Cosas del alcohol.
-¡Mac!... ¡Mac, despierta que ya hemos llegado!- le dije
para que pudiéramos irnos por fin.
No estaba ni ilusionada, ni entusiasmada, ni contenta, ni
feliz, ni alegre. No quería estar allí, ni en Londres, en realidad, no quería
estar en ningún sitio.
Obviamente, no podía quejarme, estaba con mis amigas, en
Milán, en Italia, para pasar unos días estupendos con ellas, pero no tenía
ánimo para nada. Durante el vuelo intenté dormir escuchando un poco de música,
que siempre me relajaba, pero me fue imposible. Aunque tenía los ojos cerrados
solo era capaz de pensar en Jay. Otra vez.
Mac por fin se levantó y tras esperar durante casi una hora
para recuperar nuestras maletas, fuimos al hotel que había reservado Naree,
justo en el centro de la ciudad, en la famosa galería Vittorio Emanuele II, un
hotel de gran lujo que no se me ocurría ninguna forma de cómo Naree pudo
reservar habitación allí. Era demasiado.
En cuanto llegamos a la habitación me tiré corriendo encima
de aquella cama gigante que rebosaba almohadas y me quité los zapatos con los
pies. Estaba muerta.
-Podéis hacer turismo sin mí chicas, no puedo más.- dije con
la cabeza metida entre las almohadas.
+ ¡De eso nada!- dijo Nareesha- levántate ahora mismo, date
una ducha para refrescarte, vístete y prepárate para pasear por las calles más
bonitas del mundo, que nos lo merecemos.
-Me has convencido hasta a mi Naree, y eso que yo tenía
ganas de ir…- dijo Mac.
-Vale, pues, entonces tendré que hacerlo.- dije despegándome
de aquella nube que teníamos por cama.
Hicimos algo de turismo, incluso nos fuimos de compras a
pesar de la resistencia de Mac, y por la tarde, Mac y yo esperamos a que
Nareesha saliera de la reunión que tenía mientras nos tomábamos un helado en la
Piazza del Duomo.
-¿Por qué has venido a Milán?- le pregunté a Mac mientras
intentaba no mancharme el vestido de helado.
+ ¿Vas a empezar por la más difícil?
-¿Por qué no fuiste a verme al hospital ni cuando salí?
¿Dónde has estado?
+Vale, son todas preguntas complicadas… así que, voy a ser
breve y sincera.
-Ahora mismo soy inmune a lo que sea…
+Sí que he ido a verte al hospital, pero estabas sedada. Y
para cuando despertaste yo ya estaba completamente saturada, además sabía que
Max te iba a cuidar bien.
-¿Saturada?
+Cuando os fuisteis a Santorini, conocí en el aeropuerto a
una chica, Hayley, pensé que éramos amigas, pero ahora es la novia de Nathan.
Se me calló el helado.
-Sinceramente
no sé si seguir hablando o dejar aquí el tema.
+Haz lo que
quieras.
Me quedé un minuto mirando al suelo, sentía tristeza, rabia y enfado a
la vez. Al final exploté.
-¿Nathan es
idiota? No, no, no, la idiota eres tú que no hace nada. ¿Y cómo puede ser ahora
su
novia? Alucino con vosotros…
+Me acosté
con John y no sé cómo se ha enterado… aunque lo hice porque sabía que él se
había
acostado primero con ella.
-Esto no
tiene buena pinta… ¿Has hablado con Nathan?
+ ¿Sobre qué?
Reía por no
llorar, o mejor dicho, por no pegarle una paliza en plena plaza a Mac para que
despertara de una vez por todas.
-¡¿Cómo que
sobre qué?! Tú espera a que volvamos a casa… sois idiotas de verdad…
+Mira quién
fue a hablar…
-¡Eh! Eso ha
sido un golpe bajo. Que yo sea idiota no implica que tú también tengas que
serlo,
cuando se supone que de las dos eres la que tiene las cosas claras.
+No tengo más
ganas de hablar del tema.-dijo mientras se levantaba.
-Bienvenida a
mi mundo.
No hablamos
mucho más durante el tiempo que pasó hasta que Nareesha salió de la reunión, e
inevitablemente no paré de pensar en la forma de arreglar aquel grandísimo
error que estaban
cometiendo. Y, como no, acabé acordándome de él.
¡¿Por qué?!
¿Por qué siempre acaba siendo el último de mis pensamientos? No tenía ganas de
pensar en él, solo significaba problemas, y quebraderos de cabeza, y me habían
pasado demasiadas
cosas malas en muy poco tiempo como para que él siguiera
siendo un problema más.
Cuando
Nareesha salió de la reunión fuimos a cenar al restaurante Vun donde comimos pasta y
lasagna
mientras hablábamos sobre el traje
de novia de Naree, cuando me choqué con un chico en
un momento que fui al baño.
-¡Perdoni signorina!-Me dijo aquel chico.
+ ¡Lo
siento!- aquel chico me sonaba muchísimo. Él se me quedó mirando igual que yo a
él.
-¿Elena?
+
¿Alessandro?
-¡Elena!
+
¡Alessandro!
Nos dimos un
gran abrazo.
-¡¿Cómo he
podido no reconocerte?! ¡Estás bellísima!
+Muchas
gracias Aless, creo que deberías de acompañarme a mi mesa… te vas a llevar una
gran
sorpresa…
-¿Todavía
sigues viendo a aquel bozzolo? como
se llamaba… ¡Alex!
+ ¿Alex? Que
va… era demasiado comprometido para mí.
Fuimos hacia
la mesa donde estaban Naree y Mac, Aless se puso detrás de ella y le tapó los
ojos
con las manos.
+Ele, no
estoy para bromitas sinceramente.
Aless se
acercó a su oído y le susurró.
-¿En serio
crees que soy Elena?
+No puede
ser.- dijo Mac con los ojos aún tapados.- ¿Aless?
-¡sono io!-
dijo destapándole los ojos.
Mac se
levantó rápidamente y le dio un fuerte abrazo a Aless.
+Te necesitaba, la verdad. Necesitaba un abrazo como este.-
le dijo emocionada.- Bueno, te presento a Nareesha, Naree este es Aless un
gran… amigo que nos presentó Phill, pero se quedó muy poco tiempo en Londres,
quizá demasiado poco.
-Estoy cenando con unos amigos y después pensábamos salir
con Matteo y Daniele también a un club de aquí cerca, ¿queréis apuntaros?
+Nareesha, ¿te apetece ir?- dijo Mac con una sonrisa que
hacía tiempo que no veía.
-Creo que es hora de que nos lo pasemos bien de una vez,
¿No?
Mac empezó a dar saltos de alegría.
+Os vemos después de cenar, me ha alegrado mucho volver a
verte.
Terminamos de cenar, y le contamos a Naree de qué conocíamos
a Aless y toda aquella corta y bonita historia, después regresamos al hotel
para arreglarnos antes de salir.
En el taxi, mientras miraba por la ventana y veía aquella
hermosa ciudad, de noche, que en mi opinión todas las ciudades son más bonitas
de noche, tienen más magia, pensé en que con quién de verdad me gustaría
visitar aquella ciudad sería con él, y que, definitivamente ya no podía negar
por más tiempo ni seguir mintiéndome, me gustaba, no, le quería, sentía por él
algo más que una bonita amistad.
Amistad que había destrozado por ser una cobarde aunque no
hubiera sido mi intención hacerlo. Así que me decidí a decirle al menos que le
echaba de menos, que necesitaba que la relación entre nosotros fuese al menos
como antes, que no quería tenerle más tiempo lejos de mí.
Cuando llegué al hotel me encerré en mi habitación, cogí el
ordenador, pensé primero en llamarle pero en realidad necesitaba verlo.
Antes de hacer la videollamada me arreglé un poco el pelo,
no sabía por qué pero quería que me viera guapa, si podía ser.
Sorprendentemente aceptó la videollamada, estaba
tremendamente guapo, con la barbita de tres días que le quedaba tan jodidamente
sexy, y que me hacía temblar, con un gorrito de aviador y un jersey clarito.
Pero estaba muy serio.
-Hola Elena.
+Hola Jay.-Dije
nerviosa.
-¿Quieres hablar con
alguno de los chicos? ¿Llamo a Max o a Tom?
+No, no… la verdad es
que… quiero hablar contigo.
-¿Conmigo? Si es para
discutir… no tengo mucho ánimo la verdad… te echo demasiado de menos.
+ ¿Me echas de menos?
-Sí, joder. ¿También
está mal?
+No. Yo también te
echo de menos. Por eso te he llamado. Sé que tenemos una conversación larga y
difícil pendiente pero quería hablar contigo ahora para decirte que…
Mac entró en mi habitación, diciendo que me preparase ya,
que llegábamos tarde.
+Jay, tengo que
colgar. Hemos quedado con unos amigos y llegamos tarde. Ya hablaremos ¿vale? Al
menos quiero que nos llevemos bien, y… tienes que visitar Milán, es precioso.
-Bueno pues… pásatelo
bien, te q…- fin de la conexión.
Mac me cerró la pantalla.
-¡Venga, que llegamos tarde!
+ ¡Voy! Que pesada te pones cuando te interesa, no se van a
ir a ningún sitio.
Me arrepentí de lo que dije nada más terminar la frase.
+Bueno, lo siento, ya me visto rápido. Nos lo vamos a pasar
como hace mucho que no nos lo pasamos.
Me arreglé, mientras recordaba lo guapo que estaba Jay y que
me gustaría poder hablado con él algo más de dos palabras, pero al parecer no
era el momento, quizás sería porque lo que tenía que decirle sería mejor que lo
hiciera en persona.
Nos fuimos en taxi hasta
Karma, un club con zonas al aire libre increíble.
En la puerta nos
estaban esperando tofos los chicos, muy arreglados, bien vestidos con trajes de
chaqueta, peinados y con perfume, muy italiano.
Mac llevaba
un vestido gris oscuro muy ajustado, y como a ella le gustaba, muy corto. El
vestido
de Nareesha no era tan atrevido pero también era precioso, blanco con
estampado de flores en
negro, manga larga y un escote enorme en la espalda. Y
yo, pues, al elegirlo lo más rápido que
puse, me puse unos shorts con brillo y
una camisa negra con escote por delante y por detrás.
-Estáis
guapísimos chicos.- le dije a Matteo cuando lo vi.
+No tanto
como vosotras. Os presento a Roberto, es un gran amigo, trabaja en la moda.
-Encantada,
yo soy Elena, ¿en qué trabajas exactamente?
+Soy ayudante
de dirección en Vogue Italia.
-Vaya… que
suerte.
+La verdad es
que sí. Los chicos me han hablado mucho de vosotras.
-Espero que
bien.
+Por supuesto
que sí. ¿Por qué no entramos y empezamos la fiesta como buenos italianos?
Entramos en
aquel club que estaba a rebosar, no había espacio para absolutamente nada, y
entramos todos juntos agarrados de la mano hasta que conseguimos encontrar un
hueco en uno de
los reservados.
La música era
buenísima, bailamos y bebimos como si no hubiese mañana, Mac se quedó un rato
hablando con Aless, contándose todo lo que les había pasado, y yo estuve
bailando mucho con
Roberto que, por cierto, era guapísimo, como la mayoría de
los italianos.
Todos
teníamos ya unas cuantas copas de más, yo no paraba de bailar y reírme con
Roberto, pero,
como siempre, algo pasaba. Empezó a sonar Glad You Came en el club.
-¡Me encanta
esta canción!- dijo Roberto mientras me cogía por la cintura.
Yo le miré
fijamente a los ojos, pero los míos se empañaban con lágrimas. Cosas de
alcohol.
Me salí a una
de las terrazas y me senté en un banco, llorando. Roberto vino detrás de mí.
-¿Por qué
lloras? ¿Esta canción te pone triste?
+No, no es
eso.
-¿No te gusta
el grupo? A mí me encanta… sobretodo el del pelo rizado… vaya culo… es tan sexy…
De repente,
dejé de llorar. ¿Sexy? ¿Pelo rizado? ¿Hablaba de Jay? Y… ¡¿Le gustaba Jay?! ¡¿A
Roberto?!
+ ¿Eres… ya
sabes… gay?
Ainé Martín5 de marzo de 2013 08:49
ResponderEliminarPUAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA maldita ¬¬
ITALIA ES MÍA, jo :'(
Qué... cuqui es todo ^^ Jay y Elena se echan de menos :')
(si, soy bipolar, ¿ALGÚN PROBLEMA?)
TE QUIERE, cuqui
http://wy.my/wp-content/uploads/2011/12/Blow_Kiss_by_HATEetc.jpg
Responder
Anónimo5 de marzo de 2013 14:20
Oins, me a encantado. Cuando Elena vuelva a Londres tiene que estar con Jay!!! :D ATT: @MarielaCoyago