La vuelta al mundo en un segundo.
Ahora podía verlo todo y a todos. ¿Dónde me habían llevado?
Pues a un sitio donde ya había ido antes. No hace mucho tiempo. Y que me hizo
recordar a una persona muy importante que ya no tenía cerca. ¿Aquel lugar? La
casa de Tony.
-¡¿Pero qué?!- dije sorprendida.- ¿Tony lo sabe?
+Claro que lo sabe idiota, él fue el que se ofreció a
preparar aquí tu fiesta.- dijo Mac.
-Pero no será tan grande como la de la última vez ¿no?
+No cariño, sabemos que tú lo querrías algo más íntimo.
-Pues… ¿a qué esperamos?
Entramos en casa de Tony. Llegamos al jardín, donde había
una pequeña mesa junto a la hoguera, que estaba apagada. En la mesita había
unos batidos y unos cuantos de sándwiches y el jardín estaba decorado con
globos.
-Bueno que… ¿te gusta? Hemos estado todo el día
preparándolo.- dijo Mac ilusionada.
+Sí me gusta chicos… muchas gracias por habérmelo preparado
pero… ¿no creéis que soy un poco mayor para batidos y globitos?- dije
intentando no herir sus sentimientos.
-¿En serio? Yo pensaba que todavía te iban los batidos…
Bueno, menos mal que teníamos un plan b.- dijo Max entrando en casa.
¿Batidos y globos? Já. En la enorme mesa del comedor de Tony
lo único que había que no te podía causar un coma etílico eran unas fuentes con
frutos secos y palomitas. El resto se trababa de una legión de botellas de Jack
Daniels, Vodka, Ginerbra… y nada menos que cuatro barriles de cerveza.
Aquello
no era normal. Ellos no eran normales.
-Estáis loquísimos.- dije boquiabierta.
+Bueno, siempre puedes irte a la mesa de los batidos.-
bromeó Nathan.
-Chico listo. Por cierto, lo siento mucho pero tendréis que
aguantarme en mi cumpleaños oliendo a concierto.- bromeé, aunque estaba
realmente hecha polvo.
+ ¿Necesitas una ducha?- dijo Tom.
-Es obvio que si…
Entonces todos los chicos, incluido Jeremy, me cogieron y me
llevaron a la piscina. Nos tiramos, incluso las chicas se tiraron.
+Bueno, yo me voy a la ducha.- dijo Tom saliendo de la
piscina.
-¿Y que te vas a poner Tom, la ropa mojada?- le pregunté.
+No, yo he traído algo para cambiarme.
-Pues muchas gracias por restregármelo. Prefería estar seca…
+Chica, aquí hemos pensado en todo.- dijo Kelsey.
-Señorita cumpleañera, su maquillaje y su ropa seca está
encima de la cama de la habitación de Tony.- dijo Nareesha.
+Será broma ¿no?
-No íbamos a dejar que en tu fiesta de cumpleaños oliésemos
todos a conciertazo.- dijo Sophie.
+Menos mal que estáis en todo chicas.
Antes de salir de la piscina, Jeremy me estaba esperando con
una toalla. Me rodeó con ella y me abrazó fuerte. Le miré a los ojos. Estaba
guapísimo con el pelo mojado.
+Ahora vengo cielo, voy a darme una ducha.
-No tardes preciosa.
Nos besamos. Y aunque hacía frío, nuestros cuerpos no lo
estaban.
Me di una buena ducha, bueno, todos nos duchamos y nos
arreglamos.
Por fin ya estábamos todos listos para que la fiesta
empezara. La música sonaba alto, el alcohol iba de mano en mano, bailamos hasta
que se nos desgastaron los pies.
Yo bailaba con Jeremy, los demás también pero Nathan y Mac
estaban sentados en uno de los sofás, muy románticos, quizás demasiado para
Mac, aunque parecía estar bastante a gusto entre sus brazos.
Tony estaba bailando con el resto y sirviendo las bebidas,
cuando se acercó a un micrófono que tenía junto al proyector y la pantalla.
+Chicos, ¿me escucháis?
Todos paramos de bailar para ver qué nos quería decir.
+Bueno… espero que os lo estéis pasando tan bien como yo…
por cierto Phill… tu camiseta mola.
Phill llevaba la camiseta que le habíamos regalado las
chicas del viaje a Brighton, la de “Don’t judge me, I’m famous”. Todos
empezamos a reír, aunque estaba intrigada por saber qué era lo que Tony nos
quería decir.
+Creo que es un buen momento, ahora que no estamos muy
borrachos, para darle los regalos a nuestra querida cumpleañera ¿no?
-¿Regalos? ¡Pero si yo pensaba que esto era el regalo! En
serio, no hace falta.
Para mi era más que suficiente todo lo que se habían
esforzado por prepararme la fiesta, y el concierto, y que todos estuvieran
conmigo… No me hacía falta ningún regalo.
Todos se movieron de un lado para el otro buscando sus
regalos.
+Mac, espero que tú me vayas a regalar tu presencia… por
favor.
-Pues al parecer hoy es tu día de suerte, por que aparte de
mi presencia te he comprado un regalito.
Mac cogió un paquete enorme envuelto de un papel azul muy
brillante con una nota:
Querida amiga, que
digo, querida hermana, esta experiencia esta siendo la mejor de vida y lo mejor
de todo es que la estoy compartiendo contigo. A partir de ahora no existe
pasado más allá del día en que llegamos a esta maravillosa ciudad. Este regalo
creo que te va a ser muy útil aunque te pido por favor que no lo uses para
escapar. Te quiero cariño, feliz cumpleaños. Mac.
Se me escapó alguna que otra lágrima mientras leía la nota,
y cuando terminé no pude evitar abrazar a Mac con todas mis fuerzas. No sé que
habría sido de mí si no la hubiese tenido a ella en los momentos más
importantes de mi vida. Siempre me hacía poner los pies en el suelo cuando lo
necesitaba, o simplemente escucharme cuando me hacía falta.
Abrí rápidamente el paquete, era una maleta antigua, con un
montón de sellos de todos los países.
Llevaba años queriendo tener uno de esos
baúles.
+Ahora nuestro regalo.- dijo Tom.
-Hemos comprado esto entre unos cuantos por que pensamos que
te iba a hacer mucha ilusión.- dijo Kelsey.
Esa caja era gigantesca, cuando la abrí había una cachimba
rosa preciosa y enorme, con todo lo necesario para hacerlas y además traía tres
más pequeñas para poder llevarlas a cualquier sitio. Me encantó ese regalo.
+ ¡No creo! ¿Os puedo querer más? Estáis en todo…
-Ese regalo es de parte de Kelsey, Tom, Kelsey Ann y yo. Jay
iba a participar pero al final no quiso.- dijo Siva.
No me extrañaba que Jay no quisiera participar en el regalo,
pero sí que me extrañó que Kelsey Ann lo hiciera.
+Ya sabrá por qué no he participado.- dijo Jay.
-Bueno creo que ahora viene el mío.-dijo Phill.- espero que
te guste nena.
El regalo de Phill era como él, muy gracioso. Y no solo me
hizo un regalo, sino dos. Uno de ellos era un cuadro gigantesco con una foto
que nos habíamos hecho todos juntos el otro día cuando estábamos en casa de
Jeremy. Y el otro era un cojín con su foto por un lado y por el otro la mítica
frase de la camiseta que le habíamos regalado. Era un crack.
Nareesha me regaló un par de sus zapatos divinos. Y Sophie y
Laura una máquina para hacer chocolate, que sinceramente, no me encantó sino
que creo que no podrían haberme hecho un regalo mejor.
+Aunque sea pequeño yo también quería hacerte un regalito…-
bromeó Nathan.- y creo que uno de ellos te va a hacer mucha pero mucha ilusión.
Aunque no sea mio.
Primero abrí el regalo de Nathan. Era una chaqueta roja y
blanca de béisbol, delante en un lado
ponía “TW” y detrás ponía: I’m a Wanted Girl. No creo que hubiera
regalo mejor de su parte.
-Enano, eres el mejor.- le dije mientras le daba un abrazo
muy fuerte.
+Creo que no.- me dijo dándome un pequeño paquete.- Este es
un regalo internacional, sólo para ti.
Ese pequeño paquete también tenía una notita.
Madeimoselle, siento
no poder estar en tu cumpleaños, pero no quería que pensaras que no me he
acordado. Así que, aunque yo no pueda estar presente, espero que sí que tengas
presente este pequeño detalle. Que disfrutes de tu grandioso día, y que se
cumplan todos tus sueños. Puede que nos veamos pronto. Te quiero. Piere.
P.D: Espero que te
siga yendo bien con tu cita. Puedes traerle si te escapas alguna vez a París.
Piere… me puse a llorar antes de haber terminado la carta.
Hablábamos todos los días pero no podía evitar echarle mucho de menos.
Dentro de la pequeña cajita había un reloj antiguo como el
que me regaló en mi viaje a París.
Jeremy me abrazaba fuerte al ver lo emocionada que estaba.
-Aunque esas lágrimas sean de felicidad, no llores preciosa.
Ríe que es mucho más bonito.
No pude evitar que se escapara una sonrisa de la cara.
+Mi regalo.- dijo Jay interrumpiendo mi abrazo con Jeremy.-
Bueno, uno de ellos. Por eso no quise participar en el otro regalo. Te había
preparado uno por mí mismo.
No quería abrirlo. Me daba igual. Seguía muy enfadada con
él. No quería ni dirigirle la palabra.
Me dio algo redondo y grande. ¿Qué sería? Lo abrí por mera
curiosidad.
Era una bola del mundo. Me quedé inmóvil cuando la vi. Sabía
perfectamente su significado.
+Para cuando Londres se te quede pequeño.
-Gracias.- dije seria.
+ ¿Y el otro regalo cuál es?- dijo Nareesha.
Jay se fue hacia donde estaba el micrófono y Tony empezó a
tocar el piano.
¡Qué bonito!
ResponderEliminarJay le va a cantar a Elena :')
Que monosos todos :3
xx
@annie_aine