Welcome Back.
El camino de vuelta se me hizo muy
pesado y largo, excepto cuando recordé quién me esperaría allí. Me había dado
cuenta, al estar sin él, de lo mucho que quería tenerlo cerca, y de que no se
merecía cómo lo había tratado aquellos días atrás. Le echaba muchísimo de
menos.
Cuando estaba llegando a la
capital le mandé un mensaje para que supiera que estaría allí pronto. Él me
contestó muy rápido.
Llevo esperándote aquí desde hace más de media hora, impaciente por
verte. Y espero que traigas contigo esa sonrisa que me vuelve loco.
Media hora después llegué a la
estación.
Justo cuando me bajé del tren, Max
me mandó un mensaje diciendo que le faltaban diez minutos para llegar, así que
decidí esperarlos. Pero alguien me estaba esperando a mi primero.
La última vez que estuve en
aquella situación me esperaban todos, ahora solo me esperaba él, con una
sonrisa de oreja a oreja desde que me vio llegar, y los brazos abiertos para
darme el mayor de los abrazos.
Me dio un abrazo tan fuerte que me
levantó del suelo.
-No te vayas más.- me decía
mientras me abrazaba.- echarte de menos es un infierno.
+No lo haré. Yo también te he
echado mucho de menos.
Nos dimos un abrazo larguísimo y
después no pude resistirme por más tiempo a besarle.
Me encantaba hacerlo, me encantaba
besar sus labios, morderle suavemente, enredar mis manos en su pelo, sentir
como me rodeaban sus brazos, su olor, su presencia. Me volvía loca.
-¡Qué bonito es el amor!- se oyó
una voz familiar de lejos. Era Tom.
+ ¡Chicos!- grité emocionada
cuando me giré y los vi. Me fui corriendo hacia ellos, más concretamente hacia
Max que me cogió en brazos.
-¡No te alegras mucho de vernos,
la verdad!- dijo Nathan.
+Tú calla enano y dame un beso,
joder.- le dije emocionada dándole un gran abrazo.
Jeremy fue saludando mientras a
los demás.
Le di un fuerte abrazo a Siva y
otro a Tom, con cosquillas incluidas. Pero faltaba uno. Estaba detrás del
resto, sin saber que hacer, igual que yo. Pero no podía aguantarlo más, y las
chicas no estaban para verlo.
Se me cambió la cara completamente
cuando lo vi. No sabía si estaba más guapo que de costumbre o que yo estaba
quizás demasiado sensible en aquel momento, pero las ganas de abrazarle eran
superiores a mi, así que lo hice. Y él, me devolvió el abrazo.
No nos dijimos nada, no hacia
falta para que supiera que lo echaba de menos.
Acompañamos a los chicos a su casa
y después fuimos a casa para arreglarnos para la cena de Navidad.
Al llegar me encontré con una caja
en la mesa de la entrada que ponía mi nombre, y una nota de Mac.
Te dejo el correo en la caja, he ido a ver a los chicos. Un beso, te
veo después. Feliz Navidad idiota.
En la caja había unas cinco o seis
cartas, las cuales no iba a abrir, por lo menos no en aquel momento.
-¿Vas a vestirte ya?- me preguntó
Jeremy.
+Sí, espérame en el salón. Ahora
salgo.
-¿No puedo entrar contigo?
+No, quiero que sea una sorpresa.
Me arreglé a conciencia. Me puse
aquel vestido que me compré, no estaba muy segura de él, estaba demasiado
nerviosa para pensar con claridad. ¿Sería demasiado corto? ¿Demasiado colorido? ¿Demasiado formal? No sabía qué hacer, así que, cuando terminé de maquillarme y
peinarme, salí para ver la opinión de Jeremy.
-¿Ese vestido vas a llevar?- me
dijo cuando salí.
+No te gusta… lo sabía… demasiado…
-Demasiado guapa. Si llevas ese
vestido a la cena, no sé cuanto tiempo voy a aguantar sin comerte a besos.
Me cogió de la cintura y me besó
apasionadamente.
+Estoy nerviosa.
-No tienes por qué estarlo.
+Sí tengo por qué, y lo sabes, así
que no intentes hacer como si no pasara nada.
-Es que no pasa nada preciosa. Son
mis padres, no muerden. Creo.- dijo riendo.
+Pues por que son tus padres estoy
nerviosa. No quiero que piensen que no soy buena para ti… y esas cosas que se
piensan… no sé… siempre se me ha dado fatal estas cosas…
-¿Confías en mi?
+Si.
-Pues entonces te digo que todo va
a salir genial.- me dio un pequeño beso en la mejilla, y nos fuimos a su casa
para que él se preparara.
No tardó mucho, pero creo que no
podía ir más guapo. Me quedé boquiabierta. Llevaba una americana negra y unos vaqueros pero iba… no era normal
lo guapo que estaba.
+Me están entrando unas ganas
tremendas de quedarme aquí contigo y pasarme la noche quitándote lo que acabas
de ponerte.- le dije mordiéndome el labio.
-La verdad es que no es mala idea
en absoluto.- me cogió de la cintura y me mordió el cuello.
Cada vez que hacía eso mis ojos se
ponían en blanco y un escalofrío recorría mi cuerpo. Tenía ganas de sentir su
peso sobre mí, pero no era el momento.
-Guapo, no puedo resistirme a ti,
pero hoy tengo que hacerlo. Vámonos.
Durante el camino me sudaban las
manos, y no dejaba de pensar en cómo actuaría delante de la familia de Jeremy.
Llegamos a su casa y me temblaban
hasta las piernas. Jeremy me cogió de la mano y me miró fijamente a los ojos,
cogiéndome de la cara.
-Elena, esto te lo voy a decir muy
en serio. No te preocupes por nada, sé tú misma, les vas a encantar igual que
me encantas a mí. Solo hay que verte, estás guapísima, qué digo, eres
guapísima. Eres perfecta.- me besó.
Asentí con la cabeza. Aunque sus
palabras me habían tranquilizado un poco, seguía con un nudo en el estómago.
Su madre abrió la puerta.
-¡Hola Jeremy, cielo! Tú debes de
ser Elena ¿no? ¡Qué guapa!
+Sí, señora Sumpter.- tenía
temblorosa hasta la voz.
-Llámame Sandy. Por cierto, pasa,
esta es tu casa.
Era muy simpática, eso me dio algo
de calma. Y además de simpática era guapísima. Era alta, rubia y con la misma
cara que Jeremy.
Cuando entramos, su madre se
dirigió a la cocina para avisar a su padre de que habíamos llegado, la pequeña
Gigi también vino para saludarnos.
-Este es mi padre, Gary.- me dijo
Gigi después de darme un fuerte abrazo.
+Encantada, muchas gracias por
haberme invitado a cenar.
-No hay que darlas.- dijo el padre
de Jeremy- teníamos muchas ganas de conocerte. Espero que vengáis con hambre.
+Dímelo a mi.- dijo Jeremy. Le di
un codazo para que se dejase de tonterías. Él me lo devolvió con un abrazo.-
Por cierto mamá, ¿dónde está Jess?
-Creo que me dijo que iba a
recoger a Cris. ¿Por qué no le enseñas la casa a Elena?
La casa de los padres de Jeremy
era realmente bonita, sobretodo con la decoración de navidad. Daba una
sensación muy agradable de calidez.
En el salón había un árbol enorme
y una televisión gigante, también había un piano. Había cientos de fotos por toda la casa.
Fotos de ellos cuando eran pequeños, de la pequeña Gigi, de los padres de
Jeremy de jóvenes y… de Cris, con Jeremy y con su hermana Jess.
Por último fuimos a la habitación
de Jeremy. Su habitación estaba repleta de posters de sus grupos favoritos y de
fotos de sus amigos, y de ella.
Él se sentó en una esquina de la
cama mientras yo curioseaba.
-Siéntate aquí conmigo preciosa.
+Espera un momento, estoy viendo
tus fotos de la pared.
-Son demasiado antiguas.
+Pues por eso mismo. Sabes que me
encantan este tipo de cosas.
-Quiero hablarte de una cosa
Elena.- cuando me llamaba por mi nombre me asustaba. No sabía si sería bueno o
malo.
Me cogió del brazo y me sentó en
sus rodillas.
-No quiero que le hagas caso a mi
hermana Jess, en nada de lo que te diga ¿vale?
+ ¿Por qué?
-Te voy a ser claro. Ella quiere
que vuelva con Cris, le ha comido la cabeza con esa tontería, y mi hermana a
veces puede ser muy… difícil.
Me dio un beso, nos interrumpió la
puerta, que dio un portazo al abrirse en aquel momento.
+ ¡Hola hermanito! ¡Feliz
Navidad!- dijo su hermana Jess cuando abrió la puerta.
-Hola Jess, te presento a Elena.
Me levanté y le di dos besos.
+ ¿Tú eres la famosa Elena? Tienes
que contarme por qué todos hablan tanto de ti… Por cierto, no sé si os
conocéis, esta es Cris, mi mejor amiga.
Allí estaba ella, tan guapísima, tan
perfecta, con su vestido negro ajustado que le quedaba tan bien, y yo, tan
celosa.
La saludé, no tenía más remedio,
aunque me apetecía más partirle la cara. Me habrían sido muy útiles los guantes
de boxeo de Mac.
+Eres muy guapa.- me dijo con una
sonrisa falsa.
-Gracias, tú también.
Jeremy notó la tensión, y que
estaba pálida, así que me agarró la cintura.
+Me muero de hambre, vamos a
comer.- dijo él.
Las chicas bajaron las escaleras.
Yo di un suspiro.
+Elena.
-Que.
+Te quiero.
Me abracé fuertemente a él. Esa
situación me sobrepasaba.
Bajamos con el resto, yo me ofrecí
a su madre para ayudar a poner la mesa o en la cocina, pero no me dejó. Sin
embargo, cuando comenté que me encantaban las fotografías que tenía por la
casa, me dio algo que me encantó. Una caja enorme llena de fotos de cuando eran
pequeños.
-No me puedes hacer más feliz
Sandy, me encanta ver estas cosas.- le dije ilusionada.
Gigi se sentó a un lado mio en el
sofá, Jeremy al otro, y Jess y Cris en una de las esquinas.
Había cientos de fotos, todas
preciosas. Se notaban que eran muy felices. Pero sobretodo había muchas fotos
de Jeremy con Cris.
-¿Y esta foto?- le dije a Jeremy.
Él se rio.
+Esa foto es de cuando hice de
Peter Pan en el colegio, tenía 11 años, creo.
-Eras lo más lindo del mundo.
+ ¿Y ahora no lo soy o qué?
-No- dije riendo.
+Muy bonito.
-¡Vamos a hacerle cosquillas por
lo que te ha dicho Jeremy!- le dijo Gigi.
Los dos empezaron a hacerme
cosquillas. Yo no tenía cómo defenderme.
-¡Me rindo!- les dije.
+Jeremy, ya no tienes diez años,
podrías comportarte.- le dijo Jess.
-Y tú podrías dejar de ser tan
estirada. Por cierto, métete en tus cosas.- le dijo enfadado.- Y relájate, que
es navidad.
Me sentía muy incómoda, por que
era culpa mía, y no quería que se pelearan en Navidad. Agarré la mano de Jeremy
para que se calmara.
En ese momento llegó su madre para
decirnos que ya nos podíamos sentar. Parecía que iba a ser una noche ajetreada,
como poco.
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