Antes de irnos, Ryan me dio su teléfono para que lo llamara.
Me dijo que aunque no hubiera sido bueno del todo, ya sabía mi nombre y que
esperaba volver a verme pronto. Yo no le di mi móvil.
Por otro lado, Mac tampoco se fue con Tom, el soldado. Nos
fuimos las dos solas a casa, la noche ya había sido suficientemente emocionante
por hoy.
Al día siguiente no tenía nada de ganas de salir con nadie.
Quería quedarme en casa, y simplemente no hacer nada.
Al parecer Mac pensaba lo mismo que yo.
+Buenos días princesa.- me dijo pero no con el tono alegre
de siempre.
-Espero que lo sean le dije.
+ ¿Y a ti que te pasa?
-Supongo que nada. ¿Puedo quejarme de algo?
+Mmmm…. ¿De Jay quizás?- me dijo con sarcasmo.
-¿Por?
+Elena… la canción que te cantó ayer…
-A mi no me la cantó… ¿Por qué a mi? Además no hablemos que
la indirecta de Nathan se veía desde lejos con la cancioncita.
+Mira ahora hablamos de eso ¿tú vas a salir hoy?
-Yo no tengo ganas…
+Bueno pues mejor entonces, por que yo tampoco voy a salir.
A ver, Elena, está claro que Jay ayer te cantó a ti.
-Y, ¿se puede saber en que te basas?
+Elena, no dejó de mirarte mientras cantaba. Y lo hacía
fijamente a tus ojos. Claramente aquella canción te la estaba dedicando.
Además, no sé si será casualidad o no, pero no paras de escuchar esa canción, y
sinceramente, es lo que estás haciendo ahora mismo.
Odiaba que tuviera razón… bueno, como siempre.
-¿Y qué quieres que haga? Ya te lo he explicado, la única
manera de la que sé que lo tengo seguro es de la manera en la que lo estoy
haciendo. No puedo hacer más…
+Vale, no te voy a presionar, pero ya te lo he dicho mil
veces, si no lo intentas no pierdes, pero tampoco ganas. ¿Y no te parece
ninguna señal lo que te hizo ayer?
-No lo suficiente Mac. Bueno, ¿Qué pasó al final con Nathan?
+No lo sé Ele… tengo miedo. Sabes que me guio por impulsos,
que no me gusta estar atada y el mayor
problema es… que lo quiero.
-Lo quieres…
+Sí, suena muy raro ¿verdad? No quiero hacerle daño, y sé
que si estamos juntos acabaré haciéndoselo.
Ayer, cuando no paraba de mandarme
mensajes lo que estaba haciendo era preguntándome que dónde había ido el otro
día, cuando quedé con John, que por qué no había quedado con él, y me estaba
agobiando mucho. Entonces, si ahora resulta que empezamos algo y se me va de
las manos qué hago.
-Pff Mac… Pero qué quieres que te diga, yo creo que no le
harás daño. Solo tenéis que conoceros mejor y yo veo normal que te preguntara
lo de John, yo también lo habría hecho.
+Puede que tengas razón… pero creo que dejaré que las cosas
pasen por sí solas.
-Pues ya somos dos.
Cumplimos el plan de domingo a la perfección, no hicimos
absolutamente nada. Apagamos los móviles y nos dedicamos a hacer, nada. Vimos
algunas pelis, nos pusimos cremas y mascarillas y comimos chocolate y porquerías
varias. Lo necesitábamos, demasiado estrés.
A la mañana siguiente no tenía que trabajar, pero si tenía
que ir a clase. Cuando salí de casa para ir a la universidad me llamó Jay para
invitarme a comer después de clase, acepté encantada, nunca hay que rechazar
una invitación a comer. Y menos con Jay.
Aquel día también tenía optativa, y ahí estaba aquella chica
rubia, tan tonta como siempre. Me suele dar igual la gente así, pero es que
ella era especialmente… especial.
El resto de las clases estuvieron bastante bien y pasaron
con normalidad. Cuando estaba en medio de la última clase, Jay me mandó un
mensaje diciendo que me esperaba en la cafetería.
La clase terminó y me fui a la cafetería donde había quedado
con él. Pero al parecer no estaba solo, es más, se me habían adelantado… y
quién iba a ser sino. La rubia optativa, como yo la llamaba y no solo porque la
conociera de ahí.
Me senté al lado de Jay y le di dos besos, y también la
saludé a ella.
-¡Qué pasa pequeña! Espero que tengas hambre…
+Bueno… la verdad es que me muero de hambre.
La chica optativa no me dijo nada, solo me miraba con cara
de asco. Al fin y al cabo, le había cortado todo el rollo.
+Por cierto, ¿cómo te llamas?- le dije a ella.
-Kelsey Ann.-me dijo seca.
+Encantada Kelsey, yo soy Elena.- le dije sonriendo.
-Pues muy bien. Y es Kelsey Ann.
Jay notaba tenso el ambiente así que intentó sacarme de ahí,
pero en lugar de eso, me acerqué a su oído…
+Jay, ahora es mi turno ¿no?
-Si… ¿por qué?
+ ¿Nos vamos o te apetece jugar?
-¿Hay jugadores?
+Yo creo que sí…- le dije mirando a Kelsey Ann.
-Vale, pues juguemos.
Me levanté de la mesa para dejarlos solos.
+Chicos creo que me he olvidado unos libros en clase, y
tengo que preguntarle algunas dudas a los profesores. Ahora vengo.
La rubia optativa no tardó mucho en sentarse al lado de Jay
al ver que yo me iba. Se abrazaba a él y mientras me iba escuchaba cómo le
hablaba sobre gilipolleces, y sabía que a Jay ese rollito no le iba mucho pero
bueno, solo tenía que tirársela.
Mientras estaba sentada al lado de un árbol enorme en el
campus, Jay me mandó un mensaje.
Elena, estamos en el
aula 211, por favor ven ya.
Por suerte, la última clase que tuve fue en esa aula así que
vino perfecto para interrumpirlos. Fui deprisa, casi corriendo. No quería que
disfrutara más de él. No era suyo. Bueno, tampoco era mío, pero no quería que
ella lo disfrutara. Me estaba poniendo celosa.
Abrí la puerta de un portazo. Supuestamente yo no sabía que
hubiera alguien en clase, así que podía abrir como quisiera, yo iba a por mis
libros.
Y allí estaban ellos comiéndose a besos, bueno, más bien
ella se lo comía a él. Me estaba muriendo al ver aquella imagen… dolía.
+ ¡Jay!- le dije dándole una palmadita en el hombro.
-¡Oh Elena!
+ ¿Nos vamos a comer?
-Perdona, pero ¿no te has dado cuenta de que estamos
ocupados? Espera fuera, ahora irá chica.
+Tranquila pantera, no saques las garras. – Dije yéndome de
allí.- Todo tuyo.
Ya no lo soportaba más. Sabía que era solo un juego. Pero
aquella imagen me dolió mucho, y lo que me dijo aquella gilipollas me sentó tan
mal que me cabreé.
Me fui de clase, salí por la puerta y di tal portazo que se
escuchó por todo el pasillo.
-A la mierda la comida, a la mierda el juego y a la mierda
todo, que le den y que se quede la puta rubia optativa.- hablaba entre dientes
mientras buscaba la salida de la universidad. Estaba tan cabreada y tan
nerviosa que no era capaz de ubicarme.
+ ¡Elena! ¡Para! ¡Elena!- gritaba Jay corriendo por el
pasillo.
-Jay, déjame.- yo andaba cada vez más rápido, quería empezar
a correr.
Me alcanzó, me cogió del brazo y me sacó de allí. Nos fuimos
al coche. Yo no dije ni una palabra por el camino. Él tampoco.
+ ¿Estás bien pequeña?- me preguntó preocupado.
Lo besé.
-¿Cuáles prefieres?- le dije con mis labios aún cerca de los
suyos.
+ ¿A qué te refieres?
-¿Qué besos prefieres? Los míos o los de la rubia optativa.
Me besó.
+ ¿Te sirve eso como respuesta?
-No.
Me volvió a besar.
+ ¿Y ahora?
-No. Quiero escuchar la respuesta de tu boca, no que me
beses para que me calle.
+Obviamente me gustan más los tuyos Elena. Cuando vi que la
elegías a ella no sabía en qué estabas pensando, pero esas son las normas del
juego ¿no?
-Supongo.
+ ¿Y por qué la elegiste a ella?
-Por que me cae mal.
+Pues pequeña, a mí ella no me gusta. No despierta en mí lo
que despiertas tú…
-¿A qué te refieres?
Me besó. Empezó a darme besos y mordiscos por el cuello,
metía su mano por mi entrepierna, y colocó la mía por la suya.
+ ¿Tú qué crees?...
No lo llegamos a hacer, pero casi. Además yo lo prefería
así, por que aunque Jay me dijera que Kelsey Ann no le gustaba, yo no me podía
sacar aquella maldita imagen de la cabeza.
Arrancó el coche y nos fuimos de allí.
-¿Dónde vamos?
+A mi casa. Los chicos no están… creo que han ido de
compras.
-¿Qué me vas a cocinar?
+Si, eso creo.
-Uy… miedo me da…
+Pues como te guste no doy más.
Lo miré con mi carita de pena que siempre hacía que él
hiciera lo que yo quisiera.
+Buenoooo….. vaaaaleeee…. Pero no me pongas esa carita
pequeña.
-¿Por qué si funciona?
+Pues por eso mismo, qué mala eres…
-Gracias.
Me miró y me sonrió. Aquella sonrisa…
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