CAPITULO 51

Besos de ascensor.

El día del concierto se iba acercando, apenas quedaba una semana. Y esa semana, gracias a mis últimos intensos días de estudio, la tenía libre, y además solo tenía que ir a trabajar tres días.

Llamé a Jeremy. Pero él se me adelantó.

-¡Jeremy! Justo ahora iba a llamarte.

+ ¡Hola preciosa! ¿Haces algo ahora?

-Pues sí.

+Ah… entonces ya nos veremos…

-Espera… verás es que… hoy tengo planes por que estaba esperando que un chico muy guapo me llame para salir con él a cualquier sitio… creo que le llaman Jeremy o algo así.

+Mi niña… Pues creo que ese tal Jeremy me dijo que si te podía preguntar si querías comer con él y después, si te apetece dar un paseo.

Mi niña… que bien sonaba eso.

-Dile que acepto encantada.

+ ¿Dónde estás? Voy a por ti.

-No te molestes, yo voy sola. ¿Dónde quedamos?

+ ¿Y si vamos a mi casa? Esta vez preparo yo de comer.

-Vale. Un beso Jeremy.

Cuando llegué a su casa, él me estaba esperando en la puerta. Cuando me vio me dio un beso.

+No me equivoco, hoy también estás preciosa.

-Que dices… idiota.- me ponía colorada- ¿entramos?

Subimos por el ascensor hasta el ático de aquel edificio de cristal.

Mientras íbamos subiendo piso por piso, hasta llegar al 33, había unos cinco minutos. Cinco minutos en los que no paramos de comernos a besos. Me encantaba besar y morder aquellos labios.

Al ascensor paró, pero no nuestros besos.

Mientras habría la puerta la puerta oí unos ruidos dentro del piso.

+ ¿Vives sólo o compartes piso?

-Antes lo compartía con un chico americano pero cuando terminó de estudiar volvió a casa. Ahora tengo pendiente ir para allá a verlo.

+Y entonces ¿Ese ruido?

-Tengo dos bebés.

+ ¡¿Qué?!

Abrió la puerta, y dos perritos se abalanzaron contra mí chupándome y haciéndome gracias.

+ ¡Oh, estos son tus bebes! Son adorables ¿Cómo se llaman?

-Bear y Chewie. Les has gustado, eso tiene que ser una buena señal.

+Me los voy a quedar.- bromeé.

Entramos en casa, era muy, muy bonita. La enorme cristalera ocupaba toda la casa. Además era el último piso y las vistas eran impresionantes.

+Acabo de enamorarme. Ya puedes mudarte a mi casa, que yo me quedo con la tuya, gracias.

-¿Te gustan los espagueti con chili?

+Por supuesto.

-¿Quieres que te enseñe el resto?

+Claro.

Entramos en su habitación. Era preciosa, tenía una cama enorme en el centro de aquella habitación gigante, los suelos eran de mármol y los muebles de madera oscura. Me encantaba su cuarto. Me tiré en la cama.

-Aquí duermes tú…

+Sí…- dijo echándose a mi lado.

Ambos mirábamos al techo.

-Tienes una casa preciosa.

+No tan preciosa como tú.

Me giré para mirarle.

Estuvimos un rato callados mirándonos. En su mesilla de noche había un marco de fotos. Pase por encima de él para cogerlo.

En él salía una foto de él con dos chicas. Se parecían mucho.

-¿Son tus hermanas?

+Si, esta es Gigi y esta Jess.

-Son guapísimas.

+Son mi vida.

Le di un pequeño beso en la mejilla. Me sonrió.

+Me muero de hambre ¿comemos?- me dijo levantándose de la cama.

La comida estaba buenísima. Después de comer nos sentamos en el sofá a hablar.

-Tengo una sorpresa para ti Jeremy.

+Deja que la adivine… ¿tú?

-No tonto… cierra los ojos.

Cerró los ojos y puso los labios como para darme un beso.

Le hice una foto. Después le di un beso.

Cuando la foto se reveló le dije que los abriera.

+Me encanta… ahora me toca hacerte a mi una.

-Sí, pero con Bear.

Cogí al pequeño Bear en brazos y nos hizo una foto, bueno, aquella tarde nos hicimos miles.

+ ¿Puedo quedarme con esta?

Jeremy había escogido una foto donde salíamos a punto de besarnos pero yo salía sonriendo. Me encantaba esa foto.

Por la tarde dimos un paseo con Bear y Chewie por Hyde Park mientras nos tomábamos un helado.

-Ele… ¿Ese de ahí no es tu amigo Jay?

Jay estaba sentado en el césped con Kelsey Ann. Abrazaditos.

+Si.

-¡Vamos a saludarle! A lo mejor hoy se encuentra mejor.

+Déjalo, no importa.

-¡No seas tonta! Venga vamos…

Nos acercamos hasta donde estaban ellos.

+ ¡Hola Jay! ¿Qué tal?- le dijo Jeremy con una sonrisa.

-Hola Jeremy, hola Elena.- dijo Jay serio.

+Hola Jay, Kelsey Ann…- dije seria. Todavía no se me había pasado el enfado con él.

-Supongo que tú eres Kelsey Ann, la novia de Jay ¿no? Encantado, yo soy Jeremy.

+Sí, encantada.

Claro que Kelsey Ann estaba encantada, yo ya no estaba entre Jay y ella.

-¿Cómo te encuentras hoy Jay, estás mejor?

+Sí, bastante.- dijo mientras me miraba a mí y abrazaba a Kelsey Ann.

-Nosotros hemos venido a pasear a mis perros, Elena les ha encantado.

Yo tenía sujetos a ambos perros mientras Jeremy hablaba con Jay y Kelsey Ann, a mi no me apetecía hablar.

+ ¿Puedo verlos?- dijo Kelsey Ann emocionada.- son monísimos.

Le acerqué a los perritos para que los acariciara. De repente Chewie, la perrita, empezó a ladrar y a gruñir a Kelsey Ann. Ella se asustó.

-Buena chica.- pensé.

+Jay tiene un lagarto, se llama Neytiri.- dije sonriendo para disimular que me reía de Kelsey Ann.

-Tienes que enseñármelo uno de estos días. Me encantan los animales.

+Sí…- Jay seguía serio y yo esta vez no iba a hacer nada para cambiarlo. Para eso tenía a la rubia optativa.

-Bueno chicos, nosotros vamos a seguir dando un paseo que Chewie se está poniendo nerviosa. 

Nos vemos pronto, o si no, el día del concierto. Un placer conocerte Kelsey Ann.

Jeremy se despidió. Yo, no.

Terminamos de dar aquel largo paseo y regresamos a casa. Cenamos y vimos una película mientras me hacía cosquillitas en el pelo. Yo llevaba una camiseta suya.

-Jeremy, como sigas así voy a quedarme dormida.

+No importa, duérmete.

-No, que después me cuesta mucho levantarme para irme a casa.

Se levantó y me cogió en brazos. Me llevó hasta su habitación.

-¿Quieres dormir conmigo?

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Muchísimas gracias por leerme.
Besos xx.