El agua seguía corriendo.
Jeremy corría detrás de mí, pero
por suerte, cogí un taxi que había parado en un semáforo.
Cuando llegué a casa, solté todas
las bolsas en el salón. Mac estaba en el sofá leyendo.
Estaba horrorosa, empapada, con
todo el maquillaje por la cara… desastrosa.
-¿Qué te ha pasado?- me dijo Mac
preocupada al verme así.
Yo estaba muy seria, sin apenas
moverme.
+Jeremy estaba con su exnovia, me
los he encontrado en una cafetería después de colgarme el teléfono varias
veces.
-¡¿Qué?! No puede ser…
Llamaron a la puerta. Era él.
+Olvídame.- le dije antes de dar
un portazo.
-Elena no seas así, deja que yo
hable con él.- dijo Mac abriendo la puerta de nuevo.
Él seguía en la puerta, empapado,
serio, con las bolsas de mis regalos en la mano.
-Entra Jeremy.- le dijo Mac.-
Elena tu siéntate en el sofá.
Nos sentamos todos en el sofá.
+Elena… ¿por qué te has ido así?-
me dijo con un nudo en la garganta.
-¿No es obvio? No tenías por qué
engañarme… no me lo esperaba de ti…
+ ¿Pero qué dices?
-Jeremy no te hagas el tonto que
vi perfectamente cómo me colgabas el móvil por que no querías que supieras que
estabas con tu exnovia. Pues ya sabes… ya puedes irte con ella.
+No. Las cosas no son así en
absoluto.- dijo enfadado.
-Te vi.
+Sí, te colgué pero era por que
estábamos hablando de una cosa importante Elena, no por que no quisiera hablar
contigo.
-¿Y qué es eso tan importante de
lo que hablabais?
+Ella quiere volver conmigo.
-Arréglalo Jeremy. Adiós.- dije a
punto de llorar. Otra vez.
+Eres idiota. Le he dicho que no
desde el primer momento. No sé cómo puedes pensar eso de mí.
Mi hermana es su
mejor amiga y le dijo que yo estaba contigo, por eso quería hablar conmigo pero
yo no la quiero Elena. Tú ya sabes lo que siento, aunque veo que no te ha
quedado claro. Mira… creo que es mejor que me vaya. Gracias por los regalos. Me
ha encantado la bufanda.
Jeremy se fue y Mac y yo nos
quedamos en el sofá, quietas.
-Eres muy inteligente Elena, di
que sí. El chico merecía la pena…- dijo Mac.
+Soy gilipollas.- dije con los
ojos llorosos.
-Sí, lo eres. Me voy a la ducha.
Estuve unos minutos sentada
mirando a la nada pensando en lo idiota que había sido, así que al final decidí
que no iba a dejar que Jeremy se marchara de mi vida por ser una idiota. Salí
de casa corriendo dejando incluso la puerta abierta.
Corrí todo lo que pude hasta
pillar un taxi, pero había un atasco monumental unas calles antes de llegar a
casa de Jeremy y yo no podía esperar más. Salí del taxi y, aunque no había
parado de llover en ningún momento, empecé a correr. No sabía si Jeremy estaría
allí o no, pero tenía que intentarlo.
Finalmente llegué al portal, la
puerta estaba abierta y subí los 33 pisos por las escaleras. No me cansé, no
tenía tiempo. Llamé al timbre mientras intentaba recuperar el aliento. No
abrieron. Insistí y esperé otro rato más, pero no hubo respuesta y me había dejado
el móvil en casa. Mierda. Aquel día tenía que salirme todo mal.
Pero yo no pensaba rendirme, así
que me senté junto a la puerta a esperarle.
Unos veinte minutos después, las
puertas del ascensor se abrieron. Era él.
-¿Elena?- me dijo al verme en el
suelo.- ¿Qué haces ahí tirada?
Yo no contesté, solo me levanté.
Él tenía los ojos llorosos y rojos.
-Estás empapada… ¿cuánto tiempo
llevas aquí?
+El suficiente para darme cuenta
de lo gilipollas que soy…- dije cabizbaja.
-Sí, lo eres, no te lo voy a
negar. Pero no puedo dejar que te resfríes por una tontería.
+Perderte no me parece una
tontería.
-Lo es.
+Pues si piensas eso, no sé qué
hago aquí…- me fui hacia el ascensor para irme.
-Elena, espera.- me agarró del
brazo- lo es por que no me vas a perder.
Me acarició suavemente la cara.
-Venga, entra y date una ducha.
Yo no pude evitar ponerme a
llorar. Aquel día había sido demasiado para mi.
Jeremy encendió la ducha con agua
caliente y me dejó unas toallas.
+Lo siento.
-No tienes nada que sentir.
+Sí que tengo.
El agua seguía corriendo.
-Venga métete en la ducha, te
sentará bien.- dijo serio.
+No quiero sin antes arreglarlo
contigo. Eres muy importante para mi, por eso tengo miedo. Y…
-¿Y?
+Pues que nunca antes lo había
tenido. Es… algo nuevo para mí. Tú siempre te has portado bien conmigo, y yo
voy y te hago daño. No me lo merezco y por eso tengo miedo.
-Elena, una de las cosas que más
me gustó de ti cuando te conocí fue lo segura de ti misma que pareces. No
necesitas depender de nadie, eres independiente, guapa, graciosa, cariñosa, y
buena. Para mi eres perfecta, para mi lo tienes todo y soy yo el que se queda
pequeño a tu lado, pero no me importa. Voy a estar ahí, siempre, cuando me necesites,
aunque pueda sonar típico, no lo es, te doy mi palabra. Te quiero. Es lo único
que quiero que te quede claro, y que te pongas celosa en el fondo me gusta, por
que eso significa que algo te importo, pero quiero que sepas que no te
cambiaría por nada del mundo. Me vuelves loco.
Yo… no sabía que decir. Las
palabras sobraban. Lo besé. Y empecé a desabrocharle los botones de la camisa.
El agua seguía corriendo. Los
besos también.
De la camisa pasé a los
pantalones, y de su ropa a la mía.
El agua seguía corriendo.
El baño se llenaba de vapor.
-Incluso enfadado estás guapo.
+Cállate.- me dijo metiéndome en
la ducha.
El agua ardiendo corría por
nuestros cuerpos, más calientes todavía. Me pegó a la pared y me dio la vuelta
mientras me besaba el cuello. En esos momentos Jeremy se transformaba, y dejaba
de ser dulce y tierno para coger el mando de la situación, y lo hacía muy, muy
bien.
De la ducha pasamos su habitación,
donde fui suya en todos los sentidos. Una y otra vez. De todas las maneras
imaginables. Con todo tipo de besos grabados en la piel, con todo tipo de
suspiros, gemidos y gritos.
Todo terminó con él echado en mi
pecho, y con nuestras manos enlazadas.
+ ¿Quieres salir a cenar?- le dije
antes de quedarme dormida. Ahora estaba entre sus brazos.
-No.- me dijo serio.
+Vale…
-Estás guapa cuando te enfadas.
+No estoy enfadada.
-Pues entonces es que te veo guapa
siempre.
+Ya…- me eché a un lado de la
cama.
Él se puso a mi lado, besándome el
cuello, y acariciándome suavemente.
-No quiero salir a cenar. Quiero
cenar aquí contigo, hacerlo juntos, y eso tómatelo como quieras.
Jeremy se acercó a mi boca para
besarme, no sin antes mirarme a los ojos durante unos segundos. Pero mi maldito
móvil interrumpió aquel momento.
Llamada entrante: Grandullón.
Lo cogí refunfuñando.
-¿Qué pasa ahora Jay?
+Elena, necesito hablar contigo
urgentemente.
-Buenas noches.
+No te llamaría si no fuera
importante.
-Por lo visto, todavía no has
entendido que no quiero hablar contigo, no quiero ni verte.
+Elena…- su maldita forma de
decirme mi nombre y de estropear todos mis planes en el mejor momento- por
favor.
-Vale. Mañana hablamos.
+Necesito que sea ahora, ¿dónde
estás?
-¿Ahora? Ocupada, la verdad.
+Por favor…
-Espero que sea muy importante.
+Estas en su casa ¿verdad?
-Si.
+Estoy allí en cinco minutos.
Colgué.
-¿Es él?
+Si… lo siento.
-No te preocupes, será importante.
+Claro que sí, siempre tiene que
ser igual. Yo ni siquiera quiero hablarle.
-Bueno yo estaré aquí si quieres
volver, sino te veo mañana ¿vale?
Bajé y Jay ya me estaba esperando
apoyado en la puerta del coche, despeinado por el viento, con un abrigo, una
bufanda y un gorrito y sobretodo… su maldita y perfecta sonrisa.
Carmen12 de diciembre de 2012 05:26
ResponderEliminarMe ha encantado!!!! De los q mas... Jereny ME PONE!!jajajajaja
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Respuestas
OlguiWentz12 de diciembre de 2012 05:29
cari... A MI TAMBIEN!!! ESTA TAN AKDJFAHFLAGHASHGPQUREHPFEUR GRRR
Responder
Anónimo12 de diciembre de 2012 09:34
Jerremy es tan lindo :) @mayrajblove