PHOENIX

viernes, 30 de noviembre de 2012

CAPITULO 59


Si tienes hambre, te la comes a besos.

Supe interpretar aquella corta palabra.
+Enano, quiero que me hagas un favor.

-Dime.

+Quiero que lo primero que hagas cuando te pongas bien sea venir a hablar conmigo. Tenemos una gran charla pendiente.

-Vale. Pero no te puedo asegurar cuándo me pondré bien.

+Será antes de lo crees. Yo te voy a cuidar, bueno, todos lo vamos a hacer. Y no te doy un abrazo por que te duele. Por cierto, recuérdame que te eche la bronca también cuando estés bien.

-Sí jefa.- bromeó.

En aquel momento llegó Jeremy. Con su aura que desprendía buen ambiente, calmándolo todo.

+ ¿Cómo estás Nathan? Bah… que pregunta más absurda. Te he traído esto para que pases el tiempo mientras estás recuperándote.

Jeremy le había traído un montón de videojuegos. Estaba en todo.

-Muchas gracias tío. Me harán falta. Me han dicho que tengo que estar por lo menos tres días aquí metido y que después no podré ir a muchos lados hasta que no me recupere del todo, así que adiós a las sesiones de fotos.

+Vaya putada, pero bueno, todo se supera. ¿Jugamos?

-Me apunto- dijo Tom.

+Yo también- dijo Siva.

Al final Max también se unió y los cuatro se pusieron a jugar en el salón. Con Mac en el sillón.
Jay se subió a su habitación con Kelsey Ann, no sin antes mirarme de arriba abajo, de una manera que no sabría describir bien, no sé si era enfado o rabia. Pero yo no había hecho nada.

Nareesha tuvo que irse a una reunión de trabajo inesperada que no pudo cancelar, aunque lo intentó cientos de veces. Kelsey y yo nos fuimos a la cocina para hablar más cómodas.

Mientras tanto no paraban de llegarnos mensajes de Phill y las chicas preguntando cómo estaba Nathan, nosotras intentamos tranquilizarlos.

-¿Crees que harán las paces?- me preguntó Kelsey.

+Eso espero…- dije no muy convencida.

-Por cierto, me gusta Jeremy.
+Gracias, a mi también, bueno a todos les gusta.

-A Jay no.

+ ¿Y? Me da igual su opinión.

-No estoy yo muy segura de eso.

+ ¿A qué te refieres Kels?

-Yo he notado, al igual que tú, cómo te mira. También me he dado cuenta de la canción en el concierto y de la canción en la fiesta. Ele, no soy tonta y tú tampoco.

+Eso no tiene ninguna importancia. Él está con Kelsey Ann, lo sabes. Y creo que Jeremy y yo vamos en serio. Además, ni siquiera me apetece hablarle.

-Tú sabrás… pero yo pienso igual que siempre… Además Tom me dijo el otro día que…

En ese momento Kelsey Ann entró en la cocina.

+Hola Kelsey, hola Elena. ¿Sabes donde guardan los chicos el zumo? Jay y yo tenemos sed… es que estamos viendo una película en…

-En la puerta del frigorífico.- dije interrumpiéndola.

No me apetecía escuchar su plan de enamorados. Gracias.

+Aquí está. Gracias. Bueno me subo otra vez.

Kelsey Ann llevaba puesta solo una camiseta de Jay, no hacía falta que fueran tan explícitos en las indirectas, sabía perfectamente que lo hacían.

Le preparé una taza de té a baby Nath y nos sentamos en el suelo con los chicos.

Estuvimos pasando el rato mientras los chicos seguían con los videojuegos. Mac siguió sin moverse ni hablar con nadie, tampoco le quitó la mirada a Nathan por un segundo. Después nos despedimos de todos y nos fuimos a casa. La conversación con Kelsey tendría que esperar para otro momento.

Como bien dijimos, fuimos a ver a Nathan todos los días, por que los chicos sí que tenían que trabajar e intentar que nadie supiera lo que le había pasado a Nathan.

Mac seguía en el mismo sillón, con la misma cara y sin decir nada. Yo intenté entretener a Nathan, pero no podía hacer mucho. La situación era un poco tensa, incómoda. Así que…

+ ¿Sabéis qué? Creo que me voy a cocinar… No me preocupo de que os peléis por que como ni siquiera os habláis…

Me fui a la cocina, no sabía qué preparar así que me puse a registrar a ver qué tenían, pero obviamente, en una casa de cinco tíos no pude encontrarme más allá que medio limón y un suministro de cerveza para diez meses. Así que decidí salir a hacer la compra, y si no se me ocurría nada siempre podríamos comer limón a la cerveza.


-Chicos, me voy un momento a comprar.- les dije asomándome por la puerta del salón.

Ninguno de los dos contestó.

Ahora la situación incómoda era entre ellos, pero lo preferí así, a ver si por lo menos se dejaban de orgullos y gilipolleces de una vez por todas y lo aclaraban todo.
Salí de casa y me fui a comprar. Bueno, a buscar un supermercado.

Tras mi portazo la casa se quedó en silencio durante varios minutos. Mac y Nathan se miraban pero no se decían nada.

Mac cogió el mando de la tele y la encendió, después volvió a dejar el mando encima de la mesa. Al parecer, a Nathan no le gustaba lo que Mac estaba viendo en la tele, por lo que cogió el mando a distancia y cambió de canal. Después volvió a dejar el mando en la mesa. Mac, volvió a coger el mando, y cambió de canal. De nuevo.

-Yo no quiero ver eso.- dijo Nathan.

+Ni yo lo que tu estás viendo.- Mac por fin habló.

-A mi me da igual eso. Estoy en mi casa.

+Y a mi me da igual que estés en tu casa. ¿Qué vas a hacer? ¿Levantarte y pegarme?

-No, para eso ya está Adam.

Aquello era una pelea de gallos a ver quién tenía el orgullo más alto. Ninguno se quería rebajar. Gilipollas. La discusión se hacía cada vez más acalorada.

 Hasta que Nathan se hartó.

-Vas de valiente pero al final eres igual de cobarde que todos.- le dijo.

+Con lo de cobarde te referirás a ti ¿no?

-Si tú no te fueras con todos…

+Nathan, eres más gilipollas de lo que yo pensaba…

-Puede. Seré un gilipollas, un capullo, un idiota… pero yo no niego que te quiero.

+ ¡¿ME ESTÁS DICIENDO QUE YO NIEGO QUE TE QUIERO?! ¡TE QUIERO! ¡A VER QUIÉN LO ESTÁ NEGANDO AHORA!- A Mac le pudo su orgullo. Pero lo dijo.

Los dos estaban de pie,  cara a cara.

+ ¡NO, VERÁS, YO ME REFERÍA A QUE….

Nathan la besó.


Aunque le dolía, la besó. Sabían que tenían que dejar de ser tan cabezotas, se querían, no había buscarle escusas a aquello. Ya se vería lo que pasa después.

Nathan se separó, Mac lo miró, y volvieron a sentarse donde estaban antes de discutir. No dijeron nada desde ese momento.

La tele, estaba apagada.

Mientras tanto yo estaba con una duda existencial. ¿Macarrones o espagueti? Al final elegí tortilla, así compré una docena de huevos.

Cuando estaba pagando en la caja, me encontré con una verdadera sorpresa. Kelsey Ann estaba en la caja de al lado.

No me iba a acercar a saludar, y esperaba que ella tampoco lo hiciera. Mierda, es estaba acercando. Intenté disimular y hacer como la que no la había visto, pero no funcionó.

+Hola Elena. ¿Qué haces?- me dijo lo más simpática que le salía.

-Montar a caballo ¿Qué coño crees? Haciendo la compra, gilipollas.- menos mal que aquello solo lo pensé.

-Pues nada, comprando algo de comer para llevarle a Nathan.- le dije con una sonrisa falsa.

+Que bien… bueno ya nos veremos.

-Espero que no sea pronto….- aquello también lo pensé.

-Sí, seguro. Hasta luego.

El camino a casa me lo pasé entero refunfuñando y hablando conmigo misma mirando al suelo. No la soportaba. Joder.

No quedaban ni tres pasos para llegar a casa, solo tenía que cruzar la acera. Pero no me habían contado que habían puesto un bordillo nuevo en mi camino, y me caí. Bueno más que caerme, comí tortilla de acera, por que todos los huevos se me rompieron encima, y me llené de pringue.


Lo que me faltaba.

Encima, cuando entré en casa y me asomé al salón, los vi tal cual los había dejado.

+ ¿Ni siquiera os habéis inmutado? Que os den. Pues os voy a decir una cosa… Nathan que sepas que Mac te quiere, pero está cagada, y tú Mac, Nathan te quiere, pero está cagado de miedo. 
Buenas noches. Me voy a dar una ducha. Por cierto, si tenéis hambre, os coméis a besos. Se me ha roto la comida, por si no lo habéis notado.

Estaba muy cabreada. Tenía todo el pelo lleno de huevo, me acababa de encontrar con mi gran amiga, Kelsey Ann, y acababa de declararme a Nathan y a Mac por ellos. ¿Algo más?

El agua ardía, y caía con fuerza. No me acordé de echar el pestillo y entraron en el baño.

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