PHOENIX

jueves, 4 de octubre de 2012

CAPITULO 16


-¿Podemos hablar un momento?- dijo aquella voz que me llamaba.

Me giré. Era Alex. Tenía tal cara de enfado que he de reconocer que al principio me dio incluso miedo, pero yo no había hecho nada malo y no éramos novios. Creo.

Nos apartamos un poco del grupo para poder hablar mejor.

+Dime Alex, ¿por qué tienes esa cara?- le dije asustada.

-Que, te lo estás pasando bien ¿no? Rodeada de tíos, como a ti te gusta…

+Alex, te estás pasando. Y yo por ahí no paso. O te tranquilizas o te vas a la mierda. Así de claro. Si me vas a impedir que hable con otra gente ya te puedes ir acostumbrando, por que voy a seguir haciéndolo, y si te molesta te jodes.

-Eso es lo que hago desde que estoy contigo Elena, joderme. No sé qué quieres conmigo ni de mí. No sé si quieres ser algo más que un rollo. Pero mi cabeza no puede más. Pasas de mí como de la mierda, te vas con otros tíos, me dejas solo… Sinceramente, no te entiendo en absoluto, por que después cuando estamos bien… todo va muy bien.

+Alex, yo te lo avisé. Las relaciones no se me dan bien, y me agobio con estas situaciones. Creo que es mejor que lo hablemos en otro momento.

-Pero yo no quiero estar mal contigo.

+Pues entonces deja de desconfiar de mí. No tengo por qué ser fiel, y lo estoy siendo, por que quiero serlo. 
Pero como esto siga siendo así. Creo que voy a elegir quedarme sola. Me importas mucho, pero no tengo por qué aguantar esto cuando no he hecho absolutamente nada. Así que cuando estés dispuesto a confiar en mí, me llamas, ya sabes mi número y donde vivo.
-Pero yo ya confío en ti.

+No, no lo haces. Sino no estaríamos teniendo esta conversación. Otra vez.

-Entonces creo que es mejor que me vaya.

+Si. Adiós Alex. Después te veo.

Le di un abrazo muy fuerte. Estuve como cinco minutos abrazándolo. Y me fui.

Cuando volvía, vi que Jay me miraba, pero al darme cuenta de ello, se giró rápidamente. Entonces me uní al grupo de nuevo.

+A ver, siguiente pregunta.- dije intentando olvidar lo que acababa de pasar.

-¡Venga me toca a mi ahora!- dijo Jay

+ ¿Tú otra vez?- dije sonriendo.- estás muy preguntón eh…

-¿Aquel es tu novio?

Me quedé fría. ¿Lo era? No tenía ni idea…

+Ella no es de esas- dijo Mac por mí. Sabía que estaba mal con Alex, y que ese tema me ponía nerviosa.

-¿Ah no? Que raro, normalmente las chicas queréis tener novio y esas cosas.

+Nosotras no somos como todas las chicas- le vacilé.

-Eso seguro- dijo Nathan, el chico al que no había oído hablar en todo el rato. La verdad es que quedé extrañada. Aunque inmediatamente vi que aquello lo dijo sin quitarle la mirada a Mac. Algo había ahí.

+Bueno ahora me toca a mi- dije yo- ¿vosotros tenéis pareja, novia, rollo, lío, follamigas o algo?

-Pues Tom y yo si tenemos, Max acaba de dejarlo con su novia y Jay y Nathan están juntos.- dijo Siva, con su perfecta cara.

Mac y yo nos quedamos alucinando con lo último que había dicho. ¡Que estaban juntos Nathan y Jay!

-La verdad es que llevamos tiempo saliendo.-siguió Jay.

+Me dejas fría. No tenía ni idea. De todas formas, me alegro mucho por vosotros.-les dije con una gran sonrisa, aunque seguía sin salir de mi asombro.

-Oye, no le creáis es broma. Todos saben que mi putita de verdad es Tom- bromeó Nathan.

+Os juro que me lo había creído, aunque la verdad, no tenéis mucha pinta de serlo. Pero cosas mas raras se han visto en el mundo.- dijo Mac con tono de alivio. Si, tono de alivio.

Entonces me acordé de que habíamos dejado a los chicos solos.

+Creo que deberíamos de irnos Mac, hemos dejado al resto solos. ¿Qué dices?- le dije.

-¡Es cierto! Estarán preocupados, pero por lo que podamos estar haciendo.- dijo mientras reía.

+Ha sido todo un placer conoceros chicos, sois geniales, espero volver a veros.- dije mientras me despedía con un beso a cada uno- y bueno, a ti Jay, te veo el Lunes en la tienda para darte lo tuyo ¿no?

Mac empezó a reírse por aquel comentario. Era muy mal pensada. Entonces los chicos la siguieron y yo, me moría de vergüenza.

+ ¡Mira que eres mal pensada eh!- le dije dándole un golpecito en el hombro.

-El lunes estoy ahí, no te preocupes.- dijo Jay riéndose. Aquella sonrisa…

Me despedí de él con un fuerte abrazo. Al fin y al cabo él siempre había sido muy amable conmigo. Lo valoraba mucho.

Regresamos con los demás y seguimos con el festival, aunque esta vez, sí que llevábamos sus bebidas.

-¡Habéis tardado muchísimo!- dijo Laura.

+Es que me he encontrado con un amigo, y hemos estado charlando con sus amigos. Pero ya he regresado querida mía. – bromeé-

-No podía aguantar más sin su presencia amada mía- Laura siguió con la broma.

+Por cierto… ¿Y Alex?- pregunté al no verlo por ningún lado.

-Pues cuando volvió de buscarte dijo que tenía que irse. Que no se encontraba bien.- dijo Sophie.

+ ¡Ah! Pues lo llamaré después.

El festival estuvo genial. Incluso me emocioné con canciones como Paradise, que me recordaba tanto al primer día que llegamos a la ciudad…

Cuando nos fuimos del festival, ya estaba amaneciendo. Había sido increíble, mucho mejor de lo esperado, excepto por una cosa. Pensaba que lo pasaría entero con Alex, no que volvería sola a casa, sin él.

Dormimos hasta el domingo. No podíamos con nuestros cuerpos. Estaban completamente derrotados después de tantos bailes y tantas horas.

Al día siguiente fuimos juntas a trabajar. Aquel día hacía muchísimo frío y además estaba lloviendo.

A la hora de mi descanso justo llegó Jay.

-Buenos días preciosas. – dijo con una sonrisa cuando entró por la puerta.

+Buenos días por la mañana- dijo Mac.

-¿Qué tal?- le dije con cara de tonta.

-Bueno, que, ¿me vas a dar hoy lo mio?-dijo Jay.

Mac se volvió a reir.

+Eso me va a perseguir de por vida ¿verdad?- dije yo dándome un golpecito en la frente...

Los dos asintieron mientras reían.

+Bueno, tendré que aprender a vivir con ello… Aunque la culpa es de vosotros que tenéis unas mentes pervertidas y calenturientas. Siéntate Jay, voy a por tus cosas y nos tomamos un café, que es mi hora de descanso.

-Muchas gracias.

+ ¿Café o chocolate?- le pregunté.

-Sorpréndeme.

+Trato hecho.

Nos sentamos en una de las mesitas de la tienda. Le preparé un chocolate con nata y un poquito de canela. Lo mismo que yo tomaba.

-Mmmm… ¡esto está buenísimo! Voy a tener que venir más a menudo.

+Me alegra que te guste.- le dije con una gran sonrisa.- Bueno aquí tienes. Sano y salvo.

Le di su chaqueta y una bolsita de regalo donde había metido el móvil y una tarjeta que decía:

Querido dueño, por favor no me olvides más, yo te quiero. Aunque si lo haces, no me importa quedarme de nuevo con Elena. Me ha cuidado muy bien.

Cuando Jay leyó la tarjeta empezó a reírse, no podía parar.

+ ¡Eres la mejor!- decía entre carcajadas. Después me dio un abrazo.

-Bah, solo era una broma…- le dije sonrojada- oye, mi descanso ya ha terminado, debería de volver al trabajo.

+Tranquila no te preocupes, yo también tendría que irme ya, que me esperan. Muchas gracias por cuidar tan bien de mi móvil.-dijo con una gran sonrisa.

-No hay que darlas.-le devolví la sonrisa.

Volví a la barra. Pero entonces, antes de que Jay saliera por la puerta se giró.

+ ¡Elena! Ven un segundo.

Fui hacia donde estaba él.

-Dime, ¿necesitas algo?

+Si. Tu teléfono.

-¿Qué?- contesté extrañada.

+Hombre, si no, no puedo hablar contigo. Y yo quiero seguir haciéndolo.

Aquello me dejó… No sé como explicarlo, pero estaba completamente colorada y atacada de los nervios.

-Por supuesto, aquí tienes. Yo tampoco quiero dejar de hablar contigo.

Apunté mi número en su móvil y después me hizo una foto para ponerla como perfil. Le dije que la borrara, 
que tenía una cara espantosa aquel día, él se quedó mirándola fijamente…

+No seas tonta. Sales preciosa. Solo hay que verte. Bueno me tengo que ir.

Me dio un beso en la mejilla y se fue. Yo me quedé petrificada. No podía moverme. Entonces mi móvil sonó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario