PHOENIX

domingo, 27 de enero de 2013

CAPITULO 97


Caja sorpresa.



Mientras nosotras nos fuimos a la playa, los chicos se quedaron en la piscina. Mientras tomaban algo frío se tumbaron en unas hamacas para charlar.

-Jay, tío, puedo contarte algo. Lo hablé con Siva antes de venirnos… y la verdad es que me ha apoyado bastante.- dijo Jeremy nervioso.

+Claro que sí dime.

-Le voy a pedir a Elena que se venga a vivir conmigo.

A Jay se le abrieron los ojos de par en par y casi se atraganta con el daiquiri que estaba tomando. Estaba muy sorprendido por la noticia.

+ ¿No crees que es un poco precipitado, Jeremy? Bueno, ya sabes cómo es Elena y sus actuaciones repentinas con este tipo de cosas… No sé, creo que no es muy buena idea… ¿Y si te dice que no?

-Pero si nunca le digo lo que pienso nunca sabrá que estoy dispuesto a hacerlo. Prefiero arriesgarme a un no a no saber nunca lo que piensa. Y yo quiero saberlo, no, necesito saberlo. Me da igual si es sí o no. Además ya prácticamente vivimos juntos.

+Tú sabrás. Pero, ¿crees que será capaz de dejar a Mac sola?- dijo bebiéndose el daiquiri de un sorbo.

-¿Qué Mac? ¿La que vive en tu casa 8 días a la semana? Ya había pensado en eso y he hablado con ella también y me ha dicho que le parece una idea genial. Además con esto que le he preparado no creo que me diga que no.- dijo Jeremy sacando una caja de anillo del bolsillo.

Jay abrió la pequeña caja y dentro había un papelito que decía:

¿Quieres que vivamos juntos?

Jay cerró la caja sin mucho entusiasmo.

+Venga tío. Que poco conoces a Elena…

-¿Por qué?- dijo Jeremy asustado.

+ ¿Desde cuándo a Ele le gustan estas cosas? En cuanto vea que sacas la casa se va a asustar y te va a decir que no.

-Espero que no lo haga…- dijo Jeremy guardando de nuevo la caja bastante desanimado.

Kelsey Ann y yo volvimos de la playa al atardecer, al final nos quedamos todo el día allí, pero hacía una temperatura buenísima. Tan buena como el grupo de griegos que se tumbaron junto a nosotras.

Aquella noche teníamos todos ganas de marcha, así que nos preparamos para comernos la noche griega y que todos supieran que estábamos allí. Fuimos al Koo Club. Bailamos y bebimos mucho, y cuando digo mucho me refiero a botellas y botellas de alcohol de las que no dejamos ni una gota. Demasiado, por lo menos para Kelsey Ann que tuvo que sentarse después de haberse bebido unos seis o siete Cosmopolitan, mezclado con unos cuantos chupitos.

Jeremy se sentó junto a ella para ayudarla a que se pusiera mejor, y mientras tanto Jay y yo fuimos a pedir algo de azúcar y agua, pero nos entretuvimos un poco cuando sonó un remix de Glad You Came, que era obligatorio bailarlo. Y eso fue precisamente lo que hicimos. Me agarró por la cintura y empezamos a bailar, yo tenía la adrenalina por las nubes.

¡D-D-D-Drink it if you can!-gritamos los dos a la vez en aquella parte. En ese momento los dos nos bebimos nuestras copas de un trago con los brazos entrelazados.




Jay, como no, hizo su bailecito típico que hacía cada vez que cantaba esa canción. Hacía algo así como si un cohete explotara de sus partes más íntimas cuando decía Im glad you came.

-¡Qué guarro eres, Jay!- dije riendo cuando hacía el famoso paso.

+ ¡Por qué! ¿Acaso no es verdad?- rio.

Cuando la canción terminó Jay me volvió a coger de la cintura pero esta vez para acercarme a él.

-¿Hasta dónde llegarías por Jeremy, Elena?- me dijo muy cerca de mi boca.

+No sé, Jay, ¿a qué viene esa pregunta ahora?

-Pues porque creo que él va muy en serio, quizás demasiado para ti…

+ ¿A qué te refieres?- me cabreaba cuando estropeaba los buenos momentos para este tipo de cosas...

-Pues… algo tan serio como esto.

Sacó su móvil y me enseñó una foto de una caja de un anillo. Yo me quedé a cuadros.

+ ¿Ahí no habrá un anillo, verdad? Mira Jay, si es broma, para, porque no me hace ninguna gracia. 

– Dije temblorosa.- y estoy demasiado borracha.

-Seguramente estará muy nervioso y cariñoso contigo, te preparará una sorpresa y te llevará de cena romántica para pedírtelo… Lo típico.

+Jay, deja de joderme.

-Yo solo lo digo… ya se verá…

+Bueno, y ¿qué pasa si quiero casarme con él?

-Que no habrías puesto esa cara cuando te he enseñado la foto.- dijo con media sonrisa.

Se me acercó a la cara, me acarició la mejilla y me apartó el pelo de la cara mientras se acercaba a mi boca. Yo no me moví ni un centímetro, simplemente me quedé hipnotizada de sus ojos azules.

Pero justo antes de rozarse con mi boca, paso de ella hasta llegar a mi oído.

-Y que ya te habrías apartado.- dijo con su mano aún en mi cintura.

Me dio un beso en la mejilla y se fue. Dejándome inmóvil en medio de la gente, y con algo de comida para su novia.

A la mañana siguiente Kelsey Ann se encontraba mejor y yo, todo lo contrario. Tenía tal resaca, como es normal, que no podía apenas abrir los ojos de lo que me molestaba el sol, por lo que preferí quedarme durmiendo un poco más mientras los demás desayunaban.

-¿Se lo vas a pedir aquí?- le preguntó Jay a Jeremy.

+ ¿Preguntarle el qué?- dijo extrañada Kelsey Ann.

-Le va a pedir a Elena que se vayan a vivir juntos, pero es una sorpresa.

+ ¿De verdad? Mucha suerte Jeremy, espero que te diga que sí.- dijo Kelsey Ann levantándose a por un café y un bollito de crema.

-Bueno, ¿qué vas a hacer?

+Se lo pediré esta tarde, cuando salga la conversación. O en cualquier momento, no importa.

-Mira, yo creo que lo mejor que puedes hacer es estar muy romántico con ella, aunque se te noten los nervios, no importa, y podrías llevártela a cenar a cualquier sitio bonito, que aquí hay muchos. Porque es un momento muy importante para que Kelsey Ann y yo estemos en medio, ¿No crees?

+Puede que tengas razón… me apetece mucho estar con ella a solas y un poco más íntimo…

-Pues mucha suerte.

Después de desayunar volvieron a mi habitación para saber si iba a salir con ellos o no. Al final, me di cuenta de que no tenía cuerpo para salir de la cama, no al menos en ese momento, y les dije que saldría por la tarde. Aunque me negué, Jeremy insistió en quedarse conmigo en lugar de ir con los demás. Se despidió de Jay y Kelsey Ann y se metió conmigo en la cama mientras me llenaba de besos y caricias.

-¿Por qué no has ido con ellos? No quiero que te pierdas las vacaciones por mi…- le dije mientras me acurrucaba en él.

+Yo quiero pasar mis vacaciones contigo.- me dijo dándome un beso en la nariz.- Si te encuentras mejor… ¿Te puedo llevar a un sitio especial esta noche?

-Claro que si guapo, donde tú quieras.

Aquella mañana Jeremy estuvo muy cariñoso conmigo, y me iba a llevar a un sitio especial… y eso me estaba asustando mucho.

Por la tarde ya me encontraba mucho mejor, Jeremy se había encargado a la perfección de cuidarme y darme mimos para que me recuperase, así que nos dimos una ducha y nos arreglamos para salir por la noche los dos juntos.

Como Jeremy no quería decirme dónde íbamos a ir, no sabía si arreglarme mucho o poco, por lo que al final escogí un punto medio, me puse unos tacones y un vestidito de gasa y me dejé el pelo suelto y alborotado con el aire.

Dimos un paseo por las callejuelas del pueblo, con las farolas encendidas y las casas iluminadas y ese olor a mar que me gustaba tanto. Después me llevó a un restaurante de un acantilado desde donde se veía el mar, y nos sentaron en una pequeña mesa apartada con una pequeña velita.
Jeremy estuvo muy nervioso durante la cena, lo dejaba de mirar a todos lados y no paraba de mover las piernas ni de acariciarme la mano.

Cuando íbamos por el postre yo no aguantaba más, me estaba poniendo nerviosa de tanto moverse.

-Jeremy, ¿te pasa algo?- le pregunté preocupada.

+Pues la verdad es que sí, Elena.- me apretó la mano con fuerza.

Se me cogió un nudo en el estómago.

+Lo que pasa es que ya no estoy seguro. No sé si querrás o no, o si te molestará.

-¡Pero el qué! ¡Dímelo! Si no, no te entiendo…

+Vale…- cogió aire con fuerza- verás preciosa, ya sabes todo lo que te quiero, y que lo nuestro cada día va más en serio, por lo menos para mí… entonces yo quería preguntarte una cosa.

Jeremy miró en el bolsillo de su chaqueta y, mientras buscaba lo que quería encontrar, momento que se me hizo eterno, yo cada vez estaba más nerviosa. Se me iba a salir el corazón. Me acordé de todo lo que me había dicho Jay.

Jeremy sacó la cajita que Jay me había enseñado, del bolsillo. Y yo no sabía dónde meterme. No sabía si estaba preparada o no para casarme.

A él le temblaban las manos al sostener la caja. Quería tranquilizarlo, pero, en mi estado de nervios, era completamente imposible.

+Elena, si me dices que no, no pasa nada, lo entenderé, pero quiero que sepas que esto es una muestra de lo que te quiero.

Me dio la caja. La miré durante un minuto con toda mi atención. Tenía mucho miedo de abrirla, pero haría lo que me dijera el corazón. Como tenía que ser. La abrí y ahí no había un anillo de compromiso. Era un papelito. Lo cogí para leerlo:

Preciosa, ¿quieres que vivamos juntos?

Miré a Jeremy, y volví a mirar el papelito. Por un lado me aliviaba que no hubiera un anillo, pero por otro, una parte de mi quería que hubiera sido precisamente un anillo. Me reí aunque no era momento de hacerlo. Jeremy estaba pálido y casi sin respirar.

+Bueno, ¿qué dices?- dijo tartamudeando.

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