PHOENIX

miércoles, 26 de diciembre de 2012

CAPITULO 75

Manchester.
-Deja de decir gilipolleces. Sea lo que sea tiene solución.

+Ele, yo… ya sabes que no estoy acostumbrada a esto… no me gusta estar atada a alguien…

-¿Pero qué ha pasado, te has peleado con él?

+No. Eso es lo peor.

-¿Entonces?

+Pues que cuando estaba en la tienda trabajando ha venido un chico guapísimo, ha ligado conmigo, le he seguido el juego y cuando íbamos a dar el siguiente paso… no he sido capaz, me he acordado de Nathan, veía hasta su cara… me estoy volviendo loca. Yo no puedo más.

Me eché a reír.

+ ¿Se puede saber de qué te ríes?

-Mira cielo, no sé si mi opinión vale mucho teniendo en cuenta mi historial sentimental pero… eso es lo que pasa cuando quieres a alguien. Creo.

+Pues es una puta mierda.

-Sí, lo es. ¿Un chupito de Elena?

+Mejor que sean dos.

Preparé mi famoso chupito y nos pusimos a hacer la maleta. Terminamos borrachas, con toda nuestra ropa esparcida por el salón y con la maleta sin hacer.

Tan solo quedaba un día para irnos y yo me estaba poniendo nerviosa, tenía muchas ganas.
Mac y yo nos despertamos en el suelo, y con resaca, pero teníamos que ser valientes y terminar con los que no fuimos capaces de acabar el día anterior.

Como buenas campeonas terminamos de hacer las maletas, aunque a Mac le costó convencerme de que la cuarta maleta no era tan necesaria como yo creía.

Aquel día había quedado con las chicas del club de fans para darme los últimos regalos de las fans y para acordar el día de la entrevista. Después quedé con Jeremy para cenar y tomarnos algo. Aquella noche durmió conmigo. Otra vez.

La mañana fue bastante tranquila, y Jeremy y yo nos quedamos en casa esperando a que fueran las seis para salir hacia Manchester. Por los mensajes que me mandaba con Max, él estaba más nervioso que yo.
El móvil de Jeremy sonó.

-Dime mamá (…) pero yo me voy esta tarde a Manchester ya lo sabes (…) ¿no hay otra opción? (…) ¿Hasta mañana dices? (…) Bueno lo que tú digas, pero podrías haberme avisado antes (…) un beso mamá, ahora te veo.

+ ¿Qué ha pasado?- dije intrigada.

-Preciosa, creo que no voy a poder ir a Manchester hasta mañana.

+ ¿Qué ha pasado?

-Mis padres tienen que ir a casa de mi abuela en Bournemouth y me tengo que quedar esta noche con Gigi.

+ ¿Tú abuela está bien?

-Sí, no te preocupes. Lo siento por no poder ir, pero mañana te juro que estaré ahí lo antes que pueda.

+No te preocupes, yo solo quiero saber si estás bien.

-Sí, preciosa.

Lo que nos quedaba de tiempo juntos lo aprovechamos al máximo, y no sólo con besos y caricias, porque Jeremy sabía hacer que cada segundo de mi tiempo con él mereciera la pena.
Mi porterillo sonó, era Mac.

Bajamos, pero sólo con mis maletas. Había un autobús enorme en la puerta de casa, y al parecer era entero para nosotros, ahí sería donde los chicos pasarían el tour por Reino Unido.

-Jeremy, ¿dónde están tus cosas?- dijo Max mientras metía mis maletas.

+Lo siento pero hoy no puedo ir, llegaré mañana. Tengo que cuidar esta noche de Gigi.

-¿Otro más? Bueno pues te esperamos para mañana. Pero es una pena.

Abracé lo más fuerte que pude a Jeremy, yo quería viajar con él.

-Llámame, ¿vale?

+No, llámame tú cuando llegues para saber que ha ido todo bien, ¿vale?

Me besó y me volvió a abrazar. Después, entré en el autobús para irme con el resto.

-¡Madre mía! Esto es una pasada…- dije al verlo por dentro.- Pero…

El autobús era como una caravana. Tenía cocina, cinco camas enormes, un baño completo e incluso un salón.

+ ¿Te gusta?- dijo Max.

-¿Qué si me gusta? Esto es increíble.

Salude a todos, menos a Jay. Pero me faltaba alguien.

-¿Dónde está Kelsey Ann?

+No puede venir hasta mañana.- dijo Mac.

-Bueno, otra igual.

+Yo creo que me voy a echar un rato.- dijo Max.-deberíamos descansar para esta noche.

No eran más de cuatro horas de viaje pero estábamos bastante cansados. Mac y Nathan se echaron en el salón con Nareesha y Siva a jugar a las cartas, Tom y Kelsey estaban preparando algo de comer, y Jay Max y yo nos echamos en la cama.

+ ¿Puedo echarme aquí contigo?-le pregunté a Max.

-Claro que sí, mocosa.

Jay estaba en la cama de en frente.

Yo me abracé a Max y me puse a escuchar música. Mientras escuchaba algo de Bruno Mars me tocó una mano. Era Jay.
Giré la cabeza para ver qué quería.

-¿Qué estás escuchando?

No contesté.

-¿Pero por qué no me hablas?

No contesté.

-¿Esto va a ser así siempre?

No contesté, pero intenté hacer que lo viera en la mirada.

Al final él se rindió y dejó de hablarme, y yo seguí escuchando música esperando a ver si Jeremy me llamaba. Mientras tanto, Max, que estaba en un sueño profundo me abrazó y me puso la pierna encima.

Me moría de hambre, y cuando por fin Max se dio la vuelta salí de su cama, fui a la cocina para prepararme algo. Pero, aunque el autobús fuera enorme, el pasillo no era ancho suficiente para que dos personas pasaran sin chocarse, y Jay y yo íbamos en sentido contrario, así que me choqué con él. Me agarró de la cintura y se acercó a mi oído.

-Si juegas a ignorarme te arriesgas a que yo juegue mejor que tú.- me susurró.

Obviamente no le pude contestar, aunque supongo que él se lo tomó como una respuesta.

Ya estábamos llegando a Manchester, yo, que volví a la cama de Max después haber comido algo, lo desperté tirándome encima suya y haciéndole cosquillas.

Unos diez minutos después llegamos al hotel y los chicos nos ayudaron a sacar las maletas.

-Ele, ¿qué tienes ahí?- me dijo Nareesha señalando a un papel que había pegado a mi maleta.

Lo cogí, para ver que era. Era otra nota.

Tú y yo deberíamos dejar de soñarnos y empezar a vivirnos. P.D: te quiero por navidad.

+Nada una nota…

Pero, ¿cómo había llegado aquello allí? Cuando le di las maletas a Max no había ninguna nota…

Llegamos a la recepción del hotel Radisson Blu Edwardian Manchester pero al parecer hubo un problema a la hora de reservar las habitaciones. Habíamos reservado seis habitaciones pero solo quedaban cinco para aquella noche, así que dormiría con Max.

Ya era hora de cenar, por lo que dejamos las maletas, nos arreglamos y bajamos para comer algo y disfrutar de la noche de Manchester. No antes sin llamar a Jeremy, que estaba cenando con su hermana y viendo una película.

Fuimos a comer a un lugar llamado Panacea, y después salimos al Sankeys Soap, un club bastante famoso allí según Max.

Gracias a mis tres maletas llenas a reventar de ropa, pude elegir cómodamente modelito, aunque Nareesha me dejó unos de sus zapatos a cambio de uno de mis vestidos.

Llegamos al club, la música sonaba muy fuerte, las luces parpadeaban de un lado a otro y yo estaba muy motivada, tenía muchas ganas de bailar. Kelsey y yo lo dimos todo mientras los demás se tomaban algo. Aunque yo no quería emborracharme mucho aquella noche.

Por lo visto Max estuvo toda la noche bastante pegadito a una chica. Jay no paró de beber, igual que Nathan y Mac, aunque ellos estaban bastante cariñosos. Tom terminó uniéndose a nuestro baile y Siva y Nareesha como siempre más tranquilitos, nos controlaron un poco.

Cuatro de la mañana. El club cerró sus puertas y unos taxis nos llevaron de vuelta al hotel. Kelsey ayudó a salir a Jay de allí para llegar hasta el taxi, pero fuimos nueve y llegamos diez. Max se había traído a aquella chica al hotel, creo que se llamaba Julia, aunque no recuerdo muy bien.

-¿Dónde voy a dormir yo ahora?- dije en la recepción.- Mac, duerme conmigo.

+Lo siento cariño, pero esta noche… Tendrás que dormir en la habitación donde queda sitio.- dijo refiriéndose a la habitación de Jay.

-Bueno pues, muchas gracias a todos.- dije sarcástica.

Subimos en el ascensor hasta la habitación de Jay. Mis cosas estaban en la de Max, así no tenía ni siquiera un pijama. Jay estaba menos borracho de lo que yo pensaba, y aquella situación era muy incómoda.


Me di una buena ducha y, sorprendentemente en la cama Jay me había dejado una camiseta para dormir. Yo no sabía dónde meterme, no le hablaba y ahora él tampoco me hablaba a mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario