fue cuando Kelsey me llamó y a los cinco minutos llegué al hospital.

-¿Quién es ese tal Adam?- preguntó Jeremy.

CAPITULO 56


Guerra sin perdedores.

Empezó a cantar I’ve should have kissed you, de Chris Brown.

Why am I mad, I don't get it, Por qué estoy loco, no lo entiendo,
It seems like every time you give me signs, parece como si cada vez que me mandas señales
And I miss it! yo las hecho a perder.
I did it again, Lo hice otra vez,
I admit it, Lo admito,
I left you standing there, te dejé allí de pie,
And now I regret it, y ahora me arrepiento,
Seems like every time, parece que cada vez,
I get the chance, que tengo la oportunidad,
I lose my cool, and I blow it, pierdo la calma y la vuelvo a perder,
And I get all tongue tied, y tengo la lengua completamente atada,
Lost in your eyes, perdido en tus ojos,
I'm a fool, and I know it! soy un tonto, lo sé.

I should've kissed you, debería de haberte besado,
I should've told you, debería de habértelo dicho,
Told you just how I feel, decirte como me siento,
And next time I won't stop, y la próxima vez no voy a parar,
I'll listen to my heart, escucharé a mi corazón,
Cause what I feel is real! por que lo que siento es real,
I should've kissed you, debería de haberte besado,
I should've told you how I feel, debería de haberte dicho cómo me siento,
I should've kissed you, debería de haberte besado, 
I should've showed you how I feel. debería de haberte dicho cómo me siento.

Se me encogió el corazón, no me llegaba bien el aire. Él estaba ahí cantando aquella canción. Entre miles de canciones había tenido que escoger aquella, con esa letra. Después de haberle dedicado mi canción a la otra.

Mi reacción inmediata fue abrazar automáticamente a Jeremy, aunque no paraba de mirarle a él.

Bailaba despacio con Jeremy mientras Jay me cantaba aquella canción como regalo de cumpleaños. 
Kelsey y Tom también bailaban, y Siva y Nareesha, incluso Phill bailaba con Sophie mas agarraditos de lo normal. Pero Kelsey Ann estaba sola. Sentada en una silla. Sin moverse. Y Nathan y Mac tampoco bailaron. Es más, estaban muy serios.

+Mi regalo te lo daré ahora.- me susurró Jeremy mientras bailábamos.

-Tú eres el regalo.- le contesté.

+Bueno, ya lo verás. Solo quiero que esta noche sea especial.

-Ya lo es.

 Nos besamos delicadamente. Un beso suave pero con mucho sentimiento. Como los que él solía darme.

La canción terminó. Pero después de un momento de silencio todos volvieron más o menos a la normalidad de la fiesta.

Cuando Jay se estaba acercando a donde yo estaba Nathan le interrumpió.

+Te has lucido amigo.- le dijo serio.

-¿Qué dices Nathan?

+Sabes perfectamente a lo que me refiero.- parecía muy enfadado.

-No, no lo sé.

+Pero sí sabes que eso no se hace. Tío que es su cumpleaños, y está con Jeremy, y lo más importante, por si no te acuerdas, tú estás con Kelsey Ann.

-Nathan creo que deberías de preocuparte por Mac y no meterte tanto en mis asuntos.- Jay también se estaba enfadando.

+No tío, claro que me meto, tú eres mi amigo, miento, eres mi hermano, pero ella también es mi familia y no voy a dejar que le amargues su cumpleaños. Y no te preocupes que de Mac ya me preocupo. Ahora, hazme el puto favor de volver con tu novia y sacarle una maldita sonrisa, que mírala. Y deja a Elena en paz.

Jay aceptó resignado.

+Ya hablaremos.- le dijo Nathan.- venga vamos a pasárnoslo bien tío.

Jay se sentó junto a Kelsey Ann e intentó sacarle una sonrisa, aunque no le costó mucho.
La fiesta siguió, la música sonaba y la cerveza se acababa.

Siva y Nareesha, Tom y Kelsey, Jay y la otra Kelsey, Nathan y Mac, Laura y Tony y sorprendentemente, Sophie y Phill, por fin.

-¿Quieres que te de ya mi regalo?

+Sí claro, ¿Cuál es?

-Vámonos.

No sabía a dónde me llevaba, pero confiaba plenamente en él. Aunque salimos de allí a escondidas Jay me había visto perfectamente, por que no me quitó la mirada de encima en toda la noche.
Me montó en el coche, pero de nuevo me volvió a vendar los ojos, así que no sabía a donde íbamos.

-¿No puedes darme al menos una pista de a dónde vamos?

+ ¿Recuerdas lo que me dijiste cuando te pregunté que a qué sitio te gustaría viajar?

-Sí, a Nunca Jamás.

El coche paró, salí de allí con cuidado y me quitó la venda.

- ¿Dónde estamos?

+En la segunda estrella a la derecha y todo recto…

-… Hasta el amanecer.

Jeremy me había preparado un Nunca Jamás solo para mí. Aquel lugar era extraordinariamente precioso. Era un jardín lleno de luces, flores, antorchas y cosas maravillosas.

En un lado había puesto una bandera pirata, imitando al barco del Capitán Garfio, en uno de los árboles enormes había cientos de luces pequeñas, donde vivían las hadas, y la guarida secreta de Peter Pan y los niños perdidos estaba formada por una especia de tienda de campaña hecha de sábanas, colchones, cojines y luces. Era realmente espectacular.

-Esto es… - no me salían las palabra solo podía besarle.

Puso algo de música y nos metimos en aquella guarida maravillosa.

+ ¿Te gusta?- me dijo tímido.

-Si pero… me gustas más tú.

Me besó, pero aquel beso no era como los otros que me había dado, este era apasionado y sexy. 

Pero paró.

-¿Por qué paras?

+Porque  no quiero que pienses nada que no es.

-Y ¿qué pasa si llevo mucho tiempo queriéndolo pensar?

+Yo no quiero hacer nada que tú no quieras hacer, o que el alcohol te diga que quieres hacer.

-Jeremy, cállate y relájate. Yo quiero, claro que quiero. Es más, te quiero.

Le di un besito en la mejilla, pero me iba acercando cada vez más a sus labios. Después bajé por el cuello. Y entonces, él me quitó el testigo. Me tumbó y empezó la guerra de besos, besos que no eran como los de siempre, tiernos y dulces, estos tenían fuerza, pasión, ganas… Lo tenía todo. Él era perfecto.

Besó todos los escondites de mi cuerpo. Me quitó la ropa sin cuidado, agarró mis piernas con fuerza pero sin hacerme daño alguno. No hay palabras para describir todo el placer que nos dimos. 

El tiempo se paró y solo existían nuestros cuerpos, y el placer. No le costó mucho hacer que mis ojos se pusieran en blanco, mi bello de punta y que mis manos buscaran cualquier cosa donde agarrarse para no salir volando.

No sé cuanto tiempo estuvimos, pero en Nunca Jamás no pasa el tiempo así que no importaba.
Lo deseaba, quería besarlo y morderlo todo el rato, quería probar su piel, sentir su calor y retorcerme de placer. Y él sabía dármelo. Sabía cómo hacer que sintiera su piel con una caricia, como sentir su calor cuando estaba encima de mí, como probarlo cuando me besaba. Me daba a probar un poco de todo. No siempre era todo romanticismo, sabía que a mi no me gustaba eso, por eso, cuando menos me lo esperaba, cambiaba completamente, y lo que hacíamos se volvía salvaje, fuerte, con fuego.

Pero aun así yo no podía de dejar de ver aquella belleza en sus ojos.
Sabía hacerme el amor como si del sexo más desenfrenado y duro se tratara.

Mi piel se debilitaba cuando besaba mi cuerpo. Sus labios ardían pero yo no me quedaba atrás. Le demostré todo lo que era capaz de hacer.

Ahora era su cuerpo el que se estremecía, su piel la que ardía, eran mis labios los que rodeaban su cuerpo y marcaban el territorio con besos. Se aceleraba, yo lo notaba y me gustaba. Así que seguía. Su corazón latía rápido y cientos de suspiros salían de su boca.
Aquello era la guerra. Una guerra donde solo había ganadores.

Batalla tras batalla, lo que explotaba eran nuestros cuerpos. Las heridas eran las que mis uñas hacían en su espalda. Solo se ahogaban nuestros besos. Los gritos no eran de dolor, eran de placer. Y lo que quedaba solo podía ser mejor que la propia batalla, miradas, sonrisas y más besos.
No me cansaba de besarle, él tampoco, y no teníamos por qué parar, así que no lo hicimos. 

Seguimos y seguimos. Una y otra vez. Sin ningún tipo de remordimientos, sin echarnos para atrás, sin mirar a otro lado que no fuera su cuerpo, su boca, sus ojos.

Mis dedo seguían enredados en su pelo rizado y sus manos se hacían dueñas de mis piernas.
Respiraba su calor y aunque fuera hiciera frío, nosotros nos sentíamos como en pleno desierto. Le miraba los ojos, y entre suspiros y más gemidos, resbalaba en sudor.
Perdimos el control de nuestros actos.

Pero cuando pensé que nada podría salir mal en ese momento perfecto sonó mi móvil. Era Kelsey, y sonaba muy nerviosa.

-Elena ¿dónde estás?

+Estoy con Jeremy ¿por qué?

-Tienes que venir rápido, Nathan está en el hospital.

No contesté, me quedé sin poder hablar, ni siquiera respirar. No me latía el corazón.

martes, 27 de noviembre de 2012

CAPITULO 55

La vuelta al mundo en un segundo.

Ahora podía verlo todo y a todos. ¿Dónde me habían llevado? Pues a un sitio donde ya había ido antes. No hace mucho tiempo. Y que me hizo recordar a una persona muy importante que ya no tenía cerca. ¿Aquel lugar? La casa de Tony.

-¡¿Pero qué?!- dije sorprendida.- ¿Tony lo sabe?

+Claro que lo sabe idiota, él fue el que se ofreció a preparar aquí tu fiesta.- dijo Mac.

-Pero no será tan grande como la de la última vez ¿no?

+No cariño, sabemos que tú lo querrías algo más íntimo.

-Pues… ¿a qué esperamos?

Entramos en casa de Tony. Llegamos al jardín, donde había una pequeña mesa junto a la hoguera, que estaba apagada. En la mesita había unos batidos y unos cuantos de sándwiches y el jardín estaba decorado con globos.

-Bueno que… ¿te gusta? Hemos estado todo el día preparándolo.- dijo Mac ilusionada.

+Sí me gusta chicos… muchas gracias por habérmelo preparado pero… ¿no creéis que soy un poco mayor para batidos y globitos?- dije intentando no herir sus sentimientos.

-¿En serio? Yo pensaba que todavía te iban los batidos… Bueno, menos mal que teníamos un plan b.- dijo Max entrando en casa.

¿Batidos y globos? Já. En la enorme mesa del comedor de Tony lo único que había que no te podía causar un coma etílico eran unas fuentes con frutos secos y palomitas. El resto se trababa de una legión de botellas de Jack Daniels, Vodka, Ginerbra… y nada menos que cuatro barriles de cerveza. 

Aquello no era normal. Ellos no eran normales.

-Estáis loquísimos.- dije boquiabierta.

+Bueno, siempre puedes irte a la mesa de los batidos.- bromeó Nathan.

-Chico listo. Por cierto, lo siento mucho pero tendréis que aguantarme en mi cumpleaños oliendo a concierto.- bromeé, aunque estaba realmente hecha polvo.

+ ¿Necesitas una ducha?- dijo Tom.

-Es obvio que si…

Entonces todos los chicos, incluido Jeremy, me cogieron y me llevaron a la piscina. Nos tiramos, incluso las chicas se tiraron.

+Bueno, yo me voy a la ducha.- dijo Tom saliendo de la piscina.

-¿Y que te vas a poner Tom, la ropa mojada?- le pregunté.

+No, yo he traído algo para cambiarme.

-Pues muchas gracias por restregármelo. Prefería estar seca…

+Chica, aquí hemos pensado en todo.- dijo Kelsey.

-Señorita cumpleañera, su maquillaje y su ropa seca está encima de la cama de la habitación de Tony.- dijo Nareesha.

+Será broma ¿no?

-No íbamos a dejar que en tu fiesta de cumpleaños oliésemos todos a conciertazo.- dijo Sophie.

+Menos mal que estáis en todo chicas.

Antes de salir de la piscina, Jeremy me estaba esperando con una toalla. Me rodeó con ella y me abrazó fuerte. Le miré a los ojos. Estaba guapísimo con el pelo mojado.

+Ahora vengo cielo, voy a darme una ducha.

-No tardes preciosa.

Nos besamos. Y aunque hacía frío, nuestros cuerpos no lo estaban.

Me di una buena ducha, bueno, todos nos duchamos y nos arreglamos.

Por fin ya estábamos todos listos para que la fiesta empezara. La música sonaba alto, el alcohol iba de mano en mano, bailamos hasta que se nos desgastaron los pies.

Yo bailaba con Jeremy, los demás también pero Nathan y Mac estaban sentados en uno de los sofás, muy románticos, quizás demasiado para Mac, aunque parecía estar bastante a gusto entre sus brazos.

Tony estaba bailando con el resto y sirviendo las bebidas, cuando se acercó a un micrófono que tenía junto al proyector y la pantalla.

+Chicos, ¿me escucháis?

Todos paramos de bailar para ver qué nos quería decir.

+Bueno… espero que os lo estéis pasando tan bien como yo… por cierto Phill… tu camiseta mola.

Phill llevaba la camiseta que le habíamos regalado las chicas del viaje a Brighton, la de “Don’t judge me, I’m famous”. Todos empezamos a reír, aunque estaba intrigada por saber qué era lo que Tony nos quería decir.

+Creo que es un buen momento, ahora que no estamos muy borrachos, para darle los regalos a nuestra querida cumpleañera ¿no?

-¿Regalos? ¡Pero si yo pensaba que esto era el regalo! En serio, no hace falta.

Para mi era más que suficiente todo lo que se habían esforzado por prepararme la fiesta, y el concierto, y que todos estuvieran conmigo… No me hacía falta ningún regalo.

Todos se movieron de un lado para el otro buscando sus regalos.

+Mac, espero que tú me vayas a regalar tu presencia… por favor.

-Pues al parecer hoy es tu día de suerte, por que aparte de mi presencia te he comprado un regalito.

Mac cogió un paquete enorme envuelto de un papel azul muy brillante con una nota:

Querida amiga, que digo, querida hermana, esta experiencia esta siendo la mejor de vida y lo mejor de todo es que la estoy compartiendo contigo. A partir de ahora no existe pasado más allá del día en que llegamos a esta maravillosa ciudad. Este regalo creo que te va a ser muy útil aunque te pido por favor que no lo uses para escapar. Te quiero cariño, feliz cumpleaños. Mac.

Se me escapó alguna que otra lágrima mientras leía la nota, y cuando terminé no pude evitar abrazar a Mac con todas mis fuerzas. No sé que habría sido de mí si no la hubiese tenido a ella en los momentos más importantes de mi vida. Siempre me hacía poner los pies en el suelo cuando lo necesitaba, o simplemente escucharme cuando me hacía falta.

Abrí rápidamente el paquete, era una maleta antigua, con un montón de sellos de todos los países. 

Llevaba años queriendo tener uno de esos baúles.

+Ahora nuestro regalo.- dijo Tom.

-Hemos comprado esto entre unos cuantos por que pensamos que te iba a hacer mucha ilusión.- dijo Kelsey.

Esa caja era gigantesca, cuando la abrí había una cachimba rosa preciosa y enorme, con todo lo necesario para hacerlas y además traía tres más pequeñas para poder llevarlas a cualquier sitio. Me encantó ese regalo.

+ ¡No creo! ¿Os puedo querer más? Estáis en todo…

-Ese regalo es de parte de Kelsey, Tom, Kelsey Ann y yo. Jay iba a participar pero al final no quiso.- dijo Siva.

No me extrañaba que Jay no quisiera participar en el regalo, pero sí que me extrañó que Kelsey Ann lo hiciera.

+Ya sabrá por qué no he participado.- dijo Jay.

-Bueno creo que ahora viene el mío.-dijo Phill.- espero que te guste nena.

El regalo de Phill era como él, muy gracioso. Y no solo me hizo un regalo, sino dos. Uno de ellos era un cuadro gigantesco con una foto que nos habíamos hecho todos juntos el otro día cuando estábamos en casa de Jeremy. Y el otro era un cojín con su foto por un lado y por el otro la mítica frase de la camiseta que le habíamos regalado. Era un crack.

Nareesha me regaló un par de sus zapatos divinos. Y Sophie y Laura una máquina para hacer chocolate, que sinceramente, no me encantó sino que creo que no podrían haberme hecho un regalo mejor.

+Aunque sea pequeño yo también quería hacerte un regalito…- bromeó Nathan.- y creo que uno de ellos te va a hacer mucha pero mucha ilusión. Aunque no sea mio.

Primero abrí el regalo de Nathan. Era una chaqueta roja y blanca de béisbol, delante en un lado  ponía “TW”  y detrás ponía: I’m a Wanted Girl. No creo que hubiera regalo mejor de su parte.

-Enano, eres el mejor.- le dije mientras le daba un abrazo muy fuerte.

+Creo que no.- me dijo dándome un pequeño paquete.- Este es un regalo internacional, sólo para ti.

Ese pequeño paquete también tenía una notita.

Madeimoselle, siento no poder estar en tu cumpleaños, pero no quería que pensaras que no me he acordado. Así que, aunque yo no pueda estar presente, espero que sí que tengas presente este pequeño detalle. Que disfrutes de tu grandioso día, y que se cumplan todos tus sueños. Puede que nos veamos pronto. Te quiero. Piere.

P.D: Espero que te siga yendo bien con tu cita. Puedes traerle si te escapas alguna vez a París.

Piere… me puse a llorar antes de haber terminado la carta. Hablábamos todos los días pero no podía evitar echarle mucho de menos.

Dentro de la pequeña cajita había un reloj antiguo como el que me regaló en mi viaje a París.
Jeremy me abrazaba fuerte al ver lo emocionada que estaba.

-Aunque esas lágrimas sean de felicidad, no llores preciosa. Ríe que es mucho más bonito.

No pude evitar que se escapara una sonrisa de la cara.

+Mi regalo.- dijo Jay interrumpiendo mi abrazo con Jeremy.- Bueno, uno de ellos. Por eso no quise participar en el otro regalo. Te había preparado uno por mí mismo.

No quería abrirlo. Me daba igual. Seguía muy enfadada con él. No quería ni dirigirle la palabra.

Me dio algo redondo y grande. ¿Qué sería? Lo abrí por mera curiosidad.

Era una bola del mundo. Me quedé inmóvil cuando la vi. Sabía perfectamente su significado.

+Para cuando Londres se te quede pequeño.

-Gracias.- dije seria.

+ ¿Y el otro regalo cuál es?- dijo Nareesha.

Jay se fue hacia donde estaba el micrófono y Tony empezó a tocar el piano.