Cuatro chicos vinieron hacia donde estábamos nosotros. ¿Podrían
ser más absolutamente perfectos? ¡Eran guapísimos! Al parecer, aquel era
nuestro día de suerte.
-Chicas, estos son Siva, Tom, Max y… el pequeño
Nathan.-bromeó.
-Chicos, estas son Elena y Mac.
+ ¿Las conoces de ahora?- dijo un chico con un acento muy
cerrado.
-¡Que va! Fui el primer chico que Elena conoció cuando llegó
a Londres, y es la dueña de mi teléfono móvil y mi chaqueta en estos momentos.
Mac me miró con cara de asombro por no haberle contado todo
aquello.
+Pues menos mal que ha caído en buenas manos y no lo pierdes
como siempre.- dijo un chico muy alto con una cara perfecta y exótica.
-¡Tampoco es para tanto, solo he perdido un móvil un par de
veces!-dijo Jay.
+Si, si, unas mil.- le dijo el chico sin pelo mientras
jugaba con las orejas de Jay.
Estuvimos charlando un montón de rato hasta que por fin
llegamos a la barra y conseguimos pedir. Jay nos invitó a Mac y a mí a unas
cervezas, y sin darnos cuenta acabamos hablando con ellos durante un montón de
rato. Lo único que me extrañó fue la actitud de Mac, estaba demasiado callada
para como era ella, y uno de los chicos no había hablado apenas en todo el
rato. Puede que no le cayéramos bien… Entonces Mac me apartó del grupo mientras
hablaba con Tom sobre tocar la guitarra…
-¡Tía, es él!- me dijo Mac nerviosa.
+ ¿Qué? ¿De qué me hablas Mac?-le dije sin saber de qué iba
el tema- ¡Pero si los acabamos de conocer!
-No, tía, es el chico que te dije cuando fui a cenar con
Alessandro.
+ ¿Qué? ¿Cuál de ellos? ¿Estás segura? Díselo.- le dije
emocionada.
-No pienso decirle nada, ¿me ves cara de loca?-la miré con
cara de afirmación- Y sí, estoy segura, su mirada… no la olvidaría en ningún
sitio, estoy segura.
+ Bueno pues entonces espérate a ver si él dice algo.
Volvimos al grupo, y seguimos charlando pero ahora, los
chicos empezaron a hacernos preguntas. Aquello parecía una entrevista.
+Creo que cinco chicos tienen más cosas que contar que solo
dos chicas ¿no? – dije para intentar escapar.
-Para nada. Nosotros somos muy aburridos aquí donde nos
ves.-dijo Jay con su sonrisa habitual.
+Bueno venga, vosotros ganáis… a ver, preguntad.- me rendí.
-Yo primero- dijo Jay- ¿Cuál fue la cosa más rara que os
pasó el primer día que llegasteis a la ciudad?
+Bueno pues… la verdad es que… lo más raro fue que…-
intentaba recordar lo que nos pasó los primeros días- ¡ya sé! Estábamos en la
estación de metro que está junto al Big Ben y cuando bajábamos las escaleras
nos chocamos con dos chicos, bueno, yo me choqué y arrastré a Mac conmigo, ella
acabó sangrando… pero lo único que recordamos de aquellos chicos eran sus ojos.
El chico tímido se puso completamente pálido.
-¡NO, PUEDE, SER!- dijo Jay- Y… ¿Cuándo fue eso exactamente?
+Pues… no sé quizá un par de días antes de conocerte a ti
¿por qué?- estaba muy extrañada… no entendía la reacción de Jay a aquella
respuesta, si no había dicho nada raro…
-Dices que estabais en la estación de metro que está junto
al Big Ben ¿verdad?- dijo Jay intrigándome.
+Si…-contesté.
-Y… ¿era por la noche?
+Emmm… si… ¿por qué?- esto ya era muy raro.
-Pues siento decirte que… éramos Nathan y yo que íbamos con
mucha prisa.
+ ¡No me lo puedo creer! Al parecer lo único que hacemos es
chocar…- estaba completamente alucinada.
Entonces Jay me cogió de la cintura y me dijo mientras me
miraba fijamente a los ojos:
-Eso significa que estábamos predestinados a conocernos.
Entonces, justo en
aquel momento escuché mi nombre. Aquella voz me era muy, muy familiar.
Ooooh problemas jajajajaa me gusta mucho :)
ResponderEliminar