PHOENIX

miércoles, 14 de noviembre de 2012

CAPITULO 45


Tú.

El médico llegó y me dio a oler algo realmente fuerte, lo que hizo que abriera los ojos. Allí me vi a un montón de personas, a Kelsey Ann seria y a Jay llorando.

En cuanto vio que me desperté, me abrazó.

+ ¡Joder Elena, vaya susto me has dado!

Lo separé de mí.

-Déjame Jay. ¿Qué me ha pasado?

El médico alejó a la gente que tenía a mí alrededor para que no me agobiaran.

+Se ha desmayado. ¿Ha comido algo hoy?- me dijo el doctor.

-No.

+Acompáñeme a enfermería, puede que haya sido una bajada de tensión.

El médico me agarró del brazo y me llevó hasta la sala de enfermería. Allí me tomaron la tensión, le conté lo que me había pasado y me dieron un pastelito y una coca-cola, al parecer me había desmayado por un ataque de ansiedad y una bajada de tensión por no haber comido nada.

Salí de la enfermería y Jay y Kelsey Ann me estaban esperando.

+ ¿Estás bien? ¿qué te ha dicho el médico?- preguntó Jay preocupado. Ahora era él el que estaba pálido.

Le miré con odio.

-Me ha dicho que me dejes en paz.- le dije mientras salía de allí.

+Lo siento pero no. Espérate aunque sea a que lleguen los chicos y Mac. Los he llamado cuando te he visto en el suelo.

-¡¿Qué?! ¿Eres idiota o qué?

+No, pero no sabía que hacer.

Estuvimos unos cinco minutos esperando a que llegaran. Ninguno de nosotros habló durante ese tiempo. Yo me dediqué a comerme mi pastelito.

Llegaron todos nerviosos y se acercaron a mi cuando me vieron.

+ ¡Elena estás bien!- dijo Max abrazándome.

-No si me tiras el pastelito.- bromeé.

+Eres gilipollas, no hagas esas bromas.- dijo Mac preocupada.

-Venga, vámonos a casa, allí estarás mejor.- dijo Jay cogiéndome de la mano.

Entonces Mac lo apartó de mí.

+No la toques, no la mires y ni siquiera le dirijas la palabra. Todo esto es por tu culpa.- le dijo amenazante.
Jay no dijo nada. Parecía que iba a llorar. Era una situación verdaderamente incómoda.

-Mac, creo que es mejor que venga a casa, con nosotros. Va a estar bien te lo aseguro.- le dijo Nathan tranquilizándola.

+Chicos, estoy bien, no exageréis.- dije intentando poner calma.

-Tú deja que te cuidemos enfermita.- dijo Siva cogiéndome en brazos.
+ ¡Siva bájame que me muero de miedo!

-¡No que sino te escapas!

Me llevaron al coche. Nathan y Max estaban a mi lado. Mac estaba de los nervios.

Cuando llegamos a casa me senté en el sofá. Nathan me trajo una manta y me acurrucó en sus brazos.

+ ¿Estás mejor?

-Si, no ha sido nada.

+Si que lo ha sido.

-Bueno, prefiero no hablar del tema.

+Vale, pero algún día tendrás que hacerlo. No se puede huir eternamente.

Entraron en el salón Jay y Kelsey Ann y se sentaron en los sillones de al lado. Estaban agarrados de la mano. No quería ni mirarlos.

+ ¿Cómo estás?- dijo Jay con tono triste.

-Estupendamente, para correr la maratón.- contesté.

+Nath, ¿puedes dejarnos solos un momento?- le preguntó Jay.

-No, quédate aquí por favor.- le pedí.

+Elena solo quiero hablar contigo.

-Me parece muy bien, pero ya te he dicho que yo no tengo nada de lo que hablar contigo.

+Podrías escucharle.- dijo Kelsey Ann.

-Y tú podrías callarte.- le contesté.

+Vale, pues cuando quieras hablar, llámame.- dijo saliendo del salón- Pensaba que éramos amigos.

-Lo somos, por eso no tenemos nada que resolver.

+Como tú digas Elena.

Nathan nos acompañó a Mac y a mí a casa. Aquella noche se quedaría con nosotras a dormir. Bueno, 
mejor dicho, con Mac.

En cuanto llegamos me fui directamente a mi habitación. Me dolía muchísimo la cabeza. Nathan y Mac se quedaron en el salón cenando y viendo una peli.

Al día siguiente fui a clase y a trabajar como un día normal. Ya me encontraba bien, o al menos eso me obligué a creer. Por dentro estaba completamente vacía. Necesitaba algo nuevo, aire fresco.

Cuando estaba andando de vuelta a casa desde el trabajo me llamó Max.

+ ¿Cómo te encuentras hoy mocosa?

-Perfectamente cielo.

+Vamos a salir esta noche a cenar fuera, ¿te apuntas?

-Claro que sí.

+Así me gusta. Te veo luego enana. Te quiero.

Mientras intentaba meter el móvil en el bolso por poco no muero atropellada por una bicicleta. Se me salió el corazón del susto.

+ ¡Me he quedado con tu cara capullo!- le grité al chico.

Por la noche Siva y Nathan vinieron a recogernos a casa. Iríamos a cenar a un restaurante típico de allí. 

Cuando íbamos de camino, Sophie me llamó por teléfono.

+Elena ¿vienes a comer con nosotros verdad?

-Si, ¿por?

+Nada, nada, ya te lo diré.

-No, no, dímelo ya.

+Ahora nos vemos. Adiós guapa.

Nathan, Siva y Mac cuchicheaban mientras yo hablaba con Sophie.

+Te lo vas a pasar genial esta noche.- dijo Siva.

-Si. Incluso más que eso.- contestó Mac.

Aquello era muy raro. No me fiaba ni un pelo. Me defendí atacando.

+ ¿Mac y tú ya estáis juntos por fin Nath?

-No…

+Cállate Ele.- dijo Mac.

-Solo era una pregunta.

Llegamos al restaurante antes de que pudiera seguir la conversación.

Allí estaban todos esperando, ellos dos también. Pero había un chico al que yo no conocía.

Cuando me vieron salir del coche las chicas empezaron a sonreír.

+ ¡Hola Ele! ¿Te encuentras mejor?- dijo Kelsey.

-Sí… ¿por qué estáis todos tan felices hoy?

Mac me cogió del brazo.

+Bueno, primero, te quiero pedir que no montes un espectáculo ni te cierres en redondo doña cabezota. Y segundo, me gustaría que te limitaras a disfrutar de la noche.

-¿De qué me hablas Mac?

+Ele, este es Jeremy, un amigo mío y de Laura.- dijo Sophie.

Mi cara no sabía reflejar lo que sentía en ese momento por que estaba muy confundida, no sabía qué estaba pasando.

-¡Tú!- dije cuando le vi.

+ ¡¿Os conocéis?!

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