Caja sorpresa.
Mientras nosotras nos fuimos a la playa, los chicos se
quedaron en la piscina. Mientras tomaban algo frío se tumbaron en unas hamacas
para charlar.
-Jay, tío, puedo contarte algo. Lo hablé con Siva antes de
venirnos… y la verdad es que me ha apoyado bastante.- dijo Jeremy nervioso.
+Claro que sí dime.
-Le voy a pedir a Elena que se venga a vivir conmigo.
A Jay se le abrieron los ojos de par en par y casi se
atraganta con el daiquiri que estaba tomando. Estaba muy sorprendido por la
noticia.
+ ¿No crees que es un poco precipitado, Jeremy? Bueno, ya
sabes cómo es Elena y sus actuaciones repentinas con este tipo de cosas… No sé,
creo que no es muy buena idea… ¿Y si te dice que no?
-Pero si nunca le digo lo que pienso nunca sabrá que estoy
dispuesto a hacerlo. Prefiero arriesgarme a un no a no saber nunca lo que
piensa. Y yo quiero saberlo, no, necesito saberlo. Me da igual si es sí o no.
Además ya prácticamente vivimos juntos.
+Tú sabrás. Pero, ¿crees que será capaz de dejar a Mac
sola?- dijo bebiéndose el daiquiri de un sorbo.
-¿Qué Mac? ¿La que vive en tu casa 8 días a la semana? Ya
había pensado en eso y he hablado con ella también y me ha dicho que le parece
una idea genial. Además con esto que le he preparado no creo que me diga que
no.- dijo Jeremy sacando una caja de anillo del bolsillo.
Jay abrió la pequeña caja y dentro había un papelito que
decía:
¿Quieres que vivamos
juntos?
Jay cerró la caja sin mucho entusiasmo.
+Venga tío. Que poco conoces a Elena…
-¿Por qué?- dijo Jeremy asustado.
+ ¿Desde cuándo a Ele le gustan estas cosas? En cuanto vea
que sacas la casa se va a asustar y te va a decir que no.
-Espero que no lo haga…- dijo Jeremy guardando de nuevo la
caja bastante desanimado.
Kelsey Ann y yo volvimos de la playa al atardecer, al final
nos quedamos todo el día allí, pero hacía una temperatura buenísima. Tan buena
como el grupo de griegos que se tumbaron junto a nosotras.
Aquella noche teníamos todos ganas de marcha, así que nos
preparamos para comernos la noche griega y que todos supieran que estábamos
allí. Fuimos al Koo Club. Bailamos y bebimos mucho, y cuando digo mucho me
refiero a botellas y botellas de alcohol de las que no dejamos ni una gota. Demasiado, por lo menos para Kelsey Ann que tuvo que sentarse después de
haberse bebido unos seis o siete Cosmopolitan, mezclado con unos cuantos
chupitos.
Jeremy se sentó junto a ella para ayudarla a que se pusiera
mejor, y mientras tanto Jay y yo fuimos a pedir algo de azúcar y agua, pero nos
entretuvimos un poco cuando sonó un remix de Glad You Came, que era obligatorio bailarlo. Y eso fue precisamente
lo que hicimos. Me agarró por la cintura y empezamos a bailar, yo tenía la
adrenalina por las nubes.
¡D-D-D-Drink it if you
can!-gritamos los dos a la vez en aquella parte. En ese momento los dos nos
bebimos nuestras copas de un trago con los brazos entrelazados.
Jay, como no, hizo su bailecito típico que hacía cada vez
que cantaba esa canción. Hacía algo así como si un cohete explotara de sus
partes más íntimas cuando decía Im glad
you came.
-¡Qué guarro eres, Jay!- dije riendo cuando hacía el famoso
paso.
+ ¡Por qué! ¿Acaso no es verdad?- rio.
Cuando la canción terminó Jay me volvió a coger de la
cintura pero esta vez para acercarme a él.
-¿Hasta dónde llegarías por Jeremy, Elena?- me dijo muy
cerca de mi boca.
+No sé, Jay, ¿a qué viene esa pregunta ahora?
-Pues porque creo que él va muy en serio, quizás demasiado
para ti…
+ ¿A qué te refieres?- me cabreaba cuando estropeaba los
buenos momentos para este tipo de cosas...
-Pues… algo tan serio como esto.
Sacó su móvil y me enseñó una foto de una caja de un anillo.
Yo me quedé a cuadros.
+ ¿Ahí no habrá un anillo,
verdad? Mira Jay, si es broma, para, porque no me hace ninguna gracia.
– Dije
temblorosa.- y estoy demasiado borracha.
-Seguramente estará muy nervioso
y cariñoso contigo, te preparará una sorpresa y te llevará de cena romántica
para pedírtelo… Lo típico.
+Jay, deja de joderme.
-Yo solo lo digo… ya se verá…
+Bueno, y ¿qué pasa si quiero
casarme con él?
-Que no habrías puesto esa cara
cuando te he enseñado la foto.- dijo con media sonrisa.
Se me acercó a la cara, me acarició la mejilla y me apartó
el pelo de la cara mientras se acercaba a mi boca. Yo no me moví ni un centímetro,
simplemente me quedé hipnotizada de sus ojos azules.
Pero justo antes de rozarse con mi boca, paso de ella hasta
llegar a mi oído.
-Y que ya te habrías apartado.- dijo con su mano aún en mi
cintura.
Me dio un beso en la mejilla y se fue. Dejándome inmóvil en
medio de la gente, y con algo de comida para su novia.
A la mañana siguiente Kelsey Ann se encontraba mejor y yo,
todo lo contrario. Tenía tal resaca, como es normal, que no podía apenas abrir
los ojos de lo que me molestaba el sol, por lo que preferí quedarme durmiendo
un poco más mientras los demás desayunaban.
-¿Se lo vas a pedir aquí?- le preguntó Jay a Jeremy.
+ ¿Preguntarle el qué?- dijo extrañada Kelsey Ann.
-Le va a pedir a Elena que se vayan a vivir juntos, pero es
una sorpresa.
+ ¿De verdad? Mucha suerte Jeremy, espero que te diga que
sí.- dijo Kelsey Ann levantándose a por un café y un bollito de crema.
-Bueno, ¿qué vas a hacer?
+Se lo pediré esta tarde, cuando salga la conversación. O en
cualquier momento, no importa.
-Mira, yo creo que lo mejor que puedes hacer es estar muy
romántico con ella, aunque se te noten los nervios, no importa, y podrías
llevártela a cenar a cualquier sitio bonito, que aquí hay muchos. Porque es un
momento muy importante para que Kelsey Ann y yo estemos en medio, ¿No crees?
+Puede que tengas razón… me apetece mucho estar con ella a
solas y un poco más íntimo…
-Pues mucha suerte.
Después de desayunar volvieron a mi habitación para saber si
iba a salir con ellos o no. Al final, me di cuenta de que no tenía cuerpo para
salir de la cama, no al menos en ese momento, y les dije que saldría por la
tarde. Aunque me negué, Jeremy insistió en quedarse conmigo en lugar de ir con
los demás. Se despidió de Jay y Kelsey Ann y se metió conmigo en la cama
mientras me llenaba de besos y caricias.
-¿Por qué no has ido con ellos? No quiero que te pierdas las
vacaciones por mi…- le dije mientras me acurrucaba en él.
+Yo quiero pasar mis vacaciones contigo.- me dijo dándome un
beso en la nariz.- Si te encuentras mejor… ¿Te puedo llevar a un sitio especial
esta noche?
-Claro que si guapo, donde tú quieras.
Aquella mañana Jeremy estuvo muy cariñoso conmigo, y me iba
a llevar a un sitio especial… y eso me estaba asustando mucho.
Por la tarde ya me encontraba mucho mejor, Jeremy se había
encargado a la perfección de cuidarme y darme mimos para que me recuperase, así
que nos dimos una ducha y nos arreglamos para salir por la noche los dos
juntos.
Como Jeremy no quería decirme dónde íbamos a ir, no sabía si
arreglarme mucho o poco, por lo que al final escogí un punto medio, me puse
unos tacones y un vestidito de gasa y me dejé el pelo suelto y alborotado con
el aire.
Dimos un paseo por las callejuelas del pueblo, con las
farolas encendidas y las casas iluminadas y ese olor a mar que me gustaba
tanto. Después me llevó a un restaurante de un acantilado desde donde se veía
el mar, y nos sentaron en una pequeña mesa apartada con una pequeña velita.
Jeremy estuvo muy nervioso durante la cena, lo dejaba de
mirar a todos lados y no paraba de mover las piernas ni de acariciarme la mano.
Cuando íbamos por el postre yo no aguantaba más, me estaba
poniendo nerviosa de tanto moverse.
-Jeremy, ¿te pasa algo?- le pregunté preocupada.
+Pues la verdad es que sí, Elena.- me apretó la mano con
fuerza.
Se me cogió un nudo en el estómago.
+Lo que pasa es que ya no estoy seguro. No sé si querrás o
no, o si te molestará.
-¡Pero el qué! ¡Dímelo! Si no, no te entiendo…
+Vale…- cogió aire con fuerza- verás preciosa, ya sabes todo
lo que te quiero, y que lo nuestro cada día va más en serio, por lo menos para
mí… entonces yo quería preguntarte una cosa.
Jeremy miró en el bolsillo de su chaqueta y, mientras
buscaba lo que quería encontrar, momento que se me hizo eterno, yo cada vez
estaba más nerviosa. Se me iba a salir el corazón. Me acordé de todo lo que me
había dicho Jay.
Jeremy sacó la cajita que Jay me había enseñado, del
bolsillo. Y yo no sabía dónde meterme. No sabía si estaba preparada o no para
casarme.
A él le temblaban las manos al sostener la caja. Quería
tranquilizarlo, pero, en mi estado de nervios, era completamente imposible.
+Elena, si me dices que no, no pasa nada, lo entenderé, pero
quiero que sepas que esto es una muestra de lo que te quiero.
Me dio la caja. La miré durante un minuto con toda mi
atención. Tenía mucho miedo de abrirla, pero haría lo que me dijera el corazón.
Como tenía que ser. La abrí y ahí no había un anillo de compromiso. Era un
papelito. Lo cogí para leerlo:
Preciosa, ¿quieres que
vivamos juntos?
Miré a Jeremy, y volví a mirar el papelito. Por un lado me
aliviaba que no hubiera un anillo, pero por otro, una parte de mi quería que
hubiera sido precisamente un anillo. Me reí aunque no era momento de hacerlo.
Jeremy estaba pálido y casi sin respirar.
+Bueno, ¿qué dices?- dijo tartamudeando.
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