You Da One.
Jay y Jeremy seguían en el sofá. Y
yo no dejaba de ver a Jeremy… con otros ojitos. Me fui para él y me senté
encima suya, esta vez no en sus rodillas precisamente.
Sonaba You Da One de Rihanna a todo
volumen, y yo quería dedicarle aquella canción a Jeremy… con un baile, encima
de él.
Cantaba la canción mientras me
movía y giraba su cara hacia mí para que me mirara. Ya no veía a nadie más a
nuestro alrededor. Para mi, solo estábamos él y yo. Excepto cuando cantaba la parte de:
You the one that I´m
feeling
You the one that I´m
loving
Ain´t no other, that´s
like you
No there´s just one,
one, one
No baby just one, one
I bet you wanna know
En ese momento miré a Jay, que se
levantó inmediatamente del sofá.
Cuando la canción terminó me
levanté del sofá y cogí a Jeremy por la camiseta levantándole a él
también. La música sonaba muy fuerte.
Todos bailaban, algunos más pegados, otros lo hacían mientras bebían, otros
entre besos…
Me llevé a Jeremy a la cocina. Me
subió encima de la encimera. Me besó. Acarició mis piernas. Me subió la falda.
Le mordía el cuello. Besaba su cuerpo. Intentaba besarme. Me escapaba. Le
gustaba. Me encantaba. Lo buscaba. Me huía. Lo encontraba. Se reía.
Le arranqué la camiseta. Su cuerpo
ardía y el mío echaba humo.
No tuvo cuidado, ni yo se lo pedí.
Fue muy fuerte pero aun más placentero.
Perdimos por completo la noción
del espacio y el tiempo. Solo existíamos él y yo.
Jay entró inesperadamente en la
cocina. Y… nos vio. Se quedó petrificado, incluso se le cayó lo que llevaba en
la mano.
+Elena…- dijo en tono de
decepción.- Emm lo siento…- dijo tapándose los ojos y saliendo de allí.
Jeremy y yo nos miramos y no
pudimos evitar echarnos a reír. Nos recolocamos un poco y volvimos al salón.
-¿Qué te ha pasado parece que te
has metido en una jaula de leones?- me dijo Mac al verme.
+Algo así…- dije riendo.
Jay estaba serio sentado en una
silla junto a la mesa del comedor bebiendo chupitos él solo. Me senté a su lado
y me eché un chupito, después Jeremy se acercó y Jay se levantó.
-Creo que está un poco molesto.-
dijo Jeremy riendo.
+Bueno, ya se le pasará… ¿un
chupito, guapo?
Se bebió el chupito y me lo pasó
como si fuera un beso. Tenía esa capacidad de volverlo todo tan perfecto.
Seguimos bailando y cantando hasta
que no pudimos más y nos despedimos de todos. Jay se subió a su habitación.
No podíamos volver a casa en coche
por que estábamos bastante mal, Mac se quedaba a dormir con Nathan, así que
volvimos andando al no encontrar ningún taxi por el camino.
Hacía mucho frío. Era Londres, y
Diciembre, así que no sabía de qué me extrañaba.
-Gracias por esta noche.- le dije
a Jeremy mientras llegábamos a mi casa.
+Siento que no haya sido perfecta.
-Lo ha sido, créeme.- le dije
abrazándole.
Empezaba a nevar, al mismo tiempo
que amanecía.
Subimos a casa, y nos echamos
directamente a dormir. No teníamos energía para nada más. Ni siquiera me quité
los zapatos.
Nos despertamos sobre la hora de
comer y en la misma postura que como nos acostamos.
-Buenos días preciosa.- me dijo
aun con los ojos llenos de sueño.
+Feliz Navidad. Creo que ha venido
Santa Claus… ¿Miramos bajo el árbol?
-Yo ya tengo mi regalo.- me dijo
dándome un beso en la frente.- ¿has dormido con los zapatos?
+Déjate de tonterías, y vamos a
ver los regalos de navidad.
El día anterior, cuando llegamos a
casa, le dejé un pequeño regalo a Jeremy y a Mac, que le había comprado en
París, bajo el árbol.
Fuimos al salón.
-Dile a Santa Claus que no hacía
ninguna falta. Yo no puedo pedir más.- me dijo abrazándome.
+ ¡Ábrelo ya tonto!
Jeremy abrió la caja, dentro había
una videoconsola, la última que había salido según me contó Nathan y un
cuaderno que compre con Piere en París.
-¿Es una broma, no?- dijo con una
sonrisa que le llenaba la cara.
+No lo es, abre el cuaderno.
Feliz navidad guapo. No sé como eres capaz de hacer que todos los días
sean especiales desde que te conocí. Puedo decir sin duda alguna que eres una
de las mejores cosas que me ha pasado en esta ciudad.
Siento haberme ido así de repente a París pero, si te sirve de
consuelo, quiero que sepas que no he parado de echarte de menos ni un segundo.
La intención de este librito es la de juntar todos los buenos momentos
y aventuras que pasemos juntos… aunque creo que vamos a necesitar muchos más.
Espero pasar muchas navidades tan buenas como estas contigo.
Te quiero, Elena.
Se acercó despacio hacia mí. Me
miró fijamente a los ojos. Me besó lentamente. Un cosquilleo recorrió todo mi
cuerpo en ese momento.
Como siempre, tenían que
interrumpirme los momentos perfectos como aquel. Mi móvil sonó en el peor de
los momentos. Era Mac.
-Buenas tardes princesa.
+Feliz Navidad Mac.
-Creo que deberías venir a casa de los chicos.
+ ¿Ha pasado algo?
-Sí, ha venido Santa Claus. Bueno, y un huracán también por que está
todo hecho un desastre.- rio.
+Ahora vamos para allá.
-¿Quieren que vayamos para su
casa?- me preguntó Jeremy.
+Sí.
-Pues prepárate y nos vamos.
+No tan deprisa.- Dije metiendo mi
mano por su camiseta.- primero voy a ayudarte a prepárate… ¿y si empiezo por
quitarte la ropa?
-Eres mala.-Puso una sonrisa
pícara.
+Lo soy… ahora mismo te lo
demuestro.
El sexo matutino era nuestra
especialidad, nuestra mejor manera de empezar el día. ¿Qué mejor que con sus
besos y su calor? Ni el mejor de los desayunos superaba al sabor de sus labios.
Unas horas después salimos para ir
a casa de los chicos. Estaban resacosos, hechos polvo, destrozados,
despeinados, excepto Max, con ojeras y sin poder moverse a penas, pero con una
gran sonrisa en la cara. Era Navidad.
-¡Feliz Navidad!- dijo Tom cuando
nos abrió la puerta.- ¡Tenemos que abrir los regalos que os hemos estado
esperando!
Lo primero que vi fue a Kelsey Ann
medio en ropa interior en brazos de Jay mientras se besaban. Un gran regalo de
navidad, si que lo fue.
+Bueno, ya estamos aquí.- dije
alto interrumpiendo el beso de los “enamorados”.
-Habéis tardado mucho desde que os
hemos llamado ¿no?- dijo Nathan.
+Nos hemos entretenido un
poquito…- dije riendo.
-Mira que eres guarra querida
amiga.- dijo Mac.
+ ¡Santa Claus se ha acordado de
ti también!- dijo Kelsey con mucha ilusión.
-¿Pues a que estamos esperando
para abrir los regalos? Él también se ha acordado de vosotros en mi casa.
Saqué una cajita para cada uno de
mi bolso. Era una pulserita. Todas eran iguales excepto el color. Para que
siempre estuviéramos juntos.
-Me encanta, son monísimas. Por
cierto, me he encontrado esto en el árbol, tenía tu nombre.- me dijo Kelsey Ann
dándome una carta.
+No creo…
ER CARVITO 9 de enero de 2013 03:59
ResponderEliminarHOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!! HOY TE COMENTO POR AQUÍ, SUPRISE, SURPRISE XDDDDDDDDDDDDDDDD
BUAAAAH!!! CADA VEZ SE PONE MÁS EMOCIONANTE!
MEENCANTAMEENCAAAAAANTA!
NO SÉ QUE TIENE JEREMY QUE ME VUELVE LOKITA *MOMENTO BABAS*
JAY Y SUS CARTITAS ME TIENEN UN POCO.... COMO LO DIRÍA.... ¡¡¡¡¡HASTA LOS %·645/%&/5562!!!!
CENSURO QUE NO QUIERO QUE LA DUEÑA DEL BLOG ME MANDE A LA CARCEL JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
O A UN MANICOMIO, NO SE SAE.
BUENO, CREO QUE NO ME OLVIDO DE NADA MÁS.
UN BESO EN LA FRENTE A TODOS LOS QUE LEAN ESTO!