PHOENIX

lunes, 1 de octubre de 2012

CAPITULO 12


Nos despertamos en el sofá. Los rayos de sol entraban por la ventana y nos cegaban, pero aquello no nos importaba lo más mínimo. No era la primera noche que pasábamos juntos, pero sí había sido una noche muy especial. Nos habíamos quedados dormidos en el sofá, abrazados, juntos, entre besos. No importaba nada más.

Yo fui la primera en despertarme. Estaba un poco desubicada al principio, pero cuando lo vi, todo se puso en orden. No dejaba de mirar cómo dormía. Parecía un angelito.
De repente se despertó. Se ve que también le molestaba el sol. Lo primero que hice fue darle un beso. Y 
una sonrisa instantánea apareció en su cara mientras lo besaba.

+Lo mejor de besarte es ver como se te escapan sonrisas mientras lo hago. Por cierto, buenos días. – le dije embobada con su carita de recién levantado.

-No puedo evitarlo. Por cierto, recién levantada eres más bonita aún.- me dijo mientras me acariciaba las mejillas.

+ ¿Quieres desayunar?

-Si, tus besos.

Después nos comimos a besos, besos que ya no sólo tenían pasión, tenían algo más.

Pasamos toda la mañana en mi habitación, entre más caricias, besos y miradas. Todo era perfecto. De pronto Alex se acordó de que había traído su cámara de fotos, bueno, siempre llevaba una encima. Así que puse música de fondo y nos hicimos fotos de todo tipo. Se notaba la felicidad en el brillo de sus ojos.
Por la tarde fuimos al cine y después a dar un paseo por Leicester Square. Nos sentamos en la plaza mientras hablábamos y veíamos a la gente pasar. Era completamente nueva en esto, nunca me había pasado antes. Por la noche quedé para cenar con Mac, no la había visto en todo el día y la echaba de menos, 
además tenía que contarme cómo había ido la cena con Alessandro.

A las 9 fui a casa. Mac ya estaba allí. Estábamos en la cocina preparando pasta para la cena.

+ ¿Qué tal la cena de anoche?- le pregunté a Mac mientras removía la salsa de la pasta.

-Estuvo muy bien la verdad, al final Alessandro me ha sorprendido. Me ha cogido el truco, sabe qué decir y qué hacer en cada momento. Pero…

+ ¡¿Ah pero hubo algún “pero”?!

-No es un “pero” exactamente, solo que pasó algo…

+ ¡Verás tú que al final Mac se enamora!-dije emocionada.

-El “pero” es que no fue con Alessandro…

+Mac… ¡¿qué has hecho?!- me asusté.

-No, no, si no he hecho nada, sólo que cuando estábamos en el restaurante me pasó algo muy raro…

+Y…. ¡venga, continúa!

-Verás, yo estaba esperando a Alessandro en la puerta del restaurante mientras él estaba aparcando el coche, entonces entró un chico… su mirada se cruzó con la mía, y fue muy extraño, por que me resultaba tan familiar aquella mirada… como si ya la hubiera visto antes…

+ ¿Y estás segura de que no conocías a aquel chico?

-Segurísima, ese chico no se olvida fácilmente, y menos su mirada… aquella mirada…

+ ¿Ni siquiera de la universidad o de cuando fuimos a Piccadilly?

-No. Estoy completamente segura que no lo conozco de eso. Pero lo más extraño de todo fue que no paró de mirarme durante toda la cena, como si a él le pasara lo mismo que a mi.

+ Qué cosas más extrañas te pasan Mac…

-Pero por lo demás la noche fue preciosa. Estuvimos casi toda la noche paseando y charlando, después fuimos a su hotel. Lo malo es que Aless se va mañana por la mañana.

Entonces…. ¡IDEA!

+ ¿¡Oye, y por qué no vamos al aeropuerto y lo despedimos por sorpresa!?

-Gran idea chica, seguro que le encantará. Voy a llamar a las chicas para que vengan también.
Cenamos y nos pusimos a preparar las cosas para la mañana siguiente. Le pintamos cartelitos de despedida y le hicimos un cartulina enorme con un montón de fotos nuestras para que no se olvidara de nosotros. Una esquina de esa cartulina iba dedicada a Mac, aunque sabía que de ella no se iba a olvidar. Eso seguro. Ni ella de él.

Mientras estábamos con nuestra tarea, Mac recibió un mensaje de Alessandro preguntándole si podían verse la noche antes de irse, Mac le dijo que no, prefería darle la sorpresa al día siguiente, así sería mayor y 
el momento, más especial si cabía.

Nos levantamos tempranísimo, su vuelo salía a las 7 de la mañana, eran las 4. Nos reunimos todos en el hotel de Alessandro y esperamos a que él y los chicos salieran, con nuestras pancartas y regalitos para que 
nos echaran de menos.

Entonces, bajaron. Y cuando nos vieron, bueno mejor dicho, cuando Alessandro vio a Mac, soltó las maletas por el camino y se fue corriendo para ella cogiéndola en brazos y besándola, medio llorando de la emoción.

+Eres la mejor-le dijo entre lágrimas con una sonrisa que no le cabía en la cara.

-¿Pensabas que no me iba a despedir de ti?- Mac también lloraba.

+ ¡Cállate tonta y dame un beso!


-¡Ejem… siento fastidiar este momento tan bonito pero… yo también quiero uno que también te voy a echar muchísimo de menos!- le dije con voz de tonta.

Alex me miró raro. ¿Pero qué? ¿A qué coño venía esa miradita? Que le den, yo me voy a despedir de mi amigo.

Dejó a Mac en el suelo, y sin decir nada me dio un abrazo de esos que no te dejan respirar, mientras me daba muchos besos en la mejilla y después empezó a hacerme cosquillas.

+ Mi mancherà molto, piccolo. Te voy a echar mucho de menos pequeña.
La cara de Alex era un poema, pero yo no pensaba en él en aquel momento, y como me parecía una gilipollez opté por obviarlo.

Después llegamos todos al aeropuerto y tras media hora de llantos, lloros y abrazos nosdespedimos finalmente a los chicos. Los echaríamos muchísimo de menos.
Las chicas fueron en el coche de Sam hasta casa, íbamos a comer todos allí. Yo me fui con Alex en su 
coche. Cuando entré en el coche, Alex todavía seguía raro, yo todavía estaba llorando.

+ ¿Qué, te ha gustado no?- me dijo enfadado.

-¿Qué? ¡Eres tonto o le pegas pellizcos a los cristales!- me cabreé.- Déjalo, me voy con las chicas, te veo en casa.

+No, por lo visto en el hotel se os veía mucha complicidad a los dos, a saber…

-¿Me explicas qué estas dejando caer?

+No estoy dejando caer nada Elena, te estoy diciendo claramente que sé que os habéis acostado. Sino, ¿por qué le ibas a organizar la despedida? Que sé que la idea fue tuya... seguro que a mi no me habrías echo absolutamente nada.

-Muy bien. – dije mientras miraba por la ventana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario