Lejos de ti.
Quince minutos de reloj después, y
ya estábamos abajo arreglados y con todos esperándonos.
-Vaya caritas… ¿ayer no creéis que
os pasasteis un poco?- dijo Nathan cuando nos vio.
+No hemos pasado muy buena noche,
la verdad.
-¿Ya estáis mejor?
+Si, listos para hacer turismo por
aquí.- dije simpática.
Vimos muchísimas cosas, visitamos
la torre Beetham, el Trinity Bridge, descansamos en Piccadilly Gardens a comer
y por último visitamos lo más esperado del día… el Old Strafford Stadium, el
estadio del Manchester. Pasamos un día realmente bueno. Jay no me dirigió la
palabra en todo el día, ni siquiera me miró.
Volvimos al hotel después de hacer
turismo para descansar un rato y arreglarnos para ir a cenar a casa de los
padres de Max. No era una cena formal, pero yo quería que dar una buena
impresión así que me esmeré a la hora de vestirme.
Llegamos a casa de Max sobre las
ocho y sus padres nos recibieron con muchísima alegría.
-Maximilian Alberto George ven y
abraza a tu madre.- dijo cuando abrió la puerta.
Max y su madre se dieron un gran
abrazo muy cariñoso, mientras los perros de Max salieron también a recibirnos a
todos.
-Hola a todos chicos, sentíos como en vuestra
casa, sois bienvenidos en la casa de los George.
Entramos dentro, nos presentamos y
saludamos a sus padres y a su hermano Jack, ellos ya conocían a los chicos,
pero esta vez vino más gente. La verdad es que fueron muy amables con nosotros,
aunque yo estaba nerviosísima.
Nos sentamos en una enorme mesa
todos juntos a cenar. Su madre se había pasado todo el día cocinando, y yo
necesitaba comer algo de comida casera y dejarme de sándwiches. Nos preparó
platos típicos ingleses, ensaladas y crema de verduras para Jay y mucha carne para
Max. La cena estaba yendo genial.
-Me lo estoy pasando genial
preciosa.- me dijo Jeremy.
Yo le contesté con un beso.
+Elena, yo pensaba que Jay
estabais juntos, o al menos algo de eso leí en las revistas.- dijo la madre de
Max.
-Que va señora George, Jay y yo
solo somos unos buenos amigos. Yo estoy con Jeremy.
Aquella situación no podía ser más
incómoda.
Jeremy dejó de comer, Jay no dijo
nada, a Mac se le escapó una sonrisa incómoda y yo estaba pálida.
Max intentó cambiar de tema al ver
la reacción de cada uno.
La cena terminó más tranquila, Max
se despidió de su familia y después fuimos a tomar algo con unos amigos de Max.
Jeremy no bebió. Yo tampoco. Pero
él tampoco me habló mucho desde aquel momento en la cena.
-¿Te pasa algo conmigo?- le dije
preocupada.
+No.- dijo serio.
-Jeremy, sé que algo te pasa
conmigo. Dímelo, por favor.
+Podrías haberme dicho que
estuvisteis juntos. No tenías por qué mentirme.
-¿De qué me hablas?
+Sabes perfectamente a quién me
refiero.- dijo mirando a Jay que estaba sentado en el sofá de enfrente.
-Pues no Jeremy, no sé a qué te
refieres.
La conversación iba subiendo de
tono. Así que salimos fuera para hablar más tranquilos.
+Pues si no lo sabes yo te lo
aclaro. Creo que he aguantado bastante vuestras miraditas, y vuestros piques y
no he dicho nada, por lo menos podías no haberme mentido cuando te pregunté si
estuvisteis juntos.
-¿Pero de qué coño vas? No has
podido aguantar nada por que ni siquiera nos hablamos Jeremy. Y yo no te he
mentido en ningún momento, no hemos tenido nada, no hemos estado juntos. Nunca.
+Elena, eso no se lo cree nadie.
Si hasta la madre de Max lo sabía. Yo creo que he estado ahí para todo ¿y él?
No pensaba que podías ser así… yo no te habría dicho nada si me hubieras dicho
la verdad, yo no soy nada para decirte lo que tienes que hacer y menos antes de
conocerte.
-No sabía que eras tan rencoroso.
¿Sabes qué Jeremy?
Su móvil sonó en medio de la
discusión. Él lo cogió al ver quién era.
+Dime Cris (…) No, no estoy haciendo nada ahora mismo (…) dime, de qué
quieres hablar.
Increíble. El comportamiento de
Jeremy en ese momento me parecía increíble.
Me acerqué a él muy cabreada.
-Adiós Jeremy, me voy.
+ ¿A dónde vas Elena?
-Lejos de ti. Lejos de aquí.
Volví al pub a recoger mis cosas.
Se me notaba en la cara el enfado.
+ ¿Qué te pasa Ele?- me dijo Mac
cuando me vio coger así la chaqueta.
-Me voy.
+ ¿A dónde vas? Tranquilízate.
-No Mac, no voy a tranquilizarme.
Si quieres saber dónde voy ven conmigo, sino ya nos veremos mañana.
Mac cogió también su chaqueta y
fue a decirle al resto que teníamos que irnos.
-¿Dónde vas?- le preguntó Jay.
+No lo sé. Elena está mal.
-Ah, vale. Muy bien. No te portes
muy mal.- dijo riendo.
¡Pero será capullo! Encima de que
todo esto es por su culpa, por su estúpido comentario de aquella maldita
entrevista. Y ahí estaba él, tranquilo, con la rubia optativa, feliz y
contento.
Me cabreé aun más.
-Que os den a todos.-dije antes de
salir corriendo de aquel sitio.
Mac me siguió.
Al salir del pub, en la puerta me
encontré a Jeremy.
-Elena ¿dónde vas?- él aun seguía
hablando por teléfono.
Mi respuesta fue suficiente con
una mirada.
Llegamos a una discoteca donde
estaba entrando mucha gente.
-¿Qué vamos a hacer aquí?-
preguntó Mac.
+ ¿Recuerdas esas noches nuestras?
-Ele, no.
+Mac, si. Si vas a intentar
controlarme esta noche, creo que es mejor que vuelvas con los demás.
Al final, Mac entró conmigo.
Aquel sitio estaba atestado de
gente, no cabía un alma. Llegamos como pudimos a la barra y nos pedimos unos
chupitos, y después otros más, y otros más. Tequila, vodka, ginebra. Y la
garganta ardiendo.
Ya estábamos algo perjudicadas
cuando fuimos a la pista de baile. Lo dimos todo. Como en los viejos tiempos.
Pero cuando nuestros cuerpos no podían más nos sentamos en unos sofás.
-¿Y tú por qué bebes?- le pregunté
a Mac.
+Para hacerte compañía.
-Venga Mac, no me seas gilipollas.
+No soy capaz de serle infiel a
Nathan…
-Pero eso no es malo.
+Lo es. No sé si quiero estar
atada solo a una persona.
-No lo pienses tanto. Vive el
momento y punto.
En ese momento dos chicos se
acercaron a nosotras, con las intenciones bastante claras. Yo solo quería dejar
de pensar en Jeremy y en Jay, por lo que no vi mal conocer a gente nueva. Y
Mac, no sé que pretendía hacer pero tampoco le importaba mucho.
El nombre de aquellos dos chicos,
no lo recuerdo. Solo sé que eran bastante… cariñosos. Quizás demasiado.
Nuestro juicio estaba
completamente anulado, y nuestro orgullo demasiado alto como para bajarlo, así
se puede decir que nos dejamos llevar por la situación. Y por la gran cantidad
de alcohol.
Lo último que recuerdo de la noche
en el club era a Mac y a mí, en aquel sofá asqueroso, con esos tíos
manoseándonos.
-Suéltame, esto no está bien.-dijo
Mac.- Elena despierta ya, joder.
Me cogió de la mano y me sacó de
allí.
Cuando me recuperé un poco,
estábamos andando de camino al hotel.
+ ¿Qué hemos hecho Mac?
-El gilipollas. Así que cállate y
sigue andando.
Me dio un bajón y me puse a
llorar. Ella era más fuerte que yo en estas situaciones.
Me dejó en la puerta de mi
habitación. Me arregló como pudo el pelo y el maquillaje y me dio las buenas
noches. Eran las seis de la mañana.
Entré en la habitación del hotel
que compartía con Jeremy. Él estaba despierto, sentado en una silla, con la
tele encendida, mirando al suelo y con el teléfono en la mano. Yo me senté
enfrente, en la esquina de la cama.
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