PHOENIX

jueves, 21 de marzo de 2013

CAPITULO 118


Increible.

Nos arreglamos y un rato después quedamos con los demás en casa de Kelsey.

¿Qué problema había en quedar con Kelsey? Pues que la rubia optativa vivía con ella, y era bastante incómodo volver a estar en el mismo espacio vital desde lo que ocurrió con ella. Suerte que Mac y Roberto estaban a mi lado y que Jay aún no había llegado.

-La tensión se puede cortar con cuchillo… - me dijo Roberto al oído.

+Esto está muy calmado, no has visto nada de lo que son capaces estas dos…- dijo Mac.

-Mejor dejarlo así…- contesté.

Vimos como Kelsey Ann salí de la habitación después de un rato, y había pasado de estar en pijama a llevar un vestido corto con unos tacones altísimos.

+ ¿Van a tardar mucho en llegar?- preguntó.

-¿Vienes con nosotros?- le pregunté extrañada al no saber nada.

+Por desgracia para ti, sí.

-¿Desgracia? ¿Para mí? –Reí- Para nada…

+No empecéis, por favor.- dijo Kelsey.

El timbre sonó. Salvados por la campana.

-Vámonos ya mejor…- sugirió Mac.

Me adelanté para salir de allí cuanto antes, y para mi sorpresa, cuando lo hice me encontré a Nathan con aquella tal Hayley.

-¡¿En serio?! ¡¿Por esta?!- dije indignada en cuanto vi a aquella delgaducha.- aparta.

+ ¿Y ahora qué te pasa, que estás loca?- dijo Nathan enfadado.

-Creo que para decirte lo que me pasa contigo hace falta un buen rato para explicártelo.

+Pues… la noche es larga.

Mac salió justo detrás de mí, pasando a Nathan completamente de largo, y agarrada de la mano de Roberto.

Los chicos nos estaban esperando abajo en unos taxis. Jay estaba solo en el último taxi, yo entré la última porque escuché un sonido extraño en mi abrigo, metí las manos en los bolsillos.

Eran mis llaves.

Llevé aquel abrigo la noche anterior.

Me salió una sonrisa sin querer.

Cuando me di cuenta, todos los taxis estaban llenos, excepto el de Jay, que seguía solo. Qué remedio, aunque esperaba que no hubiera una conversación incómoda por el beso de la noche anterior.

Me senté a su lado.

-¿Tú, a mi lado?- bromeó.

+Me han pagado bien…- reí.- ¡Adivina!

-¿Qué pasa?

Saqué mis llaves del bolsillo del abrigo.

+ ¿Estuvieron todo el rato ahí?

-Parece ser que sí…

+Te dije que aparecerían… Por cierto… por lo que pasó anoche…

¡Mierda!, acabó saliendo el tema…

 +No vengo a tener una conversación incómoda, solo quiero que sepas que me encantó, que no me arrepiento y que me gustaría mucho volver a repetirlo, si es cuanto antes mejor…

Me quedé completamente alucinada por lo que había dicho.

+Bueno, lo siento si te ha molestado lo que he dicho, pero es la verdad…

-No me molesta, al contrario, me gusta…

Me acarició la cara, pero le besé yo. Me senté encima de sus rodillas y seguí haciéndolo, me apetecía y no tenía por qué no hacerlo, y si lo tenía, me daba igual.

En un momento paró.

+ ¿Crees que está mal?- me dijo aún cerca de mis labios.

-¿Te sienta mal?

+No, pero no tenemos tantas cosas que hablar…

-¿Para esto hace falta hablar?

+No.- me dijo terminando la conversación con otro beso.

Llegamos al club mucho antes de lo que pensaba, entre sus labios siempre acababa parándose el tiempo.

Por suerte, Mac y Nathan no tuvieron que compartir taxi, y Jay y yo salimos con bastante disimulo, nadie había notado nada extraño, aunque la rubia optativa me seguía mirando con la misma cara de asco de siempre, y ya no sabía si había pasado algo, o era algo natural.

Nos sentamos, como siempre en unos enormes sillones rodeando una pequeña mesa donde pusimos las copas, Jay no se sentó a mi lado, pero Roberto sí lo hizo.

-Así que, tú eres el famoso italiano que ha traído Elena ¿no?- dijo Nathan que estaba sentado en frente nuestra junto a Hayley.

Mac estaba aún en la barra.

+Supongo que sí.- dijo Rob simpático.

-Así que… tú eres la famosa amiga que te quita los novios ¿no?- le dije a Hayley- menos mal que no tengo ninguno cerca…

Hayley se quedó seria e incómoda, pero me daba igual ser mala aquella noche. No me gustaba lo que había hecho y se lo iba a decir. Pensaba ser tan arpía como ella lo había sido.

+Bueno, no se diferencia mucho a ti.- dijo Kelsey Ann mientras le daba un trago a su copa de vino.

-¿Cómo has dicho?- contesté molesta.

Hayley se rio.

+Pues que tú tampoco me dejaste estar con Jay. Hasta que no nos separaste no dejaste de incordiar. Y al final, no ha sido para nada, porque ni siquiera os habláis… Que ganas de molestar…

Ahora la que me reía era yo.

-Menos mal que el loco es feliz en su locura…- contesté- pero esto no va ni contigo, Kelsey Ann, ni conmigo. Esto va con ella, y no me da la gana que en una semana que falte vengas a cambiarlo todo a tu gusto. ¿Quién te crees que eres para romper una relación?- dije enfadada.

+Yo no he roto absolutamente nada. Puede que se haya roto sola y no fuera tan idílica como todos pensabais.

Volví a reír.

+ ¿Idílica? Todos sabíamos que no lo era, pero ese no es motivo para que te metas en medio. Y aún menos cuando se suponía que eras su amiga.

Kelsey Ann hizo el amago para volver a hablar, pero la corté.

+Y no vayas a decir nada Kelsey Ann. Tú y yo no somos amigas, nunca lo hemos sido, y por lo que creo, nunca lo seremos. Y por último, yo, sí que no me he metido absolutamente en nada vuestro. Así que, supéralo.

-Paso de ti, gilipollas.- dijo Kelsey Ann levantándose.

+Pues muy bien… Y tú, ¿no vas a decir nada?- dije- cuando yo no estaba y la liaste eras más habladora ¿no?

-Piensa lo que quieras, yo no te conozco, pero si estoy o dejo de estar con Nathan es problema nuestro, no tuyo. Si a tu amiga le ha dolido, ya se le pasará.

+Me estoy controlando para no pegarte una paliza… ¡Y tú qué! ¿No dices nada?- le dije a Nathan- alucino contigo… me parece muy bien que nos evitemos pero… ¡Es Mac joder!

-Yo creo que no os deberíais pelear más.- dijo él.

+ ¡¿Ya está?! Cobarde…- dije levantándome de allí.- me voy a bailar, a ver si se me pasan las ganas de todo…

-¡Voy contigo!- dijo Roberto.

Estuvimos bastante rato bailando, pegaditos, saltando, incluso con coreografía. Pero el resto al parecer no tenía tantas ganas de fiesta como nosotros.

-¿Se te ha pasado ya el enfado?- me preguntó en una canción más lenta.

+Creo que sí ¿por qué?

-Pues porque creo que no deberías de ponerte así… al final el sufrimiento te lo llevas tú… Y bueno, desde mi punto de vista… si es verdad que la otra chica los ha engañado a los dos… ya le llegará su momento y todo volverá a su sitio, ¿no crees?

+Puede que lleves razón pero es que me pone de los nervios…

-Y otra cosa… ¿Por qué os odiáis la rubia aquella y tú?

Me reí.

+Es una historia tan larga que mejor que te la cuente mañana mientras cenamos ¿qué te parece?

-Una gran idea.

Después de aquello, estuvimos bailando, pero cada vez más pegados. Sabía moverse muy bien, se le notaba la sangre italiana. Sabía conquistar, incluso aunque no llevara esa intención.

Pero entre movimientos de cadera cuando pensaba que era Roberto el que me agarraba, pero cuando me di cuenta, Jay me estaba sacando de la pista y llevando a los baños.

Yo pensaba que quería más de mis besos, como antes, y procuré que no nos viera nadie.

-No me gusta que te abrace como yo quiero abrazarte.- me dijo empujándome contra la pared del baño y cerrando el pestillo.

+Pues entonces dejaré que me abrace más veces.- le dije mordiendo su cuello.

Él respiró hondo.

-Aunque me muero de ganas de besarte hasta que se haga de día, no he venido a eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario