CAPITULO 39

Susurros

Entramos en aquella enorme casa. Era una mansión. No podía parar de mirar hacía todas partes, estaba alucinada. Había muchísimas plantas, luces, la piscina era enorme, incluso había una hoguera gigante con unos asientos alrededor donde nos sentamos todos después de ver la casa. Nos presentaron al anfitrión, Tony, un chico alto y moreno que se dedicaba a la industria musical como caza talentos o algo así creo haberme enterado.

Estábamos pasando un gran rato junto a la hoguera, hablando y bebiendo. Yo estaba sentada junto a Piere, y a mi otro lado estaba Jay con Kelsey Ann.

Tenía mis piernas encima de Piere, y estábamos hablando sobre música y al final terminamos hablando sobre nuestra cita ideal por que según Piere, la vida sería mucho mejor si tuviéramos banda sonora, como en las películas. Yo no podía parar de reír. Me sentía tan a gusto siempre que estaba a su lado. Ni siquiera pensaba en que Kelsey Ann estaba con Jay.

Al parecer Jay, si que notó que Piere estaba conmigo.

Piere se levantó un momento para traer unas cervezas para todos.

-Esta noche va a ser muy interesante.- Me dijo Jay al oído mientras me agarraba por la cintura.

+ ¿A qué te refieres?- no entendía a qué venía aquel comentario.

No me contestó. Kelsey Ann interrumpió nuestra conversación, aunque no sé exactamente lo que le estaba diciendo. No me interesaba. En ese momento Piere volvió.

+Madeimoselle, ¿quieres bailar?

-¡Si, venga vamos todos a bailar!- dijo Mac levantando a Max y a Kelsey.

+ ¡Qué gran idea! Ahora verás…-le dije a Piere.

Kelsey Ann y Jay al parecer se quedaron sentados. No entendí por qué, por que a Jay le encantaba bailar, pero no me iba a preocupar por ello. Estaba con la rubia optativa y yo no me iba a meter entre ellos dos. 

Me iba a limitar a disfrutar de la noche y del tiempo que me quedaba con Piere.

Estuvimos bailando durante tanto rato que incluso perdí la noción del tiempo. Bailamos todos con todos, juntos, por separado, solos… Y mientras tanto el alcohol seguía corriendo.

Tom y Phill hicieron su “bailecito especial” que a Kelsey y a mi nos hacía tanta gracia. Nathan bailaba como él es, sensual y sutil, y eso a Mac le encantaba más todavía. Y yo bailé durante mucho, mucho rato con Piere, pegaditos, juntitos, acariciándonos. Era perfecto.

Alguien me cogió de la cintura y me apartó de Piere mientras bailábamos.

+ ¿Qué pasa ahora Jay?

-Elena ¿Quieres jugar?

+Sabes que siempre quiero jugar. ¿Es mi turno, no? Elige.

-Vete con Tony.

Yo pensaba que iba a elegir a Piere igual que yo elegí a Kelsey Ann el otro día, me sorprendió mucho su elección. Quizás estaba celoso.

+Demasiado fácil. Yo ya pasé ese nivel. ¿Quieres jugar a algo más fuerte?

-Sabes que sí.

Me giré y miré a Piere fijamente a los ojos.

+Piere ¿Quieres jugar?

-¿A qué?- me dijo sin saber de qué iba el tema.

Lo cogí de la mano y me lo llevé hacia la piscina. Nos sentamos en el borde, empecé a quitarme la ropa y después le quité la camiseta para poder bañarnos. Jay no nos quitaba ojo de encima.

Cuando ya estábamos dentro me acerqué a Piere.

+ ¿Puedo hacer una cosa?- le pregunté acercándome cada vez mas a sus labios.

-¿Qué cosa?

+ Me apetece mucho besarte.

-¿Ese es el juego?

+Si.

-Pues juguemos una y otra vez.- me contestó.

Nos besamos, cada vez con más pasión. Me agarré a su cuello y nos fuimos a una de las esquinas de la 

piscina.

Seguimos con aquel juego de besos. Lo hacía realmente bien.

De repente Jay se acercó al bordillo de la piscina donde estábamos nosotros con dos cócteles, mientras se metía en la piscina con la rubia optativa.

+Os he traído esto.- dijo con una falsa sonrisa. Conocía su sonrisa a la perfección. La tenía grabada en la mente todo el puto día y esa no era su sonrisa.

-Gracias.- dijo Piere cogiendo las bebidas.

+Elena acércate un momento.

-Dime Jay.- no podía dejar de mirar sus ojos azules. Estaba realmente guapo, y no me había fijado hasta ese momento.

+Quería decirte que yo también voy a jugar.

-¿A mi juego? Si ya estamos jugando…-le dije confusa.

+No, a mis normas.

Se fue hacia Kelsey Ann e imitó lo que yo hasta hacía unos segundos estaba haciendo con Piere, pero él si que estaba subiendo de nivel. La cogió en brazos, y lo hizo delante de todos, en aquel sitio, delante de mí. Sabía que lo estaba viendo TODO. Lo había hecho a propósito. La música sonaba alto, la gente pasaba de un lado a otro, pero yo no veía y oía nada, solo a él. Con ella.

+Vámonos de aquí.-me dijo Piere al oído al darse cuenta de lo que estaba pasando.

Salimos de la piscina, Jay nos vio y paró de besar a Kelsey Ann por un momento.

+Elena, ¿huyes?- me dijo mientras la rubia optativa le besaba el cuello. El cuello que yo ya había besado y mordido cientos de veces. Estaba enfadada, triste, dolida… De todo a la vez.

-Como siempre, cariño.- agarré a Piere de la mano y nos fuimos de allí.

Entramos en la casa, y nos sentamos en uno de los grandes sofás que había en el salón. Piere me abrazaba.

+Aunque me encantaría, no me gustaría volver a encontrarte en París huyendo de él.- me dijo mientras me 

acariciaba el pelo.

Yo lloraba pero sin lágrimas. Él lo notaba perfectamente y se hacía notar, quería que supiera que él estaba a mi lado, que no estaba sola en aquel momento. Como siempre.

-Ahora solo me vas a encontrar encima de ti. – le dije incorporándome y sentándome encima suya.

+Elena, tú… tú no quieres esto.

-Déjame demostrarte lo contrario.

+ ¿Demostrárselo a quién, a ti, a mi o a él?

-Que más da. Tú sólo disfruta.

+Si es para que él lo sepa prefiero que no sea aquí, así que disfrutemos de la fiesta.

Nos levantamos de aquel sillón y salimos hacia el jardín. No hubo más remedio que pasar por delante de la piscina. Él y ella todavía seguían a lo suyo. Yo seguí mi camino, y él me seguía con la mirada. Lo sé por que Piere lo vio y entonces me agarró de la cintura, aunque su mano iba bajando.

+Tú disimula.- me dijo Piere al oído.

Me giré, lo miré a los ojos.

-Contigo no me hace falta disimular.

Nuestros labios casi se rozaban.

+Te entiendo cariño, y estoy dispuesto a entrar en tu juego, pero no en el suyo.- me dijo agarrándome la cara.

Me besó. Delante de todos. Delante de él. Un beso tierno, sabroso, precioso, perfecto.

Nos sentamos con los demás en unas colchonetas que había en el césped.

+ ¿Dónde esta Mac?- preguntó Piere siempre tan atento.

Mac… se perdía incluso más que yo. Según Laura, había ido un momento al baño y a por algo de beber pero ya llevaba sin volver una media hora. ¿Dónde se habría metido?

-Voy a buscarla.- dijo Nathan.

Al salir del baño, Mac se encontró con un chico cuya cara le era bastante familiar. Se llamaba Adam. Eso, no le sonaba tanto. Estuvieron un rato hablando y al final parece ser que conectaron. Se besaron, hicieron 

incluso más que eso. Y Nathan los vio.

Decidimos que la fiesta había terminado para nosotros cuando vimos como Nathan y Mac salían de la casa peleándose. Fuimos a casa de los chicos. Pasaríamos la noche allí.

Cuando llegamos a casa, Jay subió directamente hacia su cuarto sin decir nada, y Piere y yo subimos al cuarto de Nathan, donde dormiríamos aquella noche. No sabemos donde dormirían Nathan y Mac, pero tampoco sabíamos si dormirían por que llevaban discutiendo desde que salimos de la fiesta y aun seguían haciéndolo.

Me sentía un poco rara. El motivo: todo. Por un lado estaba con Piere en el cuarto de Nathan, Jay estaba en el cuarto de al lado, con Kelsey Ann. Mac y Nathan no paraban de discutir, la fiesta había sido… indescriptible en todos los sentidos, una locura.

Aunque había una cosa que me seguía apeteciendo hacer… Besar a Piere. Nos metimos en la cama. Hacía mucho frío. Y nos acurrucamos entre besos y caricias. Me quitó la ropa muy lentamente mientras me besaba. Después, yo  hice lo mismo.

Aquel momento era uno de los más bonitos que había vivido nunca. Me trataba con tanta delicadeza… como si fuera una muñeca que puede romperse, aunque a la vez me hacía sentir guapa, deseada, importante. 

No pude evitar expresar lo bien que me hacía sentir en ese momento y lo alto que me hacía llegar. El cabecero de la cama chocaba contra la pared al mismo tiempo que nuestros cuerpos se movían.

Pero al parecer, no era nuestra cama la única que gritaba. En la habitación de al lado estaban ellos dos. Él le estaba haciendo lo que hasta hace unas horas me hacía a mí. Le daba los besos que me daba a mí, las caricias que me hacía a mí, pero no era yo. Ya no. La piel que se erizaba no era la mía, aquellos labios no eran los míos, ni aquella respiración acelerada o cuando me hacía quedarme sin aliento. Ella no era yo. Pero puede que él si lo pensara. Ya que dijo mi nombre mientras su cuerpo y el de ella estaban enredados. 

Susurró mi nombre no el de ella.

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- ¿Crees que Jay hará algo por lo que está pasando con Piere?

-¿Dejará Kelsey Ann pasar que Jay haya susurrado el nombre de Elena mientras se acostaban?

-¿Qué crees que pasará con Nathan y Mac?