Ejército Kaneswaran (911 Parte 2)
+ La verdad es que no
habíamos visto algo igual. También hemos escuchado rumores acerca de un nuevo
disco. Cuéntanos algo más de eso, Max.
-Creo que todavía no
puedo decir mucho acerca de ese tema, pero sí este año habrá nuevo disco aunque
aún estamos trabajando en ello, pero con todo lo que nos ha pasado últimamente
os puedo asegurar que será uno de los mejores discos y sobretodo, sorprendente.
+Estamos deseando
escuchar el nuevo álbum, mientras tanto nos quedamos con los anteriores. Nos gustaría
saber también cómo os lo habéis pasado en vuestras vacaciones navideñas. ¿Cómo
es pasar las vacaciones con los chicos, Elena?
-Es una locura. No
creo que haya otra palabra que lo describa mejor. Sus fiestas son épicas y
siempre tienes que estar con una sonrisa de oreja a oreja cuando estás con
ellos. Esta navidad hemos visitado a la familia de los chicos y ha sido una
experiencia preciosa, sobre todo cuando nos enseñan las fotos antiguas. Es mi
parte favorita.
+Ahora estamos
obligados a preguntarte por uno de los temas que más se han hablado desde que
te conocemos. ¿Cómo está tu relación con Jay?
-¿La entrevista no
debería de ser para Max?- bromeé.- No entiendo por qué la gente sigue dándole
vueltas a ese asunto, Jay y yo somos amigos simplemente, él tiene su pareja y
yo la mía, pero no entiendo por qué sólo salen rumores con él, son cinco
chicos, no solo uno, y yo me llevo igual de bien con todos.
+Tienes razón, la
próxima vez te liaremos con Max, por ejemplo.-bromeó Sarah.- Muchas gracias a
los dos por haber contestado a todas las preguntas tan amablemente, ha sido un
gusto haceros esta pequeña entrevista y esperemos que Max encuentre a su Wanted
Girl pronto. Ahora te apunto mi número Max- bromeó.
-Call her
maybe.-bromeé.
+Eso espero.-rió
Sarah- Pero antes de dejaros hacer lo que se supone que es mi trabajo, me dicen
que nos ha llegado una llamada para vosotros ¿queréis contestarla?
-¡Claro que sí!-
dijimos a la vez.
Eran los chicos desde casa de Jay. Al principio se
escuchaban muchos gritos y después se puso Nathan al teléfono.
-Hola chicos, ¿qué tal
estáis mientras trabajáis?- dijo Nathan.
+Pues es el mejor
trabajo del mundo, no tengo derecho a quejarme.- dijo Max.
Yo no contesté a nada de lo que Nathan dijo, seguía enfadada
con él y se notaría demasiado si le contestaba.
Tras Nathan, se puso Jay y después Tom y Siva, que nos
desearon mucha suerte y nos dijeron que estarían escuchando nuestras canciones.
-Que emotivo.-bromeé.
+Adiós chicos, pero…
es hora de fiesta.- dijo Max pinchando la primera canción.
Pusimos muchísimas canciones movidas, nuestras
preferidas, las que más se escuchaban
últimamente y por supuesto no faltó Glad
You Came. Fue un gran momento, me lo pasé genial.
Cuando salimos de la radio nos fuimos a casa de los chicos a
descansar un rato, aunque no mucho porque esa noche saldríamos de fiesta. Llamé
también a Laura, y se apuntó en seguida.
Por la noche nos arreglamos y salimos para darlo todo en la
noche londinense. Jeremy iba guapísimo, como siempre, y Laura llevaba un
vestido negro precioso que le quedaba como un guante, que por la cara de Max,
él pensaba exactamente igual que yo. Entonces se nos ocurrió una gran idea. En
lugar de ser una sola pareja, podríamos acabar la noche siendo dos.
Estábamos en un reservado del club bastante tranquilos. Nos
pedimos unas cuantas rondas de chupitos de tequila, pedidos a conciencia, para
que se soltaran más rápido. Jeremy y yo salimos a bailar y los dejamos solos en
el sofá, no sin antes dejar caer algunas indirectas que estábamos seguros de que
las habían cogido.
No hizo falta mucho tiempo. Se gustaban, solo que no se
habían dado cuenta antes. Y hacían una pareja realmente buena.
Jeremy y yo nos
fuimos un poco después, pero Max y Laura se quedaron un poco más en el club, y
al parecer amanecieron juntos, porque a la mañana siguiente, cuando llamé a Max
para preguntarle qué tal había ido la noche, no fue precisamente él quién me
cogió el teléfono sino Laura, y esa tarde quedamos para comer los cuatro juntos
antes de que llegaran los demás.
Aquella mañana, Jeremy y yo fuimos a recoger a recoger a
Gigi a casa de Jeremy, sus padres estaban allí también, aunque Jess no, y antes
de llevarnos a Gigi a dar una vuelta, estuvimos hablando un rato con ellos. No
creo que hubiera mejores suegros, eran muy gracioso y divertidos, incluso Gary,
el padre de Jeremy nos invitó a jugar al golf uno de los fines de semana. Le
contamos acerca de mi nuevo trabajo, aunque me daba mucha pena dejar la tienda
de chocolate, y me apoyaron desde el primer momento. Era un gusto tenerlos como
mi otra familia.
Después de pasar un rato muy agradable en casa de Jeremy nos
llevamos a la pequeña Gigi a la pista de patinaje que habían puesto en los
jardines del museo de historia natural. Yo no había patinado sobre hielo nunca
y al parecer Gigi era una experta así que me ayudó ella y al final, tras unas
cuantas caídas y un dolor de tobillos casi insoportable, conseguí pillarle el
truco.
Cuando salíamos de allí, Max llamó a Jeremy para preguntar
dónde estábamos y al enterarse de que Gigi estaba allí nos sugirió que fuésemos
a tomarnos un café con ella, que la echaba de menos. A Gigi le encantó la idea.
Quedamos en la tienda de chocolate. Jeremy, Gigi y yo
llegamos antes que Max, así que aproveché para despedirme de las chicas y
agradecerles lo bien que me habían tratado todo ese tiempo. Para mi sorpresa,
me habían preparado una tarta de despedida. En ese momento me emocioné.
Al cabo de un rato llegó Max, pero no venía solo, se trajo a
Laura con él. Iban agarrados de la mano. Y al verlos me salió una sonrisa
automática. Jeremy la tenía tanto como yo.
-Al final parece que nos ha salido bien el plan.- dijo
Jeremy cuando nos traía las bebidas y el pastel.
+ ¿Plan?- preguntó Max extrañado.
-Bueno… explícaselo tú preciosa.
+ ¡Me pasas a mí el marrón! Pues veréis chicos, nosotros
solo pensamos que haríais buena pareja y creo que no nos ha salido tan mal…
¿no?
-Espero que no.- dijo Laura acariciando la mano Max.
Estaba muy feliz al verlos juntos, me encantaba hacer de
Celestina, y que saliera bien claro…
Al terminar en la cafetería, llevamos todos a Gigi de vuelta
a casa, nos quedamos allí un rato hasta que llegase la hora de recoger a los
chicos en el aeropuerto.
Odiaba esperar, me ponía nerviosa, aunque tener a Max y
Jeremy haciendo de las suyas hacía la espera más amena.
La espera hacía que me entrara ansiedad, y con eso las ganas
de comer cualquier cosa que fuera de todo menos sana, así que Laura y yo fuimos
a comprar algo de comer.
Mientras decidía qué comprar y Laura ojeaba las revistas vi
a alguien que me resultaba muy familiar que estaba en la cola de una cafetería.
Era alto, moreno, y muy guapo. Me acerqué un poco más para ver si lo podía
reconocer. Era Siva.
Miré antes mi móvil para ver si los chicos nos habían
llamado, pero no tenía ninguna llamada perdida, además todavía quedaba casi una
hora para que llegaran los chicos, aunque a lo mejor acababan de llegar. Me fui
corriendo hacia Siva porque me hacía mucha ilusión volver a verle a él y a los
chicos. Le di un gran abrazo.
-¡Siva! ¿Ya habéis llegado? Pensaba que quedaba todavía un
rato… ¿por qué no nos habéis llamado?- dije colgada de él.
+ ¿Qué? ¿Quién eres?
-Siva, soy Elena.
+ ¿Quién?
-Déjate de bromas, sabes perfectamente quién soy tonto.
+Ya pero… creo que la que no sabes quién soy eres tú.
-Sí que lo sé. Eres mi amigo Siva.- me quedé pensando unos
segundos.
¡Mierda! No recordaba que Siva tenía un hermano gemelo,
pero… ¿qué hacía aquí?
-¡Lo siento! Es que… eres igual. Te llamas Kumar ¿no? Yo soy
Elena, encantada.
+Es lo que tiene ser gemelo.- dijo simpático- Sí, soy Kumar.
-Y, ¿cómo es que estás aquí? Siva nos dijo que vendríais la
semana que viene.
+Eso le dijimos, pero mi familia y yo hemos venido antes
para darle una sorpresa.
-Créeme, le va a encantar.
Kumar me llevó con su familia e ideamos un pequeño plan para
cuando llegaran, después volví con Jeremy, Max y Laura a esperar a que llegaran
mientras les contaba el plan.
Un rato después llegaron los chicos. Nosotros fuimos a
recibirlos normal, sin mucho sobresalto para que la sorpresa fuera mayor.
Entonces, cuando estaba abrazando a Siva, el ejército Kaneswaran salió de su
escondite y se abalanzó sobre Seev y Nareesha. Ellos se emocionaron muchísimo
al verlos.
Tras recogerlos en el aeropuerto fuimos a casa de los
chicos, para que la enorme familia de Siva se instalara. Como no había camas
suficientes para todos, es más no había cama para ninguno, tuvimos la idea de
que los chicos se quedaran en mi casa durante el tiempo que la familia de Siva
estuviera aquí.
Hicimos de cenar y
nos sentamos en la mesa. Durante la cena, charlamos, y pasamos un buen rato. Pero, tras unas cervezas, necesitaba ir al baño. Subí al baño de la planta de
arriba y en la puerta había un papel que decía: Elena. No podía ser verdad. ¿Otra más?
Te echo de menos.
Tiré la carta al suelo. No quería más tonterías de esas.
Cuando volví al salón Siva se levantó, al parecer quería
decirnos algo importante.
-Bueno, no pensaba hacerlo ahora mismo pero creo que esta
oportunidad no se presenta todos los días por eso me gustaría decirle algo a
una de las personas más especiales de mi vida.- dijo mirando a Nareesha.
Yo ya estaba llorando, y eso que no sabía qué iba a decir.
-Nareesha, llevamos muchos años juntos y he disfrutado todos
y cada uno de los días que he estado contigo, sé que no voy a encontrar alguien
como tú en el mundo, ni siquiera que se te parezca. Me complementas y me
completas, lo eres todo para mí y aunque nuestra relación sea seria me gustaría
que diéramos por fin el siguiente paso. Nareesha – dijo acercándose hacia ella
con una pequeña cajita- ¿quieres casarte conmigo?
Yo lloraba, Mac lloraba, los padres de Siva y sus hermanos
lloraban, todos llorábamos, esperando con ansia la respuesta de Nareesha, que
no era capaz de articular palabra.
-Bueno, ¿qué me
dices?- dijo Siva nervioso.
Nareesha seguía sin poder hablar.
-Si no me contestas no sé si me lo voy a tener que tomar
como un no.- dijo Seev cada vez más nervioso.
Nareesha no contestó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario