PHOENIX

martes, 22 de enero de 2013

CAPITULO 94


Ejército Kaneswaran (911 Parte 2)

+ La verdad es que no habíamos visto algo igual. También hemos escuchado rumores acerca de un nuevo disco. Cuéntanos algo más de eso, Max.

-Creo que todavía no puedo decir mucho acerca de ese tema, pero sí este año habrá nuevo disco aunque aún estamos trabajando en ello, pero con todo lo que nos ha pasado últimamente os puedo asegurar que será uno de los mejores discos y sobretodo, sorprendente.

+Estamos deseando escuchar el nuevo álbum, mientras tanto nos quedamos con los anteriores. Nos gustaría saber también cómo os lo habéis pasado en vuestras vacaciones navideñas. ¿Cómo es pasar las vacaciones con los chicos, Elena?

-Es una locura. No creo que haya otra palabra que lo describa mejor. Sus fiestas son épicas y siempre tienes que estar con una sonrisa de oreja a oreja cuando estás con ellos. Esta navidad hemos visitado a la familia de los chicos y ha sido una experiencia preciosa, sobre todo cuando nos enseñan las fotos antiguas. Es mi parte favorita.

+Ahora estamos obligados a preguntarte por uno de los temas que más se han hablado desde que te conocemos. ¿Cómo está tu relación con Jay?

-¿La entrevista no debería de ser para Max?- bromeé.- No entiendo por qué la gente sigue dándole vueltas a ese asunto, Jay y yo somos amigos simplemente, él tiene su pareja y yo la mía, pero no entiendo por qué sólo salen rumores con él, son cinco chicos, no solo uno, y yo me llevo igual de bien con todos.

+Tienes razón, la próxima vez te liaremos con Max, por ejemplo.-bromeó Sarah.- Muchas gracias a los dos por haber contestado a todas las preguntas tan amablemente, ha sido un gusto haceros esta pequeña entrevista y esperemos que Max encuentre a su Wanted Girl pronto. Ahora te apunto mi número Max- bromeó.

-Call her maybe.-bromeé.

+Eso espero.-rió Sarah- Pero antes de dejaros hacer lo que se supone que es mi trabajo, me dicen que nos ha llegado una llamada para vosotros ¿queréis contestarla?

-¡Claro que sí!- dijimos a la vez.

Eran los chicos desde casa de Jay. Al principio se escuchaban muchos gritos y después se puso Nathan al teléfono.

-Hola chicos, ¿qué tal estáis mientras trabajáis?- dijo Nathan.

+Pues es el mejor trabajo del mundo, no tengo derecho a quejarme.- dijo Max.

Yo no contesté a nada de lo que Nathan dijo, seguía enfadada con él y se notaría demasiado si le contestaba.

Tras Nathan, se puso Jay y después Tom y Siva, que nos desearon mucha suerte y nos dijeron que estarían escuchando nuestras canciones.

-Que emotivo.-bromeé.

+Adiós chicos, pero… es hora de fiesta.- dijo Max pinchando la primera canción.

Pusimos muchísimas canciones movidas, nuestras preferidas,  las que más se escuchaban últimamente y por supuesto no faltó Glad You Came. Fue un gran momento, me lo pasé genial.

Cuando salimos de la radio nos fuimos a casa de los chicos a descansar un rato, aunque no mucho porque esa noche saldríamos de fiesta. Llamé también a Laura, y se apuntó en seguida.

Por la noche nos arreglamos y salimos para darlo todo en la noche londinense. Jeremy iba guapísimo, como siempre, y Laura llevaba un vestido negro precioso que le quedaba como un guante, que por la cara de Max, él pensaba exactamente igual que yo. Entonces se nos ocurrió una gran idea. En lugar de ser una sola pareja, podríamos acabar la noche siendo dos.

Estábamos en un reservado del club bastante tranquilos. Nos pedimos unas cuantas rondas de chupitos de tequila, pedidos a conciencia, para que se soltaran más rápido. Jeremy y yo salimos a bailar y los dejamos solos en el sofá, no sin antes dejar caer algunas indirectas que estábamos seguros de que las habían cogido.

No hizo falta mucho tiempo. Se gustaban, solo que no se habían dado cuenta antes. Y hacían una pareja realmente buena.

Jeremy y yo nos fuimos un poco después, pero Max y Laura se quedaron un poco más en el club, y al parecer amanecieron juntos, porque a la mañana siguiente, cuando llamé a Max para preguntarle qué tal había ido la noche, no fue precisamente él quién me cogió el teléfono sino Laura, y esa tarde quedamos para comer los cuatro juntos antes de que llegaran los demás.

Aquella mañana, Jeremy y yo fuimos a recoger a recoger a Gigi a casa de Jeremy, sus padres estaban allí también, aunque Jess no, y antes de llevarnos a Gigi a dar una vuelta, estuvimos hablando un rato con ellos. No creo que hubiera mejores suegros, eran muy gracioso y divertidos, incluso Gary, el padre de Jeremy nos invitó a jugar al golf uno de los fines de semana. Le contamos acerca de mi nuevo trabajo, aunque me daba mucha pena dejar la tienda de chocolate, y me apoyaron desde el primer momento. Era un gusto tenerlos como mi otra familia.

Después de pasar un rato muy agradable en casa de Jeremy nos llevamos a la pequeña Gigi a la pista de patinaje que habían puesto en los jardines del museo de historia natural. Yo no había patinado sobre hielo nunca y al parecer Gigi era una experta así que me ayudó ella y al final, tras unas cuantas caídas y un dolor de tobillos casi insoportable, conseguí pillarle el truco.

Cuando salíamos de allí, Max llamó a Jeremy para preguntar dónde estábamos y al enterarse de que Gigi estaba allí nos sugirió que fuésemos a tomarnos un café con ella, que la echaba de menos. A Gigi le encantó la idea.

Quedamos en la tienda de chocolate. Jeremy, Gigi y yo llegamos antes que Max, así que aproveché para despedirme de las chicas y agradecerles lo bien que me habían tratado todo ese tiempo. Para mi sorpresa, me habían preparado una tarta de despedida. En ese momento me emocioné.

Al cabo de un rato llegó Max, pero no venía solo, se trajo a Laura con él. Iban agarrados de la mano. Y al verlos me salió una sonrisa automática. Jeremy la tenía tanto como yo.

-Al final parece que nos ha salido bien el plan.- dijo Jeremy cuando nos traía las bebidas y el pastel.

+ ¿Plan?- preguntó Max extrañado.

-Bueno… explícaselo tú preciosa.

+ ¡Me pasas a mí el marrón! Pues veréis chicos, nosotros solo pensamos que haríais buena pareja y creo que no nos ha salido tan mal… ¿no?

-Espero que no.- dijo Laura acariciando la mano Max.

Estaba muy feliz al verlos juntos, me encantaba hacer de Celestina, y que saliera bien claro…

Al terminar en la cafetería, llevamos todos a Gigi de vuelta a casa, nos quedamos allí un rato hasta que llegase la hora de recoger a los chicos en el aeropuerto.

Odiaba esperar, me ponía nerviosa, aunque tener a Max y Jeremy haciendo de las suyas hacía la espera más amena.

La espera hacía que me entrara ansiedad, y con eso las ganas de comer cualquier cosa que fuera de todo menos sana, así que Laura y yo fuimos a comprar algo de comer.

Mientras decidía qué comprar y Laura ojeaba las revistas vi a alguien que me resultaba muy familiar que estaba en la cola de una cafetería. Era alto, moreno, y muy guapo. Me acerqué un poco más para ver si lo podía reconocer. Era Siva.

Miré antes mi móvil para ver si los chicos nos habían llamado, pero no tenía ninguna llamada perdida, además todavía quedaba casi una hora para que llegaran los chicos, aunque a lo mejor acababan de llegar. Me fui corriendo hacia Siva porque me hacía mucha ilusión volver a verle a él y a los chicos. Le di un gran abrazo.

-¡Siva! ¿Ya habéis llegado? Pensaba que quedaba todavía un rato… ¿por qué no nos habéis llamado?- dije colgada de él.

+ ¿Qué? ¿Quién eres?

-Siva, soy Elena.

+ ¿Quién?

-Déjate de bromas, sabes perfectamente quién soy tonto.

+Ya pero… creo que la que no sabes quién soy eres tú.

-Sí que lo sé. Eres mi amigo Siva.- me quedé pensando unos segundos.

¡Mierda! No recordaba que Siva tenía un hermano gemelo, pero… ¿qué hacía aquí?

-¡Lo siento! Es que… eres igual. Te llamas Kumar ¿no? Yo soy Elena, encantada.

+Es lo que tiene ser gemelo.- dijo simpático- Sí, soy Kumar.

-Y, ¿cómo es que estás aquí? Siva nos dijo que vendríais la semana que viene.

+Eso le dijimos, pero mi familia y yo hemos venido antes para darle una sorpresa.

-Créeme, le va a encantar.

Kumar me llevó con su familia e ideamos un pequeño plan para cuando llegaran, después volví con Jeremy, Max y Laura a esperar a que llegaran mientras les contaba el plan.

Un rato después llegaron los chicos. Nosotros fuimos a recibirlos normal, sin mucho sobresalto para que la sorpresa fuera mayor. Entonces, cuando estaba abrazando a Siva, el ejército Kaneswaran salió de su escondite y se abalanzó sobre Seev y Nareesha. Ellos se emocionaron muchísimo al verlos.

Tras recogerlos en el aeropuerto fuimos a casa de los chicos, para que la enorme familia de Siva se instalara. Como no había camas suficientes para todos, es más no había cama para ninguno, tuvimos la idea de que los chicos se quedaran en mi casa durante el tiempo que la familia de Siva estuviera aquí.

Hicimos de cenar y nos sentamos en la mesa. Durante la cena, charlamos, y pasamos un buen rato. Pero, tras unas cervezas, necesitaba ir al baño. Subí al baño de la planta de arriba y en la puerta había un papel que decía: Elena. No podía ser verdad. ¿Otra más?

Te echo de menos.

Tiré la carta al suelo. No quería más tonterías de esas.

Cuando volví al salón Siva se levantó, al parecer quería decirnos algo importante.

-Bueno, no pensaba hacerlo ahora mismo pero creo que esta oportunidad no se presenta todos los días por eso me gustaría decirle algo a una de las personas más especiales de mi vida.- dijo mirando a Nareesha.

Yo ya estaba llorando, y eso que no sabía qué iba a decir.

-Nareesha, llevamos muchos años juntos y he disfrutado todos y cada uno de los días que he estado contigo, sé que no voy a encontrar alguien como tú en el mundo, ni siquiera que se te parezca. Me complementas y me completas, lo eres todo para mí y aunque nuestra relación sea seria me gustaría que diéramos por fin el siguiente paso. Nareesha – dijo acercándose hacia ella con una pequeña cajita- ¿quieres casarte conmigo?

Yo lloraba, Mac lloraba, los padres de Siva y sus hermanos lloraban, todos llorábamos, esperando con ansia la respuesta de Nareesha, que no era capaz de articular palabra.

-Bueno, ¿qué me dices?- dijo Siva nervioso.

Nareesha seguía sin poder hablar.

-Si no me contestas no sé si me lo voy a tener que tomar como un no.- dijo Seev cada vez más nervioso.

Nareesha no contestó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario