PHOENIX

jueves, 17 de enero de 2013

CAPITULO 92


Todo esto tiene una explicación.

Al día siguiente llegamos a nuestro próximo destino, Gloucester. Nathan estaba eufórico y Mac, aterrorizada. Cuando el taxi nos acercó a casa de Nathan, Mac estaba sudando, con escalofríos, pálida y temblando.

Los chicos empezaron a sacar sus maletas, pero Mac se quedó dentro del coche mirando fijamente la casa de Nathan, que por cierto, vivían en un barrio precioso y muy verde, con pequeños valles y calles muy tranquilas, yo me quedé con Mac para darle apoyo porque sabía que esto era demasiado nuevo para ella. Si no era capaz de tener novio ¿cómo iba a ser capaz de tener suegra y cuñada? Imposible.

-Mac, Ele ¿no venís?- dijo Nathan metiendo la cabeza dentro del coche.

+Ahora vamos pequeñajo.- le dije para evitar preocuparle. Mac estaba muy seria.

Cuando vio que se alejaba me habló, echándose las manos en la cara y suspirando.

-Ele, sácame de Gloucester.

+Te voy a sacar de Gloucester igual que tú me vas a acompañar a Santorini.

-Puta.

+ ¡Oh mira! Tú suegra está detrás de ti mirando por el cristal.- bromeé.

Mac asustada se giró rápidamente pero, obviamente, no vio a nadie.

-Puta. ¿No ves que me va a dar un infarto?

+Gracias. Ya me lo agradecerás, además, si te da un infarto no tienes que entrar… Venga vamos que ya verás como no es para tanto, y si te esperan mucho rato será peor.

-Tampoco hay más remedio.

Salimos del coche y nos dirigimos hacia la casa de Nathan.

Mac me agarró la mano, pero entró decidida.

Los chicos ya conocían a Jess, la hermana de Nathan y a su madre, Karen,  así que la saludaron con normalidad, pero nosotras y Jeremy éramos nuevos y era un poco… raro.

-¿Quién es la novia de mi hijo?- dijo la madre de Nathan con una sonrisa en la cara al ver que íbamos de la mano.

+Adivínalo.- dijo Jay.

-Pues… a ver…- estaba nerviosa, porque si me elegía a mí sería un momento un poco incómodo para Mac.

La madre de Nathan se vino en un primer momento hacia mí, me miró un rato de arriba abajo, ahora estaba nerviosa yo, pero después abrazó a Mac.

Di un suspiro de alivio.

-Bienvenida Mac, soy Karen.- le dijo.

+ ¿Cómo sabías que…- le pregunté aun nerviosa.

-Se le nota lo asustada que está desde que entró… además la he visto en las revistas, soy su madre, tengo que saber quién está con mi niño.

+Es muy inteligente.- le dije a Nathan.

-Ya sabéis de dónde he aprendido.- dijo Nathan dándole un abrazo a su madre.

Mac seguía en silencio.

-Mac cariño, no muerdo, ni Jess tampoco.- le dijo Karen con tono conciliador.

+Tranquila, solo dame un rato. Ya mismo se me pasará.- dijo Mac en shock.

Kelsey y Nareesha se rieron porque nunca habían visto a Mac así de nerviosa.

Al final las aguas volvieron a su cauce, Mac se relajó y no paró de charlar con ellas. Nos enseñaron su casa, cenamos y vimos videos antiguos de Nathan, y de Jess cantando, que cantaba de maravilla.  Me gustaba visitar a las familias por que esa era mi parte favorita.

Estuvimos charlando y pasando un buen rato hasta altas horas de la madrugada. Karen no nos dejó que fuésemos a un hotel y como, obviamente no había camas para todos nos montó una especie de fiesta de pijamas.

Colocó muchos colchones en el suelo y nos trajo galletitas y leche, té para Nathan, para dormir. Yo estaba muy ilusionada, y Mac mucho más que yo porque a ella le encantaba dormir en el suelo.

Yo dormía en un colchón con Jeremy, junto a Jay y Kelsey Ann a un lado, y Max con Siva en otro. Mi lado daba hacia el colchón de Jay. Jeremy y yo dormimos como lo hacíamos siempre, con él abrazado a mí. Cuando las luces se apagaron y ya estaban todos en sus sueños, me dio la mano y me acarició. Después, me la apretó un par de veces. Me giré para ver a Jeremy pero estaba hasta roncando así que no era él el que me daba la mano, y quién lo estuviera haciendo aun no me la había soltado. Era Jay.

-Que quieres Jay.- susurré de mala gana para no molestar a nadie.

+ ¿Estás despierta?

-Vaya pregunta Jay… claro que estoy despierta sino cómo te voy a contestar… ¿qué quieres?

+Nada, solo quería decirte que no me ha gustado pensar esta mañana que tu podrías haber sido la novia de Nathan, aunque fuera por un segundo. Se me hizo raro…

-La madre de Nathan sabía perfectamente que no era yo.

+Lo sé. Y… espero que te guste mi familia, es muy importante para mí. Ojalá te lo pases tan bien con ellos como te lo has pasado aquí.

-Seguro que tú familia es increíble Jay, aunque tú seas la oveja negra.-bromeé.- Vamos a dormir que mañana tenemos que madrugar.

+Buenas noches… Elena.

-Buenas noches.

Soltó mi mano.

Me giré y me acurruqué bajo el brazo de Jeremy.

A la mañana siguiente me levanté muy temprano porque necesitaba ir al baño. Intenté ir a oscuras pero después de ir al baño me perdí y llegué a la cocina, que si tenía luz.

Estaba Nathan sentado en la mesa del comedor, de espaldas a mí y aun no me había visto. Me acerqué un poco más al darme cuenta de que estaba escribiendo algo, pensé que sería para Mac o quizás le había venido la inspiración para una canción. Al principio me pareció un poco extraño pero era Nathan así que no me preocupé más, pero tenía curiosidad en saber qué ponía.

Seguía acercándome. Me di cuenta que Nathan llevaba los auriculares puestos por eso no se había dado cuenta de que yo estaba detrás. Hasta que conseguí leer lo que ponía en lo que estaba escribiendo.

Tal vez no estemos juntos ahora porque eres mi futuro. P.D: te quiero.

¡¿Cómo?! ¿Nathan era el que me escribía las notas? Pero no podía ser… Nathan y Mac estaban juntos y además ahora estaban muy bien, es más, estaban en su maldita casa, con su maldita familia, Mac acababa de ser presentada oficialmente ¿y ahora venía con esto? Si se hubiera ahorrado las malditas cartas todo sería mucho más fácil. Estaba enfadada, muy enfadada, tenía ganas de pegarle incluso.

Le quité los auriculares de un tirón.

-¡¿Qué es esto Nathan?!- dije muy seria.

Nathan automáticamente intentó esconder la nota, pero ya era demasiado tarde.

+ Elena, ¿qué haces despierta a estas horas? Es muy temprano…

-Nathan, no te hagas el tonto que no soy gilipollas. He leído lo que estabas escribiendo. ¿Eres tú el de las cartas? Que sepas que no ha tenido ninguna gracia.- dije medio llorando.

+Todo esto tiene una explicación.

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