PHOENIX

domingo, 23 de diciembre de 2012

CAPITULO 77


Lejos de ti.

Quince minutos de reloj después, y ya estábamos abajo arreglados y con todos esperándonos.

-Vaya caritas… ¿ayer no creéis que os pasasteis un poco?- dijo Nathan cuando nos vio.

+No hemos pasado muy buena noche, la verdad.

-¿Ya estáis mejor?

+Si, listos para hacer turismo por aquí.- dije simpática.

Vimos muchísimas cosas, visitamos la torre Beetham, el Trinity Bridge, descansamos en Piccadilly Gardens a comer y por último visitamos lo más esperado del día… el Old Strafford Stadium, el estadio del Manchester. Pasamos un día realmente bueno. Jay no me dirigió la palabra en todo el día, ni siquiera me miró.


Volvimos al hotel después de hacer turismo para descansar un rato y arreglarnos para ir a cenar a casa de los padres de Max. No era una cena formal, pero yo quería que dar una buena impresión así que me esmeré a la hora de vestirme.

Llegamos a casa de Max sobre las ocho y sus padres nos recibieron con muchísima alegría.

-Maximilian Alberto George ven y abraza a tu madre.- dijo cuando abrió la puerta.

Max y su madre se dieron un gran abrazo muy cariñoso, mientras los perros de Max salieron también a recibirnos a todos.

 -Hola a todos chicos, sentíos como en vuestra casa, sois bienvenidos en la casa de los George.

Entramos dentro, nos presentamos y saludamos a sus padres y a su hermano Jack, ellos ya conocían a los chicos, pero esta vez vino más gente. La verdad es que fueron muy amables con nosotros, aunque yo estaba nerviosísima.

Nos sentamos en una enorme mesa todos juntos a cenar. Su madre se había pasado todo el día cocinando, y yo necesitaba comer algo de comida casera y dejarme de sándwiches. Nos preparó platos típicos ingleses, ensaladas y crema de verduras para Jay y mucha carne para Max. La cena estaba yendo genial.


-Me lo estoy pasando genial preciosa.- me dijo Jeremy.

Yo le contesté con un beso.

+Elena, yo pensaba que Jay estabais juntos, o al menos algo de eso leí en las revistas.- dijo la madre de Max.

-Que va señora George, Jay y yo solo somos unos buenos amigos. Yo estoy con Jeremy.

Aquella situación no podía ser más incómoda.

Jeremy dejó de comer, Jay no dijo nada, a Mac se le escapó una sonrisa incómoda y yo estaba pálida.

Max intentó cambiar de tema al ver la reacción de cada uno.

La cena terminó más tranquila, Max se despidió de su familia y después fuimos a tomar algo con unos amigos de Max.

Jeremy no bebió. Yo tampoco. Pero él tampoco me habló mucho desde aquel momento en la cena.

-¿Te pasa algo conmigo?- le dije preocupada.

+No.- dijo serio.

-Jeremy, sé que algo te pasa conmigo. Dímelo, por favor.

+Podrías haberme dicho que estuvisteis juntos. No tenías por qué mentirme.

-¿De qué me hablas?

+Sabes perfectamente a quién me refiero.- dijo mirando a Jay que estaba sentado en el sofá de enfrente.

-Pues no Jeremy, no sé a qué te refieres.

La conversación iba subiendo de tono. Así que salimos fuera para hablar más tranquilos.

+Pues si no lo sabes yo te lo aclaro. Creo que he aguantado bastante vuestras miraditas, y vuestros piques y no he dicho nada, por lo menos podías no haberme mentido cuando te pregunté si estuvisteis juntos.

-¿Pero de qué coño vas? No has podido aguantar nada por que ni siquiera nos hablamos Jeremy. Y yo no te he mentido en ningún momento, no hemos tenido nada, no hemos estado juntos. Nunca.

+Elena, eso no se lo cree nadie. Si hasta la madre de Max lo sabía. Yo creo que he estado ahí para todo ¿y él? No pensaba que podías ser así… yo no te habría dicho nada si me hubieras dicho la verdad, yo no soy nada para decirte lo que tienes que hacer y menos antes de conocerte.

-No sabía que eras tan rencoroso. ¿Sabes qué Jeremy?

Su móvil sonó en medio de la discusión. Él lo cogió al ver quién era.

+Dime Cris (…) No, no estoy haciendo nada ahora mismo (…) dime, de qué quieres hablar.

Increíble. El comportamiento de Jeremy en ese momento me parecía increíble.

Me acerqué a él muy cabreada.

-Adiós Jeremy, me voy.

+ ¿A dónde vas Elena?

-Lejos de ti. Lejos de aquí.

Volví al pub a recoger mis cosas. Se me notaba en la cara el enfado.

+ ¿Qué te pasa Ele?- me dijo Mac cuando me vio coger así la chaqueta.

-Me voy.

+ ¿A dónde vas? Tranquilízate.

-No Mac, no voy a tranquilizarme. Si quieres saber dónde voy ven conmigo, sino ya nos veremos mañana.

Mac cogió también su chaqueta y fue a decirle al resto que teníamos que irnos.

-¿Dónde vas?- le preguntó Jay.


+No lo sé. Elena está mal.

-Ah, vale. Muy bien. No te portes muy mal.- dijo riendo.

¡Pero será capullo! Encima de que todo esto es por su culpa, por su estúpido comentario de aquella maldita entrevista. Y ahí estaba él, tranquilo, con la rubia optativa, feliz y contento.

Me cabreé aun más.

-Que os den a todos.-dije antes de salir corriendo de aquel sitio.

Mac me siguió.

Al salir del pub, en la puerta me encontré a Jeremy.

-Elena ¿dónde vas?- él aun seguía hablando por teléfono.

Mi respuesta fue suficiente con una mirada.


Llegamos a una discoteca donde estaba entrando mucha gente.

-¿Qué vamos a hacer aquí?- preguntó Mac.

+ ¿Recuerdas esas noches nuestras?

-Ele, no.

+Mac, si. Si vas a intentar controlarme esta noche, creo que es mejor que vuelvas con los demás.

Al final, Mac entró conmigo.

Aquel sitio estaba atestado de gente, no cabía un alma. Llegamos como pudimos a la barra y nos pedimos unos chupitos, y después otros más, y otros más. Tequila, vodka, ginebra. Y la garganta ardiendo.

Ya estábamos algo perjudicadas cuando fuimos a la pista de baile. Lo dimos todo. Como en los viejos tiempos. Pero cuando nuestros cuerpos no podían más nos sentamos en unos sofás.

-¿Y tú por qué bebes?- le pregunté a Mac.

+Para hacerte compañía.

-Venga Mac, no me seas gilipollas.


+No soy capaz de serle infiel a Nathan…

-Pero eso no es malo.

+Lo es. No sé si quiero estar atada solo a una persona.

-No lo pienses tanto. Vive el momento y punto.

En ese momento dos chicos se acercaron a nosotras, con las intenciones bastante claras. Yo solo quería dejar de pensar en Jeremy y en Jay, por lo que no vi mal conocer a gente nueva. Y Mac, no sé que pretendía hacer pero tampoco le importaba mucho.

El nombre de aquellos dos chicos, no lo recuerdo. Solo sé que eran bastante… cariñosos. Quizás demasiado.

Nuestro juicio estaba completamente anulado, y nuestro orgullo demasiado alto como para bajarlo, así se puede decir que nos dejamos llevar por la situación. Y por la gran cantidad de alcohol.

Lo último que recuerdo de la noche en el club era a Mac y a mí, en aquel sofá asqueroso, con esos tíos manoseándonos.

-Suéltame, esto no está bien.-dijo Mac.- Elena despierta ya, joder.

Me cogió de la mano y me sacó de allí.

Cuando me recuperé un poco, estábamos andando de camino al hotel.

+ ¿Qué hemos hecho Mac?

-El gilipollas. Así que cállate y sigue andando.


Me dio un bajón y me puse a llorar. Ella era más fuerte que yo en estas situaciones.
Me dejó en la puerta de mi habitación. Me arregló como pudo el pelo y el maquillaje y me dio las buenas noches. Eran las seis de la mañana.

Entré en la habitación del hotel que compartía con Jeremy. Él estaba despierto, sentado en una silla, con la tele encendida, mirando al suelo y con el teléfono en la mano. Yo me senté enfrente, en la esquina de la cama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario