PHOENIX

viernes, 11 de enero de 2013

CAPITULO 87


¿Eres bipolar?

-¿Qué haces aquí?- le preguntó Jeremy.

+Vivo aquí, puedo venir a celebrarlo ¿o no?

-¿Quién te ha dicho que estaríamos aquí?

+Leo las revistas, no hay mucho misterio.

Jeremy no estaba muy alegre desde que vino. Y yo me traje a Mac por que no quería estropear la noche. Pero aun así no volvió a salirme una sonrisa.

-Hola, ¿quién eres? ¿Conoces a Elena y a Jeremy?, yo soy Jay.

+El que faltaba.- dije por lo bajo.

-Sí, los conozco, encantada, soy Cris. Sé quién eres.

A Cris sí que se le iluminó la cara cuando vio a Jay.

+ ¿Dónde está Kelsey Ann?- me dijo Mac al oído.

-Ahora que se la necesita no estará… pero si fuera yo…- le dije.

Jeremy se vino conmigo. Me agarró de la cintura y me besó. Dejó clara la situación desde el primer momento, y se le notaba a la perfección que aquella situación no le gustaba nada. No me gustaría que Jeremy se pusiera así conmigo, daba un poco de miedo.

En un despiste de Jeremy, y mio, Jay me sacó de allí. Me llevó a los pies del London Eye. La última vez que estuvimos allí juntos no es que tuviéramos muy buena experiencia. Al menos yo.

-Jay, ¿qué haces?

+Por fin estamos solos.

-¿Para qué quieres que estemos solos?

Él me miraba con aquellos ojos azules profundos en los que me perdía. Después hizo algo que no debió haber hecho nunca, al menos delante de mí. Sonreír. Me latía demasiado rápido el corazón cuando lo hacía. Demasiado.

Me agarró las manos.

-Elena, verás, yo…

Mi teléfono sonó. Fui a cogerlo.

+No lo cojas, tengo que decirte algo importante…

-Jay, sinceramente, si es o no importante me da igual. Ya estoy harta de tanto juego… ahora te hablo, ahora ni te miro. Déjame ya.

Me fui corriendo y volví con el resto. Con Jeremy.

+ ¿Dónde estabas?- me preguntó Jeremy muy cariñoso.

-Me he perdido con tanta gente.

Nareesha, Kelsey y Kelsey Ann fueron un momento a casa por que a Kelsey Ann se le había roto su vestido e iban a arreglarlo. Les ofrecí mi ayuda, pero Nareesha lo controlaba mejor que yo.
Jay volvió restregándose las manos por los ojos. Me miró al pasar de largo y se fue directamente a la persona que menos quería que se fuera en el mundo, Cris.

-¿Te llamabas Cris, no?

+Sí.

-¿Y de qué los conoces?

+Es una larga historia.

-Tranquila, tengo todo el tiempo del mundo…

Estuvieron muchísimo tiempo juntos, cada vez se acercaban más, y cuanto mas lo hacían, más me cabreaba.

-Respira.- me dijo Max.- Te veo un poquito acelerada.

Max sabía toda la historia de Cris. Era el chico al que le contaba mis cosas cuando necesitaba ayuda masculina que no fuera Jeremy. Los demás estaban demasiado ocupados con sus respectivas parejas, además, él siempre conseguía sacarme una sonrisa.

+ ¿Acelerada? Estoy muy tranquila.

-¿Tú? Pero si eres más peligrosa que poner una cerilla encendida junto a una garrafa de gasolina… vamos a dar un paseo.

Veía como Jay le decía cosas al oído y le agarraba la cintura.

Max me abrazó muy fuerte para calmarme, pero no lo conseguía lo suficiente.

-¿Mejor?

+Un poco.

Jay lo vio, y se acercó a nosotros, con Cris de la mano.

-Max, ¿sabías que Cris es una gran fan nuestra?

No soportaba como me miraba. Era guapa, pero cada vez me lo parecía menos. Yo no le había hecho nada, pero ella se estaba ganando una buena.

+ ¿En serio? Me alegro mucho.- le dijo Max seco.

-Jay, ¿quieres que vayamos a otro sitio, solos?- le dijo acercándose a su cuello y dándole un mordisco.

¡Pero será zorra! ¡Delante de mí! ¡Sin ningún tipo de reparo!-Pensé. Respiré hondo, e intenté que no se me notara en la cara.

Pero se me notó. No podía dejar de mirarle, mis ojos decían lo que mi boca no dejaba salir.
Antes de responder Jay me miró. Yo miré hacia abajo. No podía ver cómo le decía que sí. Sobretodo sabiendo quién era ella.

+Lo siento, yo… tengo novia, si eres nuestra fan lo deberías saber.

Max soltó un suspiro de alivio. Yo le miré extrañada.

-¿Por qué suspiras calvito?

+Por que si se hubiera ido con ella, le habría tenido que pegar. Por capullo.

-Es más inteligente de lo que crees. De lo que todos creemos.

+Lo es. Pero, por un momento pensé que se iba a ir con ella. Kelsey Ann no se lo merece. Ni tú tampoco.

-¿Yo?- reí.

+Admite que te has asustado tanto como yo.

No respondí a aquello.

Fuimos a un pub llamado Funky Buddha. Allí nos reunimos otra vez con las chicas. Al final, Kelsey Ann se cambió de vestido.

Jay se comportó con ella como si nada hubiese pasado. Y, aunque me entraron ganas de contárselo, preferí no meterme y seguir con la fiesta.

La música era realmente buena, y Jeremy y yo estuvimos bailando durante un buen rato.

-¿Te gustan las sorpresas?- me dijo detrás de mi al oído, agarrándome por la cintura.

+Solo si son buenas. ¿Por qué?

-Tengo que decirte una cosa.

Me di la vuelta para verle mejor.

+Eso no suena bien.

-Bueno… entré en tu cuarto… y encontré algo…

+Sigue…

-Tu bola del mundo.

+Sigue…

-Y la giré…

+Sigue.

-Espero que te guste el mar.

+ ¿Qué tocó?

-Santorini, en Grecia.

+Lo estoy deseando.- le dije besando su nariz.

-Creo que se lo deberíamos de decir a Jay y Kelsey Ann.

+Vámonos solos…

-Venga, nos lo pasaremos bien. Tenemos mucho tiempo para ir solos. Grecia no se va a mover de sitio.

Fuimos a ver a Jay que estaba sentado con Kelsey Ann y Siva.

-Jay.- le dije.

Él no me miró siquiera.

-¡Jay!- grité.

Me miró.

-Joder, por fin. Tenemos que, bueno, Jeremy tiene que contaros algo.

+ ¿Os gustaría ir de viaje a Grecia?

- Que romántico… ¿Cómo lo habéis decidido?- preguntó Kelsey Ann.

+ ¿Has usado la bola que te regalé?- me preguntó Jay.

-Yo no, fue Jeremy…

+Era para ti…

-Joder, no seas infantil… es una maldita bola del mundo, no pasa nada.

Jay se levantó y me arrastró hasta un lugar cerca de la barra.

-¿Qué no sea infantil? ¿Sólo una maldita bola del mundo? Deja de decepcionarme.

+ ¿Pero qué te pasa?

-Que para mi no es solo eso. No es una maldita bola del mundo, y me duele que tú lo veas así, y no sea tan importante para ti como lo es para mí. Aquel regalo tenía un propósito. Era para que viajáramos juntos, para perderme contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario