PHOENIX

lunes, 31 de diciembre de 2012

CAPITULO 81


París era una mujer.

-¿Piere?

+ ¿Elena?

-¿Puedo?

+Por supuesto.

Fui a casa, le deje una nota a Mac en el frigorífico, cogí algo de ropa y me fui al aeropuerto. Le mandé antes de llegar un mensaje a Jeremy.

Lo siento, me he ido a París, estaré bien. Simplemente necesitaba irme de aquí. Londres se me ha quedado pequeño.

Poco más de dos horas después, estaba con Piere en el aeropuerto. En París. Otra vez.


-Bonjour Madeimoselle.

+Dame un abrazo.

Era reconfortante. Siempre me hacía olvidar todos mis problemas. Justo lo que necesitaba. Sin darme cuenta, de un momento para otro me encontraba en París, con Piere, sin Jeremy.

-Espero que no hayas reservado ninguna habitación de hotel…- me dijo Piere cogiendo mi maleta.

+ ¿Por?

-Por que te quedas en mi casa. Y no intentes discutirme… yo no pude hacerlo.

Acepté. No tenía más remedio.

Fuimos a su casa, como no, en el barrio bohemio por excelencia de París, Montmartre. Exactamente en la Rue Abbesses, donde vivía Amelie, y cerca del Moulin Rouge, donde le conocí.

Vivía en un piso que rebosaba arte por todos lados, lleno de cuadros, antigüedades y lo que más me gustó fueron las frases de ilustres franceses o que vivieron en Francia durante los años veinte, escritas en la pared, como los Fitzgerald, Dalí, o Gertrude Stein. Mi favorita era de esta última y estaba escrita en la pared del salón, era enorme.

“París era una mujer”- G.S

Me llevó a una de las habitaciones, era realmente bonita y las vistas eran aun mejores.

-Deberías descansar, mañana será otro día.

La verdad es que Piere tenía razón, era de madrugada y estaba agotada de aquel intenso día, aunque ya estaba más relajada.

Cuando me desperté miré mi teléfono, había un mensaje de Jeremy y otro de Mac, aunque ella ya no se sorprendía ante mis escapadas, y Jeremy solo quería que estuviera bien y que volviera pronto. No contesté a ninguno de los mensajes, es más, no volví a mirar el móvil en todo el día, necesitaba desconectar.

Me paseé por la casa buscando a Piere. Finalmente, lo encontré en la cocina.

-Bonjour Madeimoselle ¿tienes hambre?

+Bonjour Monsieur, estoy muerta de hambre.

-Me alegro por que te he preparado el desayuno.

Piere me había preparado unas tostadas con la Torre Eiffel grabada y un chocolate caliente.

-¿Qué quieres hacer hoy? ¿Tienes algún plan?

+Sabes que yo no soy de hacer planes, además, tú vives aquí, tú tienes que decirme donde vamos.

-Vale, pues si no te parece muy mala idea… ¿que te parece si lo primero que haces es contarme qué te ha traído hasta  aquí?

+Londres se me quedaba pequeño. Otra vez. Como siga así voy a tener que quedarme a vivir en París.

-No creo que sea muy buena idea, no tendrías dónde ir si París se te quedara pequeña.

+Tienes razón.

-¿Y qué ha pasado esta vez? Pensaba que Jay estaba de gira.

+Es que el problema está en que no sé que falla. Jeremy es un cielo, echo de menos a los chicos pero es su trabajo, incluso me estoy llevando bien con Kelsey Ann… lo único malo son esas malditas cartas…

Obviamente traje conmigo las malditas cartas, y se las di a Piere para que las leyera.

-Si te soy sincero no sé qué pensar sobre el que te está escribiendo esto… Por un lado me parece muy bonito lo que está haciendo, pero por otro… creo que es un poco cobarde… se está arriesgando a medias.

+Eso mismo pienso yo.

-Pues creo que lo mejor que puedes hacer es no darle más importancia y sacarle el lado positivo a esto. Ya sabes que alguien más en el mundo te quiere, aunque sea un cobarde.

+Tienes razón…

Dimos un paseo por las calles parisinas, tomamos café, bueno él, en un café precioso, compramos, y disfrutamos de la ciudad.

-¿Puedo llevarte a un sitio especial esta noche?

+Primero tengo que mirar en mi apretada agenda… aunque creo que lo tengo libre.- bromeé.

-Vale, pero ponte guapa por que vamos a un sitio muy especial.

+ ¿A dónde?

-Si te lo digo no es una sorpresa.

Cuando volvimos a casa me preparé para la sorpresa de aquella noche. Estaba intrigada por saber qué sería. Fui a avisar a Piere de que ya estaba lista y ahí estaba él, de chaqueta, guapísimo, impresionantemente guapo. Me quedé boquiabierta cuando le vi.

+Dios mío Piere.

-Estás preciosa Elena ¿nos vamos?

+Claro que sí ¿puedo ya saber dónde vamos?

-No.- rio.

Fuimos en su coche hasta la Torre Eiffel.

-Piere, cariño, la Torre Eiffel no es que sea una gran sorpresa que digamos. Se ve desde tu ventana.

+Lo sé, pero una cena para dos en lo más alto de la torre puede que si sea una sorpresa.

-No creo. Supongo que será una broma. ¿Verdad?

+Me parece que no…

Subimos a lo más alto. Se veía todo París iluminado, era la imagen más bonita que había visto nunca. Allí teníamos una mesita para dos, con velas, esperándonos.

La cena estuvo buenísima, y cuando terminamos empezamos con el champán.

-¿Por qué todo esto?

+No es que vengas a París muy a menudo… Y como sabía que estabas mal, pues… creí que sería buena idea, o al menos que te llevaras un bonito recuerdo de aquí.

-Pues lo has conseguido.

+No me apetece que te vayas mañana.

-Ni a mi, pero tengo que hacerlo. Los chicos vuelven mañana y le prometí a Jeremy que cenaría en casa de sus padres.

+ ¿Me prometes que volverás pronto?

-Te lo prometo.

No me apetecía volver a casa, Piere era muy especial para mí y me hacía sentir como si nada en el mundo importara, solo yo. Pero por otro lado quería volver a ver a mis chicos y a mi chico.

Tras unas cuantas más botellas de champán volvimos a casa y nos quedamos dormidos en el sofá mientras nos reíamos de no llego a recordar el qué.

Piere volvió a despertarse antes que yo aquella mañana, y me había vuelto a preparar el desayuno.

-No quiero que te vayas.

+Solo es un hasta luego.

-¿Estás mejor?

+Sí, mucho. He puesto muchas cosas de mi cabeza en orden. No sé cómo lo consigues.

-Madeimoselle, yo no he hecho nada, solo me he limitado a estar a tu lado.

+Sí que lo has hecho, y por eso  te quiero tanto.

Nos dimos un fuerte abrazo, después recogí mis cosas y me llevó a la estación.

-Llámame cuando me necesites. Estaré ahí siempre, sea la hora que sea.

+Lo mismo digo. Y… volveré pronto.

-Que pases una feliz navidad Madeimoselle, y una cosa…

+Dime.

-Sigue pensando con el corazón.- me dijo mientras ponía algo en mi mano.

Era otro reloj de collar. Yo me quedé inmóvil.

+ ¿Por qué lo haces?

-¿El qué?

+Ser tan bueno conmigo.

-No se suele encontrar personas tan especiales como tú todos los días. Y si los encuentras, tienes que cuidarlos. Y el reloj… no pude evitar comprarlo para ti, me recuerda a ti.

Nos volvimos a abrazar. Aquellas palabras no podían tener una respuesta que estuviera a su altura, así que intenté demostrarle lo que sentía por él en lugar de decírselo. Era un gran amigo, de esos que están en peligro de extinción.

Anunciaron el último aviso para mi tren.

+Creo que tengo que irme. Te quiero Piere.

domingo, 30 de diciembre de 2012

CAPITULO 8O


Dont't think, just drink.

No aguantaba más, estaba hecho un completo lío, incluso me enfadaba recibir aquellas malditas cartas, aquel que las estuviera escribiendo no se merecía mi admiración, era un cobarde. Si me quería por navidad, como decía, no iba a conseguirme enviándome indirectas, yo quería las cosas claras, mirando a los ojos, arriesgándose, desahogándose. Y quien fuera que las mandara no lo estaba haciendo. Y por supuesto, si era una broma, no tenía ninguna gracia.

Jeremy me repitió una y mil veces que él no era quien escribía las cartas, Jay ni siquiera me hablaba, el resto de los chicos… era imposible y Phill estaba empezando a tener algo más especial con Sophie por lo que me comentó ella uno de los días por teléfono, así que esa noche quedamos las chicas para ponernos al día.

Me di  una ducha furiosa, me arreglé aun furiosa, y salí de casa cuando todavía estaba furiosa. Enfado que aumentaba cada vez más al ver que Jay no se me fue de la cabeza desde que volvimos de Manchester.

Mac, sin embargo, era todo lo contrario a mí en ese momento. Hablaba con Nathan todos los días, veía a los chicos por video llamadas y tenía una sonrisa de oreja a oreja permanente.

Antes de ir a dónde habíamos quedado las chicas me pasé por casa de Jeremy para que creyera que todo estaba mejor y que me encontraba perfectamente. Mentira. Pero él se lo creyó, o eso creí. Las cosas entre nosotros desde la vuelta a Londres estaban muy relajadas. No nos habíamos peleado, es más, Jeremy estaba portándose muy bien conmigo, como de costumbre, pero la que estaba rara era yo, y me odiaba por ello por que sabía que él lo notaba y quería ayudarme, pero no le dejaba.
Jeremy me dejó en el pub donde habíamos quedado, y las chicas estaban esperándome en la puerta. Besé a Jeremy y salí del coche.

-Pásatelo bien.- me dijo acariciándome la cara.

+Gracias guapo, buenas noches.

Me fui para donde estaban las chicas.

-Chicas, lo siento mucho, pero hoy necesito ahogar mis penas en alcohol.- les dije.

+ ¿Y qué penas tienes tú?- me dijo Mac.

-Ninguna, ese es el maldito problema. No sé qué me pasa últimamente que hasta yo me pegaba a mi misma. Además las malditas cartas…

+Hablando de cartas, hoy te ha llegado una pero no estabas y la he recogido por ti. Toma.

Me dio otro sobre, con otro remitente distinto de los anteriores.

Ella no es tú. P.D: Te quiero por navidad.

-Habría sido mejor que no me la hubieras dado, si estoy así de rara en parte es por culpa de las malditas cartas.

Sophie cogió la carta y la leyó, después se la quitó Kelsey y así hasta que todas la vieron.

+A mi me parece muy romántico.- dijo Kelsey Ann.

-Yo creo que es de cobardes.-dijo Mac.- si tanto la quiere por navidad por qué no pone ni siquiera el nombre, o que se lo diga directamente.

+Eso mismo digo yo.- dije enfadada.

-Si te soy sincera, a mi también me daría miedo decirte  estas cosas Ele, sobretodo habiendo otra.- dijo Laura.

+ ¿Otra?

-Obviamente que hay otra, otra que no eres tú.

+Ya lo que me faltaba…. Mira creo que será mejor que nos pidamos algo y nos olvidemos del tema…

Entramos en el pub, nos sentamos las siete y empezamos a ponernos al día.

+Bueno cielo, cuéntame qué es eso de que estás con nuestro pequeño Phill.- le dijo Mac.
Sophie empezó a reírse y a ponerse realmente roja.

-Pues todo ha sido muy extraño… cuando vosotras estuvisteis en Manchester, y Laura estaba estudiando para los exámenes, él y yo quedamos unos días para tomar algo, después para cenar y… al final acabamos… bueno ya me entendéis. Ha sido todo un poco rápido.

+Si… pero a ti te gustaba de antes…- le dije.- y tú a él también.

-¿Cómo sabes tú eso?

+Se lo han puesto en una de las cartas.- bromeó Mac.

Cuando dijo eso me bebí lo que me quedaba de cerveza de un trago.

-Chicas, celebrémoslo, bebamos, tú Sophie por lo que Phill y tú tengáis, tú Laura por haber acabado los exámenes, Kelsey, Mac, Kelsey Ann y Nareesha por los chicos, y yo… por lo bueno que está el vodka.

+ ¿Y por Jeremy?- me dijo Kelsey Ann.

-Por Jeremy también, que está incluso mejor que el vodka.

Cada vez que veía a Kelsey Ann me acordaba inevitablemente de Jay, así que bebí hasta verla borrosa.

Perdí la cuenta en el quinto chupito, sé que me pasé, pero era lo que iba buscando. Necesitaba borrar todos los pensamientos de mi cabeza y dejarla en blanco. Pero no lo conseguí del todo, tenía uno en concreto, un nombre, una persona, él.

Estaba dispuesta a borrarlo de cualquier forma de mi cabeza, así que, cuando las chicas intentaron volver a casa como podían, yo me fui a casa de Jeremy. Pero me acordé de que había salido con unos amigos justo cuando llegaba a su casa. Por suerte, me lo encontré llegando a su portal.

-¿Elena, qué haces aquí?

+He venido a verte.- dije mientras me trababa la lengua.

-¿Estás un poquito mal, no?

+ ¿Por qué haces tantas preguntas? Cállate. No he bebido tanto.

-Vámonos arriba…

Subimos a su casa y me sentó en el sofá.

+ ¿Siempre tienes que beber tanto?

-Jeremy… no eres mi padre, puedo beber lo que me de la gana.

+Cierto, pero podrías controlarte… aunque sea un poco.

-Es que he bebido a tu salud.

Me acostó en su cama, yo intenté besarle pero no me dejó, estaba algo enfadado. A la mañana siguiente me levanté con una resaca de mil demonios, solo supe donde estaba por que reconocía el olor de Jeremy en sus sábanas.

-Buenos días…- dije cuando me lo encontré en la cocina.

+Buenos días ¿estás mejor?- me dijo serio.
-Bueno… eso creo

+ ¿Qué te pasa Elena, por qué no me lo cuentas?

-No me pasa nada… solo que ayer me pasé un poco cuando salí.

+Un poco… muy bien… No te creo Elena, que no me lo quieras contar es otra cosa.

-No es que no te lo quiera contar es que ni yo sé lo que me pasa.

+Está bien Elena, dejémoslo ahí.

-No quiero dejarlo ahí… y a ti, ¿qué te pasa conmigo?

+A mi no me pasa absolutamente nada contigo Elena, no estoy enfadado ni nada parecido, solo quiero verte y que sonrías, quiero no pensar que es por mi culpa, quiero dártelo todo para que estés feliz y no soy capaz de conseguirlo. Y no sé qué es lo que falla y eso me está volviendo loco.

-No es tu culpa, soy yo Jeremy… estos días no han sido buenos para mi.

+¡¿Pero por qué?!

- ¡No lo sé!

+Creo que te he dejado espacio, he intentado no agobiarte. He pensado que estabas así por que se han ido de gira pero después de haber pasado los días no comprendo por qué sigues igual, ni siquiera hablas con ellos como lo hace Mac o las demás. No sé qué que quieres, no se si llamarte o no, no sé si te apetece verme, no sé si quieres salir, si prefieres quedarte en casa o lo que sea. No sé nada y no puedo más.

-Vuelvo a repetirte que no es tu culpa. Esto se está volviendo una conversación de besugos. Ya te dije que yo no era normal. No soy como las demás, me dejo llevar demasiado quizás y no me doy cuenta de lo que pasa a mí alrededor y ahora mismo estoy saturada. Estoy mal por que los echo de menos y te echo de menos a ti también pero por otro lado no puedo ver a nadie, ni hablar con nadie. Ni siquiera he hablado con Mac. Por eso bebí ayer, para que se me olvidara todo lo que tenía en la cabeza.

+Bueno y ¿qué hacemos ahora, Elena?

-No lo sé. Me siento… atrapada.

+Yo voy a dejarte tu espacio… no quiero agobiarte… pero quiero saber si vendrás conmigo a pasar la nochebuena.

- ¿Piensas que no voy a ir?

+Yo ya no pienso nada Elena, solo te pregunto.

-Pues mejor que ni lo dudes.

+Cris va a estar ahí.

- ¿En serio?

+Sí, va con mi hermana, ya te dije que son mejores amigas, pero si lo prefieres le digo a mi madre que es mejor que no venga.

-Yo no tengo por qué hacer que no venga, ella es como de tu familia.

+Si, pero no lo es tanto como tú.

-Deja que venga, a mi no me importa. Me voy a casa a descansar un rato. Luego nos vemos.

Me despedí con un beso y un fuerte abrazo, y me fui de allí, estaba muy agobiada. Y cuando salí de su casa solo pude llamar a una persona para que me sacara de allí.
___________________________________________

Hola a todos!! os ha gustado el capitulo de hoy? siento no actualizar todos los días pero tengo que escribir más y en estas fechas es un poco difícil... Dentro de poco os pondré aquí abajo un cuestionario para saber vuestra opinión sobre la fic y todo eso. Espero que os esté gustando la historia... y como siempre, muchísimas gracias por leerme cada día. 

Podéis seguirme en twitter en @olguiwentz.

Besitos xx.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

CAPITULO 75

Manchester.
-Deja de decir gilipolleces. Sea lo que sea tiene solución.

+Ele, yo… ya sabes que no estoy acostumbrada a esto… no me gusta estar atada a alguien…

-¿Pero qué ha pasado, te has peleado con él?

+No. Eso es lo peor.

-¿Entonces?

+Pues que cuando estaba en la tienda trabajando ha venido un chico guapísimo, ha ligado conmigo, le he seguido el juego y cuando íbamos a dar el siguiente paso… no he sido capaz, me he acordado de Nathan, veía hasta su cara… me estoy volviendo loca. Yo no puedo más.

Me eché a reír.

+ ¿Se puede saber de qué te ríes?

-Mira cielo, no sé si mi opinión vale mucho teniendo en cuenta mi historial sentimental pero… eso es lo que pasa cuando quieres a alguien. Creo.

+Pues es una puta mierda.

-Sí, lo es. ¿Un chupito de Elena?

+Mejor que sean dos.

Preparé mi famoso chupito y nos pusimos a hacer la maleta. Terminamos borrachas, con toda nuestra ropa esparcida por el salón y con la maleta sin hacer.

Tan solo quedaba un día para irnos y yo me estaba poniendo nerviosa, tenía muchas ganas.
Mac y yo nos despertamos en el suelo, y con resaca, pero teníamos que ser valientes y terminar con los que no fuimos capaces de acabar el día anterior.

Como buenas campeonas terminamos de hacer las maletas, aunque a Mac le costó convencerme de que la cuarta maleta no era tan necesaria como yo creía.

Aquel día había quedado con las chicas del club de fans para darme los últimos regalos de las fans y para acordar el día de la entrevista. Después quedé con Jeremy para cenar y tomarnos algo. Aquella noche durmió conmigo. Otra vez.

La mañana fue bastante tranquila, y Jeremy y yo nos quedamos en casa esperando a que fueran las seis para salir hacia Manchester. Por los mensajes que me mandaba con Max, él estaba más nervioso que yo.
El móvil de Jeremy sonó.

-Dime mamá (…) pero yo me voy esta tarde a Manchester ya lo sabes (…) ¿no hay otra opción? (…) ¿Hasta mañana dices? (…) Bueno lo que tú digas, pero podrías haberme avisado antes (…) un beso mamá, ahora te veo.

+ ¿Qué ha pasado?- dije intrigada.

-Preciosa, creo que no voy a poder ir a Manchester hasta mañana.

+ ¿Qué ha pasado?

-Mis padres tienen que ir a casa de mi abuela en Bournemouth y me tengo que quedar esta noche con Gigi.

+ ¿Tú abuela está bien?

-Sí, no te preocupes. Lo siento por no poder ir, pero mañana te juro que estaré ahí lo antes que pueda.

+No te preocupes, yo solo quiero saber si estás bien.

-Sí, preciosa.

Lo que nos quedaba de tiempo juntos lo aprovechamos al máximo, y no sólo con besos y caricias, porque Jeremy sabía hacer que cada segundo de mi tiempo con él mereciera la pena.
Mi porterillo sonó, era Mac.

Bajamos, pero sólo con mis maletas. Había un autobús enorme en la puerta de casa, y al parecer era entero para nosotros, ahí sería donde los chicos pasarían el tour por Reino Unido.

-Jeremy, ¿dónde están tus cosas?- dijo Max mientras metía mis maletas.

+Lo siento pero hoy no puedo ir, llegaré mañana. Tengo que cuidar esta noche de Gigi.

-¿Otro más? Bueno pues te esperamos para mañana. Pero es una pena.

Abracé lo más fuerte que pude a Jeremy, yo quería viajar con él.

-Llámame, ¿vale?

+No, llámame tú cuando llegues para saber que ha ido todo bien, ¿vale?

Me besó y me volvió a abrazar. Después, entré en el autobús para irme con el resto.

-¡Madre mía! Esto es una pasada…- dije al verlo por dentro.- Pero…

El autobús era como una caravana. Tenía cocina, cinco camas enormes, un baño completo e incluso un salón.

+ ¿Te gusta?- dijo Max.

-¿Qué si me gusta? Esto es increíble.

Salude a todos, menos a Jay. Pero me faltaba alguien.

-¿Dónde está Kelsey Ann?

+No puede venir hasta mañana.- dijo Mac.

-Bueno, otra igual.

+Yo creo que me voy a echar un rato.- dijo Max.-deberíamos descansar para esta noche.

No eran más de cuatro horas de viaje pero estábamos bastante cansados. Mac y Nathan se echaron en el salón con Nareesha y Siva a jugar a las cartas, Tom y Kelsey estaban preparando algo de comer, y Jay Max y yo nos echamos en la cama.

+ ¿Puedo echarme aquí contigo?-le pregunté a Max.

-Claro que sí, mocosa.

Jay estaba en la cama de en frente.

Yo me abracé a Max y me puse a escuchar música. Mientras escuchaba algo de Bruno Mars me tocó una mano. Era Jay.
Giré la cabeza para ver qué quería.

-¿Qué estás escuchando?

No contesté.

-¿Pero por qué no me hablas?

No contesté.

-¿Esto va a ser así siempre?

No contesté, pero intenté hacer que lo viera en la mirada.

Al final él se rindió y dejó de hablarme, y yo seguí escuchando música esperando a ver si Jeremy me llamaba. Mientras tanto, Max, que estaba en un sueño profundo me abrazó y me puso la pierna encima.

Me moría de hambre, y cuando por fin Max se dio la vuelta salí de su cama, fui a la cocina para prepararme algo. Pero, aunque el autobús fuera enorme, el pasillo no era ancho suficiente para que dos personas pasaran sin chocarse, y Jay y yo íbamos en sentido contrario, así que me choqué con él. Me agarró de la cintura y se acercó a mi oído.

-Si juegas a ignorarme te arriesgas a que yo juegue mejor que tú.- me susurró.

Obviamente no le pude contestar, aunque supongo que él se lo tomó como una respuesta.

Ya estábamos llegando a Manchester, yo, que volví a la cama de Max después haber comido algo, lo desperté tirándome encima suya y haciéndole cosquillas.

Unos diez minutos después llegamos al hotel y los chicos nos ayudaron a sacar las maletas.

-Ele, ¿qué tienes ahí?- me dijo Nareesha señalando a un papel que había pegado a mi maleta.

Lo cogí, para ver que era. Era otra nota.

Tú y yo deberíamos dejar de soñarnos y empezar a vivirnos. P.D: te quiero por navidad.

+Nada una nota…

Pero, ¿cómo había llegado aquello allí? Cuando le di las maletas a Max no había ninguna nota…

Llegamos a la recepción del hotel Radisson Blu Edwardian Manchester pero al parecer hubo un problema a la hora de reservar las habitaciones. Habíamos reservado seis habitaciones pero solo quedaban cinco para aquella noche, así que dormiría con Max.

Ya era hora de cenar, por lo que dejamos las maletas, nos arreglamos y bajamos para comer algo y disfrutar de la noche de Manchester. No antes sin llamar a Jeremy, que estaba cenando con su hermana y viendo una película.

Fuimos a comer a un lugar llamado Panacea, y después salimos al Sankeys Soap, un club bastante famoso allí según Max.

Gracias a mis tres maletas llenas a reventar de ropa, pude elegir cómodamente modelito, aunque Nareesha me dejó unos de sus zapatos a cambio de uno de mis vestidos.

Llegamos al club, la música sonaba muy fuerte, las luces parpadeaban de un lado a otro y yo estaba muy motivada, tenía muchas ganas de bailar. Kelsey y yo lo dimos todo mientras los demás se tomaban algo. Aunque yo no quería emborracharme mucho aquella noche.

Por lo visto Max estuvo toda la noche bastante pegadito a una chica. Jay no paró de beber, igual que Nathan y Mac, aunque ellos estaban bastante cariñosos. Tom terminó uniéndose a nuestro baile y Siva y Nareesha como siempre más tranquilitos, nos controlaron un poco.

Cuatro de la mañana. El club cerró sus puertas y unos taxis nos llevaron de vuelta al hotel. Kelsey ayudó a salir a Jay de allí para llegar hasta el taxi, pero fuimos nueve y llegamos diez. Max se había traído a aquella chica al hotel, creo que se llamaba Julia, aunque no recuerdo muy bien.

-¿Dónde voy a dormir yo ahora?- dije en la recepción.- Mac, duerme conmigo.

+Lo siento cariño, pero esta noche… Tendrás que dormir en la habitación donde queda sitio.- dijo refiriéndose a la habitación de Jay.

-Bueno pues, muchas gracias a todos.- dije sarcástica.

Subimos en el ascensor hasta la habitación de Jay. Mis cosas estaban en la de Max, así no tenía ni siquiera un pijama. Jay estaba menos borracho de lo que yo pensaba, y aquella situación era muy incómoda.


Me di una buena ducha y, sorprendentemente en la cama Jay me había dejado una camiseta para dormir. Yo no sabía dónde meterme, no le hablaba y ahora él tampoco me hablaba a mí.

martes, 25 de diciembre de 2012

CAPITULO 78

Destilería clandestina (Parte 1)

-¿Te lo has pasado bien?- me preguntó.

+No quiero seguir discutiendo Jeremy.

-No estoy discutiendo, te estoy preguntando si te lo has pasado bien.

+No. ¿Y a ti te ha gustado hablar con ella?

-Podrías haberme llamado, estaba preocupado.

+No has contestado a mi pregunta. Además, no iba a llamarte, estabas ocupado hablando con ella. ¿Por qué es tan importante ella, Jeremy?

-No es importante Elena. Pero, al contrario que tú, yo no quiero ocultarte nada, y creo que deberías saber que Cris no fue solo mi novia… estuvimos prometidos durante casi un año.

+Me voy a dormir Jeremy, buenas noches.


-No. Quiero que me escuches. No me importa tener que repetirte una y mil veces que no quiero nada con ella, que solamente te quiero a ti, pero para mi familia ella es una más, y yo… me ha llamado por que está bastante mal, nos ha visto en las revistas y…

+ ¿Por qué rompisteis el compromiso?

-Me engañó. Durante más de dos años. Me decía que no podía quedar, o que estaba ocupada, o que se quedaría aquella noche en casa, cuando mis amigos me llamaban y me decían que estaba fuera, con otro tío. Y yo no los creí. Hasta que lo vi con mis propios ojos y me comí mis palabras. He estado mal mucho tiempo Elena, pero desde que te conozco me levanto cada día con una sonrisa de oreja a oreja, y si no te lo he contado antes es por que me preocupa tan poco ella y tiene tan poca importancia para mi, que no quería contarte cosas que no fueran, por lo menos, tan bonitas como lo que siento cuando estoy contigo. Yo no quiero que te rodee nada malo si puedo evitarlo.

+Entonces… ¿seguro que no sigues sintiendo nada por ella?

-Completamente seguro. ¿Y tú, sientes algo por él?

+No.

Se levantó, me agarró de la cintura y me besó. Después me cogió y me metió en la cama.

-Hueles a alcohol.- me dijo riendo.

+Un poco… pero no mucho.- bromeé.

-Mentirosa… pero si pareces una destilería clandestina.- dijo mientras me abrazaba.- Buenas noches preciosa.

+Hasta mañana guapo.

Dormimos abrazados, y yo ya me sentía más cómoda aunque una parte de mi sentía que esto no había acabado todavía.

Nos despertamos tardísimo, pero nos despertamos. Inmediatamente me metí en la ducha y nos preparamos para el último día en Manchester y el último día con los chicos antes de su gira de navidad.


Nos reunimos todos en la habitación de Max.

-Bueno chicos, hoy es el último día…- dijo Jeremy.

+No tengo ganas de que os vayáis…- dije triste.

-¿Nos damos ya los regalos del amigo invisible?- dijo Nathan.

+Vale, pero ¿quién empieza?- dijo Kelsey.

-Podemos echarlo a suertes y después sigue el que se le haya dado el regalo.- propuse.

Pusimos nuestro nombre en un papel, y Mac sacó uno de los papeles del gorrito de Jay.

-Empieza…- dijo abriendo el papel arrugado- Nareesha.


+ ¡Ohhh! ¡Qué bien!- dijo emocionada.

-¿Quién es tu amigo invisible?- le pregunté.

+Mi amigo invisible es… ¡mi bebé! ¡Nathan!

Nareesha le dio un paquete a Nathan, envuelto en papel de flores y con una notita pegada.

Para el mejor amigo invisible que me podía haber tocado. Siempre serás mi pequeño. Te quiero. N.

Nathan abrió el regalo entusiasmado. Era una gorra con Stewie Griffin. Se abalanzó sobre Nareesha y le dio un abrazo enorme.

-¿Quién es tu amigo invisible Nath?- le preguntó Nareesha.

+Mi amigo invisible es… Jeremy.

Le dio un paquete envuelto a Jeremy que parecía un libro.

-¿Le has regalado un libro?-le pregunté.

+Ya lo verás.

Jeremy abrió el regalo, era el último videojuego de Halo 4, que estaba recién salido al mercado.


-Muchas gracias Nathan.- le dijo Jeremy dándole un abrazo.

+Esta vez no pierdas si no quieres que Elena termine por quedarse desnuda de una vez por todas.

-Muy gracioso enano.- dije dándole un puñetazo en el brazo.- bueno guapo, ¿quién es tu amigo invisible?

+Pues mi amigo invisible es… un gran tío… Siva.- le dijo Jeremy dándole una caja enorme.- espero que te guste.

Siva abrió el gran paquete. Era una caja de galleta con la forma del busto de Spok, el de Star Treck.

-¿Existe regalo mejor? No creo amigo… dame un abrazo…- la verdad es que Jeremy y Siva se llevaban muy bien, y era muy tierno verlos abrazándose.

+Seev, y ¿quién es tu amigo invisible?- le preguntó Mac- ¡yo quiero ya mi regalo!

-Pues mi amigo invisible… es alto, muy blanco, tiene el pelo rizado y los ojos tremendamente azules.

-Se te olvida su increíble sonrisa Seev.- pensé.

+ ¡Yo lo se! Es… ¡¡Nareesha!!-bromeó Kelsey.

Jay cogió el regalo de Siva, era una máquina de hacer cerveza.

-¡No creo!- a Jay se le iluminaron tanto los ojos que estuvo a punto de llorar. La verdad es que Siva había dado en el clavo.

+Pero no te pases haciendo cerveza que nos conocemos Jay…- le dijo Kelsey Ann.

-Lo siento nena, pero tengo una máquina de cerveza. Que en siete días me da diez litros de cerveza.

+ ¿¡Me toca a mi ya!? ¡Joder!- dijo Mac.

-¡Cómo sigas así de impaciente no te lo doy!- le dijo Jay.

+ ¡Oh! ¡Entonces soy yo! ¡Me toca a mí! ¡Bieeeeeen!- dijo Mac saltando.

Jay le dio unos guantes de boxeo a Mac. Rosas. Unos guantes de boxeo rosas. A Mac. La cara de Mac era… no me gustaría haber sido Jay en aquel momento.

-Jay, cariño, ¡¿qué coño es esto?!


+Unos guantes de boxeo.- dijo Jay sonriendo.

-No si eso ya lo veo. Y que son rosas también…- dijo Mac mientras se ponía los guantes.- Por cierto cielo mío, yo que tú empezaba a correr.

+ ¿Por qué?

-¿Qué por qué? ¡Pues por que los voy a estrenar contigo! ¡En serio me compras unos guantes de boxeo Jay!- dijo Mac persiguiendo a Jay por la habitación de Max- con lo fácil que habría sido regalarme un disco, o un gorrito o tu eterna amistad, ¿pero unos guantes rosas? ¡te mato!

Yo estaba medio tirada encima de Max, que se reía tanto como yo. Tom y Jeremy estaban medio llorando de la risa, bueno, todos lo estábamos. Excepto Mac y Jay, obviamente.

Jay saltaba por la cama intentando esquivar a Mac, pero se tropezó y cayó encima de la cama, por lo que Mac aprovechó para tirarse encima de él y pegarle con los guantes.

+Pues a mi me gustan, son rosas.- dijo Kelsey Ann.

Yo la miré y fui a contestarle pero Nath se me adelantó.

-Kelsey Ann, Mac odia el rosa.

Mientras, Mac seguía pegándole a Jay.

+ ¿Ves cómo es útil?- le dijo Jay intentando cubrirse de los golpes.

-¡Idiota!-le dio el último golpe riéndose y se levantaron.- me he quedado bastante a gusto, la verdad. Me toca. Mi amigo invisible es… Kelsey Ann. Espero que te guste.

Mac le regaló a Kelsey Ann unas puntas de ballet, y sí, eran rosas.


+ ¡Oh son tan cuquis!- dijo Kelsey Ann al verlas.- Muchas gracias.

-Ogg… de nada guapa.- le contestó Mac.

+Mi amiga invisible… más que una amiga es una hermana.- dijo Kelsey Ann.

Kelsey Ann le regaló a Kelsey una máquina vintage de hacer palomitas y un cartelito que ponía: 

Para nuestras noches de chicas.

-Te quiero rubia.- le dijo Kelsey.- Me toca. Mi regalo va para la niña más guapa del mundo.

+ ¿Otro regalo para mi? No hacía falta Kels, en serio.- dijo Mac.

-No, para la otra niña más guapa del mundo pero que no es tan egocéntrica.- bromeó Kelsey.- Es la más dulce que conozco.

Kelsey le regaló a Nareesha un Eagle Barley, un bolso negro con tachuelas, precioso. 


-Tenemos un problema- dijo Nareesha.- yo ya he regalado. ¿Quién quiere ir ahora?

+Yo mismo.- dijo Tom.- mí amigo invisible es… mi novio.

-Mientras no dejes de ser mi putita a mi me da igual.- bromeó Nathan.


____________________________________________________________

¿Os ha gustado el capitulo? Espero que sí. Bueno solo deciros que esta tan solo es la primera parte, sino se hacía muy pesado de leer. Y nada, explicaros que el amigo invisible se ha echado a suertes de verdad, para no hacer trampas! jajajaja Proximamente os pondré un cuestionario aquí abajo para saber algo más de vosotras y para que ayudéis si quereis a la fic! Gracias por leerme día a día. No sería nada sin mis LIARS!

Besitos xx.

domingo, 23 de diciembre de 2012

CAPITULO 77


Lejos de ti.

Quince minutos de reloj después, y ya estábamos abajo arreglados y con todos esperándonos.

-Vaya caritas… ¿ayer no creéis que os pasasteis un poco?- dijo Nathan cuando nos vio.

+No hemos pasado muy buena noche, la verdad.

-¿Ya estáis mejor?

+Si, listos para hacer turismo por aquí.- dije simpática.

Vimos muchísimas cosas, visitamos la torre Beetham, el Trinity Bridge, descansamos en Piccadilly Gardens a comer y por último visitamos lo más esperado del día… el Old Strafford Stadium, el estadio del Manchester. Pasamos un día realmente bueno. Jay no me dirigió la palabra en todo el día, ni siquiera me miró.


Volvimos al hotel después de hacer turismo para descansar un rato y arreglarnos para ir a cenar a casa de los padres de Max. No era una cena formal, pero yo quería que dar una buena impresión así que me esmeré a la hora de vestirme.

Llegamos a casa de Max sobre las ocho y sus padres nos recibieron con muchísima alegría.

-Maximilian Alberto George ven y abraza a tu madre.- dijo cuando abrió la puerta.

Max y su madre se dieron un gran abrazo muy cariñoso, mientras los perros de Max salieron también a recibirnos a todos.

 -Hola a todos chicos, sentíos como en vuestra casa, sois bienvenidos en la casa de los George.

Entramos dentro, nos presentamos y saludamos a sus padres y a su hermano Jack, ellos ya conocían a los chicos, pero esta vez vino más gente. La verdad es que fueron muy amables con nosotros, aunque yo estaba nerviosísima.

Nos sentamos en una enorme mesa todos juntos a cenar. Su madre se había pasado todo el día cocinando, y yo necesitaba comer algo de comida casera y dejarme de sándwiches. Nos preparó platos típicos ingleses, ensaladas y crema de verduras para Jay y mucha carne para Max. La cena estaba yendo genial.


-Me lo estoy pasando genial preciosa.- me dijo Jeremy.

Yo le contesté con un beso.

+Elena, yo pensaba que Jay estabais juntos, o al menos algo de eso leí en las revistas.- dijo la madre de Max.

-Que va señora George, Jay y yo solo somos unos buenos amigos. Yo estoy con Jeremy.

Aquella situación no podía ser más incómoda.

Jeremy dejó de comer, Jay no dijo nada, a Mac se le escapó una sonrisa incómoda y yo estaba pálida.

Max intentó cambiar de tema al ver la reacción de cada uno.

La cena terminó más tranquila, Max se despidió de su familia y después fuimos a tomar algo con unos amigos de Max.

Jeremy no bebió. Yo tampoco. Pero él tampoco me habló mucho desde aquel momento en la cena.

-¿Te pasa algo conmigo?- le dije preocupada.

+No.- dijo serio.

-Jeremy, sé que algo te pasa conmigo. Dímelo, por favor.

+Podrías haberme dicho que estuvisteis juntos. No tenías por qué mentirme.

-¿De qué me hablas?

+Sabes perfectamente a quién me refiero.- dijo mirando a Jay que estaba sentado en el sofá de enfrente.

-Pues no Jeremy, no sé a qué te refieres.

La conversación iba subiendo de tono. Así que salimos fuera para hablar más tranquilos.

+Pues si no lo sabes yo te lo aclaro. Creo que he aguantado bastante vuestras miraditas, y vuestros piques y no he dicho nada, por lo menos podías no haberme mentido cuando te pregunté si estuvisteis juntos.

-¿Pero de qué coño vas? No has podido aguantar nada por que ni siquiera nos hablamos Jeremy. Y yo no te he mentido en ningún momento, no hemos tenido nada, no hemos estado juntos. Nunca.

+Elena, eso no se lo cree nadie. Si hasta la madre de Max lo sabía. Yo creo que he estado ahí para todo ¿y él? No pensaba que podías ser así… yo no te habría dicho nada si me hubieras dicho la verdad, yo no soy nada para decirte lo que tienes que hacer y menos antes de conocerte.

-No sabía que eras tan rencoroso. ¿Sabes qué Jeremy?

Su móvil sonó en medio de la discusión. Él lo cogió al ver quién era.

+Dime Cris (…) No, no estoy haciendo nada ahora mismo (…) dime, de qué quieres hablar.

Increíble. El comportamiento de Jeremy en ese momento me parecía increíble.

Me acerqué a él muy cabreada.

-Adiós Jeremy, me voy.

+ ¿A dónde vas Elena?

-Lejos de ti. Lejos de aquí.

Volví al pub a recoger mis cosas. Se me notaba en la cara el enfado.

+ ¿Qué te pasa Ele?- me dijo Mac cuando me vio coger así la chaqueta.

-Me voy.

+ ¿A dónde vas? Tranquilízate.

-No Mac, no voy a tranquilizarme. Si quieres saber dónde voy ven conmigo, sino ya nos veremos mañana.

Mac cogió también su chaqueta y fue a decirle al resto que teníamos que irnos.

-¿Dónde vas?- le preguntó Jay.


+No lo sé. Elena está mal.

-Ah, vale. Muy bien. No te portes muy mal.- dijo riendo.

¡Pero será capullo! Encima de que todo esto es por su culpa, por su estúpido comentario de aquella maldita entrevista. Y ahí estaba él, tranquilo, con la rubia optativa, feliz y contento.

Me cabreé aun más.

-Que os den a todos.-dije antes de salir corriendo de aquel sitio.

Mac me siguió.

Al salir del pub, en la puerta me encontré a Jeremy.

-Elena ¿dónde vas?- él aun seguía hablando por teléfono.

Mi respuesta fue suficiente con una mirada.


Llegamos a una discoteca donde estaba entrando mucha gente.

-¿Qué vamos a hacer aquí?- preguntó Mac.

+ ¿Recuerdas esas noches nuestras?

-Ele, no.

+Mac, si. Si vas a intentar controlarme esta noche, creo que es mejor que vuelvas con los demás.

Al final, Mac entró conmigo.

Aquel sitio estaba atestado de gente, no cabía un alma. Llegamos como pudimos a la barra y nos pedimos unos chupitos, y después otros más, y otros más. Tequila, vodka, ginebra. Y la garganta ardiendo.

Ya estábamos algo perjudicadas cuando fuimos a la pista de baile. Lo dimos todo. Como en los viejos tiempos. Pero cuando nuestros cuerpos no podían más nos sentamos en unos sofás.

-¿Y tú por qué bebes?- le pregunté a Mac.

+Para hacerte compañía.

-Venga Mac, no me seas gilipollas.


+No soy capaz de serle infiel a Nathan…

-Pero eso no es malo.

+Lo es. No sé si quiero estar atada solo a una persona.

-No lo pienses tanto. Vive el momento y punto.

En ese momento dos chicos se acercaron a nosotras, con las intenciones bastante claras. Yo solo quería dejar de pensar en Jeremy y en Jay, por lo que no vi mal conocer a gente nueva. Y Mac, no sé que pretendía hacer pero tampoco le importaba mucho.

El nombre de aquellos dos chicos, no lo recuerdo. Solo sé que eran bastante… cariñosos. Quizás demasiado.

Nuestro juicio estaba completamente anulado, y nuestro orgullo demasiado alto como para bajarlo, así se puede decir que nos dejamos llevar por la situación. Y por la gran cantidad de alcohol.

Lo último que recuerdo de la noche en el club era a Mac y a mí, en aquel sofá asqueroso, con esos tíos manoseándonos.

-Suéltame, esto no está bien.-dijo Mac.- Elena despierta ya, joder.

Me cogió de la mano y me sacó de allí.

Cuando me recuperé un poco, estábamos andando de camino al hotel.

+ ¿Qué hemos hecho Mac?

-El gilipollas. Así que cállate y sigue andando.


Me dio un bajón y me puse a llorar. Ella era más fuerte que yo en estas situaciones.
Me dejó en la puerta de mi habitación. Me arregló como pudo el pelo y el maquillaje y me dio las buenas noches. Eran las seis de la mañana.

Entré en la habitación del hotel que compartía con Jeremy. Él estaba despierto, sentado en una silla, con la tele encendida, mirando al suelo y con el teléfono en la mano. Yo me senté enfrente, en la esquina de la cama.

jueves, 20 de diciembre de 2012

CAPITULO 76


Merry Christmas.

Me di una buena ducha y, sorprendentemente en la cama Jay me había dejado una camiseta para dormir. Yo no sabía dónde meterme, no le hablaba y ahora él tampoco me hablaba a mí.

Me encontraba en la misma habitación que Jay, de madrugada, y sin hablarnos. Estaba de los nervios y salí a fumarme un cigarro, él se metió en el baño, se quedó allí durante muchísimo tiempo, en silencio, sentado en el suelo.

Aquella noche, él durmió en el sofá y yo en la cama, aunque ninguno de los dos pegó ojo. Pero tampoco nos dirigimos la palabra.


Era casi mediodía y Jeremy me llamó. Ya estaba llegando a Manchester. Me cambié de ropa, Jay seguía ausente y me fui a mi habitación para cambiarme y comer algo después. Todos nos reunimos en el restaurante del hotel y la chica de Max ya había desaparecido.

-Espero que haya sido una gran noche.- le dije.

+Lo siento mocosa, no volverá a pasar.

-No te preocupes, no me importa.- dije simpática.- Jeremy está a punto de llegar.

Cuando terminamos de desayunar fuimos a la recepción a esperar a Jeremy que llegó unos cinco minutos después.

+Hola preciosa, ¿buena noche, no?- dijo al verme.

Tenía cara de zombie por no haber dormido ni cinco minutos.

-Si, bueno, he tenido que dormir con Max por que no había habitaciones.

En ese momento llegó Nathan.

+Max, te lo pasaste bien anoche ¿no? No me veas cómo se oía desde tu cuarto.

-¿Cómo?- me dijo Jeremy.- ¿No habías dormido con Max?

+No Jeremy, con Mac, sordito.


No quería decirle que había dormido con Jay. No eran mejores amigos que digamos.

Por suerte, aquel día si había una habitación más disponible para nosotros.

Para relajarnos un poco fuimos al spa y la piscina. Yo me metí en el jacuzzi con Jeremy, lo había echado de menos.

-¿Ha ido todo bien con Gigi?- le pregunté sentándome encima suya.

+Sí, pero me habría gustado estar aquí desde el primer día.

-Bueno, Kelsey Ann tampoco ha venido.

+ ¿Salisteis ayer?

-Si, fuimos a un club que no estaba nada mal, la verdad.

+Tengo ganas de que llegue esta noche.

-Si, va a ser muy especial.

El calor y las burbujas del jacuzzi nos acercaba cada vez más, y no podíamos seguir controlándonos.


Me besaba por el cuello, yo dejaba que mi mano descubriera su cuerpo una vez más. Los demás estaban en la piscina de al lado jugando y nadando un rato.

-¿Nos vamos de aquí?- le sugerí a Jeremy.

+ ¿A dónde?

Miré para arriba y me mordí el labio.

Cuando Jeremy salió del jacuzzi lo tapé rápidamente con la toalla por que se notaba lo contento que estaba de volver a verme y subimos corriendo a nuestra habitación.

Aún empapados, con el bañador todavía puesto y nuestros cuerpos ardiendo, nos tiramos en la cama. Beso mis labios, mi pecho, mi barriga, mis piernas, y después volvió a donde había empezado.

Hacía mucho calor.

Me agarraba de tal manera que hacía que perdiera el control de lo que hacía, era salvaje y dulce al mismo tiempo, y yo me dejaba llevar como nunca antes lo había hecho.

Cuando la pasión se calmó nos quedamos en la cama simplemente mirándonos.

Era la hora de prepararnos para la gran noche, y hacía muchísimo frío.

Jeremy iba realmente guapo con una americana y unos vaqueros. Iba simple pero a él le quedaba perfecto. Yo, en cambio, llevé un vestido negro con una chaqueta de cuero y la bufanda enorme del regalo por que hacía muchísimo frío.

Bajamos a la entrada donde habíamos quedado con los chicos. Ya estaban todos allí. Todos. 
Incluida Kelsey Ann, que llevaba una falda y una chaqueta negra.

Todos estaban guapísimos con sus abrigos y sobretodo, nerviosos por el gran día.

Llegamos al Albert Square, había miles de personas allí, y esta vez nos hicieron posar con ellos en el photocall a Mac, a Jeremy y a mí.

Tras los cientos de flashes pegados a nuestras pupilas fuimos al backstage, Max estaba realmente nervioso, era su ciudad, su familia lo vería y todos sus amigos y era algo bastante importante.

-Tranquilo idiota, lo vas a hacer muy bien.- le dije jugando con sus orejas y con una gran sonrisa.

+Gracias mocosa, dame un abrazo.

Estuvimos abrazados hasta que salieron al escenario. El resto fuimos fuera a ver el espectáculo como el resto.

Cantaron Warzone, que hacía que Mac se pusiera pálida y se quedara absorta, después Lightning que nos ponía a todos a bailar, All Time Low y por último Glad You Came.

El concierto fue todo un éxito pero cuando acabaron, todo se quedó oscuro. Yo me agarré a Jeremy y entonces un foco los enfocó a los cinco y a una chica más que estaba tras un atril.

-Muchas gracias Manchester por permitirnos estar aquí con vosotros en un día tan especial como hoy. Espero que hayáis disfrutado de la actuación y quiero que sepáis que me siento muy orgulloso de ser de esta maravillosa ciudad. Que paséis una feliz navidad y esperamos que todos vuestros sueños y propósitos se cumplan este año.- dijo Max emocionado.

+Feliz navidad en 3…2…1.


Todos pulsaron el botón y las luces de la ciudad se encendieron. Manchester se vistió de colores, luces y se infectó de espíritu navideño en cuanto todo se iluminó.

Todos nos abrazamos orgullosos y medio llorando.

Volvimos rápido al backstage para estar con los chicos y en cuanto llegamos me fui corriendo hacia Max que me cogió en brazos.

-¡Lo ves! Ha salido genial.- le dije dándole besos en la mejilla.

Él jugó con mis orejas y me abrazó.

+Estoy muy, muy contento.- dijo con una sonrisa que le llenaba la cara.


Nos dimos un abrazo de grupo, cuando el evento terminó saludaron a las fans que también nos pedían fotos a Mac y a mi, incluso a Jeremy, y después fuimos a celebrar que todo había salido bien a la fiesta que organizaban después del alumbrado.

Jay no me habló en todo el día, se limitó a pasarlo con Kelsey Ann.

Nos montamos en los taxis que nos llevarían al lugar donde sería la fiesta y el taxista me dio una carta con mi nombre.

-¿Tú eres Elena?- me dijo el taxista.

+Si.

-Esto es para ti.

En el sobre ponía mi nombre, de nuevo sin remitente alguno. La nota decía:

Pasar más alumbrados junto a ti. P.D: te quiero por navidad.

Me volvía loca el pensar quién sería, pero no se me ocurría nadie.
Guardé la nota, Jeremy volvió a verla y no le hacía nada de gracia por lo que se veía.

Llegamos a la fiesta, otra vez más fotógrafos y fans. Los chicos cada vez eran más famosos. El local no estaba muy lejos de donde se hizo el concierto, era enorme y estaba abarrotado de gente. 

Había gogos, comida, y bebida para una legión, incluso una fuente de chocolate. Y la música era bastante buena.

Además de los chicos, obviamente había muchos más famosos como Cheryl Cole, pero nosotros estuvimos la mayor parte del tiempo en un sofá, bebiendo y bailando, casi como la noche anterior, pero con Jeremy.

Me encantaba besarle, me encantaba bailar con él, me encantaba que me abrazara. Me encantaba él.

La fiesta estuvo increíble, los chicos volvieron a actuar, aunque bastante borrachos, pero fue muy divertido.

Cuando volvimos a la habitación del hotel estábamos todos bastante perjudicados. Caímos literalmente en la cama después de conseguir abrir la puerta con dificultad extrema. La habitación giraba a cinco mil revoluciones por minuto.  Jeremy se levantó un momento para ir al baño pero no le dio tiempo y vomitó en la bañera. Era un poco asqueroso pero no le hice saber que lo era, tenía que apoyarlo.

-Creo que has bebido demasiado.- le dije sujetándole la cabeza.

+Creo que sí… demasiada cerveza.

-Cerveza, chupitos, mas cerveza, copas, combinados, cocteles, cielo, te lo has bebido todo.

Le eché un poco de agua en la cabeza para que se despejara un poco después de vomitar, que deja muy cansado y me lo llevé a la cama.

+No podría haber pedido una enfermera mejor.

-La verdad es que no, aunque, para eso estoy. Para lo malo sobretodo.

Durmió abrazado a mi todo lo que pudimos hasta que nos despertaron cuando llamaron al teléfono de la habitación.

-Mocosa ¿estáis listos?

+No, ¿quién eres? Y ¿para qué?

-Hoy vamos a cenar a casa de mis padres pero antes quería enseñaros la ciudad… de día.

+Es verdad… danos 15 minutos y bajamos, Jeremy no ha pasado muy buena noche.

Desperté a Jeremy delicadamente por si seguía encontrándose mal. Tenía una cara horrible. Los dos necesitamos una ducha, pero no nos daba tiempo, así que nos duchamos juntos. Jeremy seguía estando algo mal pero ya se encontraba bastante mejor y con más fuerzas para aguantar el día y después cenar con los padres de Max.