PHOENIX

martes, 5 de marzo de 2013

CAPITULO 114

Cosas del alcohol.

-¡Mac!... ¡Mac, despierta que ya hemos llegado!- le dije para que pudiéramos irnos por fin.

No estaba ni ilusionada, ni entusiasmada, ni contenta, ni feliz, ni alegre. No quería estar allí, ni en Londres, en realidad, no quería estar en ningún sitio.

Obviamente, no podía quejarme, estaba con mis amigas, en Milán, en Italia, para pasar unos días estupendos con ellas, pero no tenía ánimo para nada. Durante el vuelo intenté dormir escuchando un poco de música, que siempre me relajaba, pero me fue imposible. Aunque tenía los ojos cerrados solo era capaz de pensar en Jay. Otra vez.

Mac por fin se levantó y tras esperar durante casi una hora para recuperar nuestras maletas, fuimos al hotel que había reservado Naree, justo en el centro de la ciudad, en la famosa galería Vittorio Emanuele II, un hotel de gran lujo que no se me ocurría ninguna forma de cómo Naree pudo reservar habitación allí. Era demasiado.

En cuanto llegamos a la habitación me tiré corriendo encima de aquella cama gigante que rebosaba almohadas y me quité los zapatos con los pies. Estaba muerta.

-Podéis hacer turismo sin mí chicas, no puedo más.- dije con la cabeza metida entre las almohadas.

+ ¡De eso nada!- dijo Nareesha- levántate ahora mismo, date una ducha para refrescarte, vístete y prepárate para pasear por las calles más bonitas del mundo, que nos lo merecemos.

-Me has convencido hasta a mi Naree, y eso que yo tenía ganas de ir…- dijo Mac.

-Vale, pues, entonces tendré que hacerlo.- dije despegándome de aquella nube que teníamos por cama.

Hicimos algo de turismo, incluso nos fuimos de compras a pesar de la resistencia de Mac, y por la tarde, Mac y yo esperamos a que Nareesha saliera de la reunión que tenía mientras nos tomábamos un helado en la Piazza del Duomo.

-¿Por qué has venido a Milán?- le pregunté a Mac mientras intentaba no mancharme el vestido de helado.

+ ¿Vas a empezar por la más difícil?

-¿Por qué no fuiste a verme al hospital ni cuando salí? ¿Dónde has estado?

+Vale, son todas preguntas complicadas… así que, voy a ser breve y sincera.

-Ahora mismo soy inmune a lo que sea…

+Sí que he ido a verte al hospital, pero estabas sedada. Y para cuando despertaste yo ya estaba completamente saturada, además sabía que Max te iba a cuidar bien.

-¿Saturada?

+Cuando os fuisteis a Santorini, conocí en el aeropuerto a una chica, Hayley, pensé que éramos amigas, pero ahora es la novia de Nathan.

Se me calló el helado.

-Sinceramente no sé si seguir hablando o dejar aquí el tema.

+Haz lo que quieras.

Me quedé un minuto mirando al suelo, sentía tristeza, rabia y enfado a la vez. Al final exploté.

-¿Nathan es idiota? No, no, no, la idiota eres tú que no hace nada. ¿Y cómo puede ser ahora su 
novia? Alucino con vosotros…

+Me acosté con John y no sé cómo se ha enterado… aunque lo hice porque sabía que él se había 
acostado primero con ella.

-Esto no tiene buena pinta… ¿Has hablado con Nathan?

+ ¿Sobre qué?

Reía por no llorar, o mejor dicho, por no pegarle una paliza en plena plaza a Mac para que 
despertara de una vez por todas.

-¡¿Cómo que sobre qué?! Tú espera a que volvamos a casa… sois idiotas de verdad…

+Mira quién fue a hablar…

-¡Eh! Eso ha sido un golpe bajo. Que yo sea idiota no implica que tú también tengas que serlo, 
cuando se supone que de las dos eres la que tiene las cosas claras.

+No tengo más ganas de hablar del tema.-dijo mientras se levantaba.

-Bienvenida a mi mundo.

No hablamos mucho más durante el tiempo que pasó hasta que Nareesha salió de la reunión, e 
inevitablemente no paré de pensar en la forma de arreglar aquel grandísimo error que estaban 
cometiendo. Y, como no, acabé acordándome de él.

¡¿Por qué?! ¿Por qué siempre acaba siendo el último de mis pensamientos? No tenía ganas de 
pensar en él, solo significaba problemas, y quebraderos de cabeza, y me habían pasado demasiadas 
cosas malas en muy poco tiempo como para que él siguiera siendo un problema más.

Cuando Nareesha salió de la reunión fuimos a cenar al restaurante Vun donde comimos pasta y 
lasagna  mientras hablábamos sobre el traje de novia de Naree, cuando me choqué con un chico en 
un momento que fui al baño.

Perdoni signorina!-Me dijo aquel chico.

+ ¡Lo siento!- aquel chico me sonaba muchísimo. Él se me quedó mirando igual que yo a él.

-¿Elena?

+ ¿Alessandro?

-¡Elena!

+ ¡Alessandro!

Nos dimos un gran abrazo.

-¡¿Cómo he podido no reconocerte?! ¡Estás bellísima!

+Muchas gracias Aless, creo que deberías de acompañarme a mi mesa… te vas a llevar una gran 
sorpresa…

-¿Todavía sigues viendo a aquel bozzolo? como se llamaba… ¡Alex!

+ ¿Alex? Que va… era demasiado comprometido para mí.

Fuimos hacia la mesa donde estaban Naree y Mac, Aless se puso detrás de ella y le tapó los ojos 
con las manos.

+Ele, no estoy para bromitas sinceramente.

Aless se acercó a su oído y le susurró.

-¿En serio crees que soy Elena?

+No puede ser.- dijo Mac con los ojos aún tapados.- ¿Aless?

-¡sono io!- dijo destapándole los ojos.

Mac se levantó rápidamente y le dio un fuerte abrazo a Aless.

+Te necesitaba, la verdad. Necesitaba un abrazo como este.- le dijo emocionada.- Bueno, te presento a Nareesha, Naree este es Aless un gran… amigo que nos presentó Phill, pero se quedó muy poco tiempo en Londres, quizá demasiado poco.

-Estoy cenando con unos amigos y después pensábamos salir con Matteo y Daniele también a un club de aquí cerca, ¿queréis apuntaros?

+Nareesha, ¿te apetece ir?- dijo Mac con una sonrisa que hacía tiempo que no veía.

-Creo que es hora de que nos lo pasemos bien de una vez, ¿No?

Mac empezó a dar saltos de alegría.

+Os vemos después de cenar, me ha alegrado mucho volver a verte.

Terminamos de cenar, y le contamos a Naree de qué conocíamos a Aless y toda aquella corta y bonita historia, después regresamos al hotel para arreglarnos antes de salir.

En el taxi, mientras miraba por la ventana y veía aquella hermosa ciudad, de noche, que en mi opinión todas las ciudades son más bonitas de noche, tienen más magia, pensé en que con quién de verdad me gustaría visitar aquella ciudad sería con él, y que, definitivamente ya no podía negar por más tiempo ni seguir mintiéndome, me gustaba, no, le quería, sentía por él algo más que una bonita amistad.

Amistad que había destrozado por ser una cobarde aunque no hubiera sido mi intención hacerlo. Así que me decidí a decirle al menos que le echaba de menos, que necesitaba que la relación entre nosotros fuese al menos como antes, que no quería tenerle más tiempo lejos de mí.

Cuando llegué al hotel me encerré en mi habitación, cogí el ordenador, pensé primero en llamarle pero en realidad necesitaba verlo.

Antes de hacer la videollamada me arreglé un poco el pelo, no sabía por qué pero quería que me viera guapa, si podía ser.

Sorprendentemente aceptó la videollamada, estaba tremendamente guapo, con la barbita de tres días que le quedaba tan jodidamente sexy, y que me hacía temblar, con un gorrito de aviador y un jersey clarito. Pero estaba muy serio.


-Hola Elena.

+Hola Jay.-Dije nerviosa.

-¿Quieres hablar con alguno de los chicos? ¿Llamo a Max o a Tom?

+No, no… la verdad es que… quiero hablar contigo.

-¿Conmigo? Si es para discutir… no tengo mucho ánimo la verdad… te echo demasiado de menos.

+ ¿Me echas de menos?

-Sí, joder. ¿También está mal?

+No. Yo también te echo de menos. Por eso te he llamado. Sé que tenemos una conversación larga y difícil pendiente pero quería hablar contigo ahora para decirte que…
Mac entró en mi habitación, diciendo que me preparase ya, que llegábamos tarde.

+Jay, tengo que colgar. Hemos quedado con unos amigos y llegamos tarde. Ya hablaremos ¿vale? Al menos quiero que nos llevemos bien, y… tienes que visitar Milán, es precioso.

-Bueno pues… pásatelo bien, te q…- fin de la conexión.
Mac me cerró la pantalla.

-¡Venga, que llegamos tarde!

+ ¡Voy! Que pesada te pones cuando te interesa, no se van a ir a ningún sitio.

Me arrepentí de lo que dije nada más terminar la frase.

+Bueno, lo siento, ya me visto rápido. Nos lo vamos a pasar como hace mucho que no nos lo pasamos.

Me arreglé, mientras recordaba lo guapo que estaba Jay y que me gustaría poder hablado con él algo más de dos palabras, pero al parecer no era el momento, quizás sería porque lo que tenía que decirle sería mejor que lo hiciera en persona.

Nos fuimos en taxi hasta Karma, un club con zonas al aire libre increíble.

En la puerta nos estaban esperando tofos los chicos, muy arreglados, bien vestidos con trajes de 
chaqueta, peinados y con perfume, muy italiano.

Mac llevaba un vestido gris oscuro muy ajustado, y como a ella le gustaba, muy corto. El vestido 
de Nareesha no era tan atrevido pero también era precioso, blanco con estampado de flores en 
negro, manga larga y un escote enorme en la espalda. Y yo, pues, al elegirlo lo más rápido que 
puse, me puse unos shorts con brillo y una camisa negra con escote por delante y por detrás.

-Estáis guapísimos chicos.- le dije a Matteo cuando lo vi.

+No tanto como vosotras. Os presento a Roberto, es un gran amigo, trabaja en la moda.

-Encantada, yo soy Elena, ¿en qué trabajas exactamente?

+Soy ayudante de dirección en Vogue Italia.

-Vaya… que suerte.

+La verdad es que sí. Los chicos me han hablado mucho de vosotras.

-Espero que bien.

+Por supuesto que sí. ¿Por qué no entramos y empezamos la fiesta como buenos italianos?

Entramos en aquel club que estaba a rebosar, no había espacio para absolutamente nada, y 
entramos todos juntos agarrados de la mano hasta que conseguimos encontrar un hueco en uno de 
los reservados.

La música era buenísima, bailamos y bebimos como si no hubiese mañana, Mac se quedó un rato 
hablando con Aless, contándose todo lo que les había pasado, y yo estuve bailando mucho con 
Roberto que, por cierto, era guapísimo, como la mayoría de los italianos.

Todos teníamos ya unas cuantas copas de más, yo no paraba de bailar y reírme con Roberto, pero, 
como siempre, algo pasaba. Empezó a sonar Glad You Came  en el club.

-¡Me encanta esta canción!- dijo Roberto mientras me cogía por la cintura.

Yo le miré fijamente a los ojos, pero los míos se empañaban con lágrimas. Cosas de alcohol.
Me salí a una de las terrazas y me senté en un banco, llorando. Roberto vino detrás de mí.

-¿Por qué lloras? ¿Esta canción te pone triste?

+No, no es eso.

-¿No te gusta el grupo? A mí me encanta… sobretodo el del pelo rizado… vaya culo… es tan sexy…

De repente, dejé de llorar. ¿Sexy? ¿Pelo rizado? ¿Hablaba de Jay? Y… ¡¿Le gustaba Jay?! ¡¿A
Roberto?!

+ ¿Eres… ya sabes… gay?

1 comentario:

  1. Ainé Martín5 de marzo de 2013 08:49
    PUAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA maldita ¬¬

    ITALIA ES MÍA, jo :'(

    Qué... cuqui es todo ^^ Jay y Elena se echan de menos :')

    (si, soy bipolar, ¿ALGÚN PROBLEMA?)

    TE QUIERE, cuqui

    http://wy.my/wp-content/uploads/2011/12/Blow_Kiss_by_HATEetc.jpg
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    Anónimo5 de marzo de 2013 14:20
    Oins, me a encantado. Cuando Elena vuelva a Londres tiene que estar con Jay!!! :D ATT: @MarielaCoyago

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