PHOENIX

miércoles, 13 de marzo de 2013

CAPITULO 115


This are my confessions.

Él empezó a reírse, y yo empecé a arrepentirme de la pregunta que le acababa de hacer, quizás
le sentó mal o algo por el estilo, aunque esperaba que no fuera así. No quería que pensara que
era una estúpida.

-Pues… sí, soy gay. Y ese chico me encanta.

+ ¿Quién? ¿Jay?

-Sí.

Ahora empecé a reírme yo.

-¿Por qué te ríes?

Aún seguía afectada por el alcohol.


+Pues porque le conozco, a él y a todos.

-¿De verdad? Que suerte…

+Sí, se puede decir que son mi familia.

-Pues tienes que presentarme urgentemente al del pelo rizado, me encanta ese chico, ya te lo he dicho.

+A mí también me encanta…- dije mirando al suelo.

-A ver, sé que no es de mi incumbencia pero no me gusta ver a las chicas llorar… Te ha pasado algo con él, ¿verdad?

+Pues sí.

-Cuéntame, seguro que no es para tanto.

+No quiero agobiarte con mis problemas, hemos venido aquí a pasárnoslo bien y al final lo he estropeado todo, como siempre.

-No digas eso, puedes contarme lo que quieras, no creo que ninguno de tus amigos vaya a ser más imparcial y objetivo que yo, que soy un desconocido.

+Tienes razón. Pues si te lo puedo resumir de alguna manera… Estoy enamorada de mi mejor amigo. Bueno antes era mi mejor amigo, ahora no sé siquiera si somos amigos porque lo compliqué todo al empezar a acostarme con él para poder tenerlo de alguna forma, pero el juego se terminó cuando él empezó a salir con Kelsey Ann, que nos odiamos mutuamente, entonces yo acabé yéndome con Jeremy, el chico más perfecto que he conocido nunca, pero después de irnos los cuatro a Grecia de viaje me atropellaron y cuando desperté de la sedación Jeremy me dejó y Jay desapareció, y Kelsey Ann le dejó, y me acosté con Max, y él y Jay se pegaron y yo con Kelsey Ann y por eso he venido aquí, porque no aguantaba más problemas. Pero no puedo evitar echarle de menos. Aunque tengo muchísimo miedo a romper mi relación con él por completo. Y creo que eso es todo.

Roberto se quedó sin pestañear mientras me miraba y movía la cabeza de un lado a otro, después se echó las manos a la cara y se refregó los ojos.

-Es más complicado de lo que yo pensaba…- dijo dando un suspiro- a ver, ¿no le has dicho lo que sientes, por romper tu relación con él, o por miedo a que él no sienta lo mismo que tú?

Me quedé un rato pensando su pregunta para saber qué contestar.

-Porque…- prosiguió- si de verdad es tu amigo, se supone que no tiene por qué cambiar la relación que tiene contigo aunque tú sientas algo por él.

+Bueno, eso es lo que todos dicen, pero yo no me lo creo. Quieras o no, la relación cambia, porque tú ya sabes que la otra persona no te ve como una simple amistad.

-Puede ser, pero solo al principio, porque todo se supera. No vas a estar enamorada de él eternamente, o al menos aprenderás a vivir con que él no te quiere del mismo modo. Siempre suponiendo que él no siente lo mismo que tú, cosa que no puedes saber porque no se lo has preguntado.

+Él tampoco lo ha hecho.

-Bueno, los tíos somos unos cobardes, pero piensa que a lo mejor él tampoco lo ha hecho porque piensa igual que tú y tiene el mismo miedo.

+Ahora ya no sé qué contestar…

-No hace falta que digas nada. Solo quiero que sepas, que al menos a mí me gusta que la gente que quiero lo sepan, ya sea de una manera o de otra.

+Muchas gracias por escucharme y ayudarme sin motivo.

-No me las des, ¿bailamos?

+Claro que sí.

Roberto tenía razón, ya era hora de dejar de sufrir, tenía que volver a ser como era antes, y sobretodo tenía que hacer que Jay supiera que lo quería, las consecuencias ya las había sufrido, no importaba nada más.

La noche acabó mejor incluso de cómo había empezado. Sobre todo para Mac, que al parecer quiso recordar con Aless su bonita y efímera aventura que tuvieron en Londres.

Me alegraba verlos juntos, y volver a ver a Mac sonreír, pero, por otro lado, pensaba en Nathan. La verdad es que mi relación con él ya no era la misma tampoco, bueno no nos hablamos, es más nos evitábamos y le echaba muchísimo de menos, porque éramos como hermanos, y ahora También tendría que arreglar las cosas con él, aunque quisiera darle una paliza por dejar así a Mac. Idiota.

De todas formas, intentar que Mac y Aless no estuvieran juntos, al menos mientras estuviéramos en Italia, era estúpido y egoísta. Si aquello hacía que se le olvidaran los problemas y estuviera feliz durante un tiempo, mejor para ella y yo no era nadie para impedirlo.

Obviamente, Aless y Mac salieron juntos del club, y después dieron un paseo romántico por las calles de la ciudad italiana. Mac no durmió con nosotras.

A la mañana siguiente, mientras Nareesha tenía la última reunión, yo me quedé en el hotel, a esperar a que las chicas volvieran.

Cogí el ordenador y me puse a ver todas las fotos que tenía, las fiestas, los días en casa, los grandes momentos, los viajes… y he de reconocer que se me escapó alguna lágrima.

Pero, para mi sorpresa, mientras veía las fotos de uno de los días me quedé haciendo maratón de películas con el del pelo rizado, recibí una videollamada.

-¿Hola?- dije extrañada.

+Hola bonita. ¿Cómo estás?

-Estoy viendo fotos en el ordenador.

+ ¿Tú sola? ¿Y las demás?

-Mac está perdida y Naree está en una reunión.

+ ¿Entonces te han dejado sola?

-Parece que si…

+ ¿Y no vas a ver la ciudad? Eso es muy raro en ti, gata callejera.

-Fíjate, todo lo que he cambiado.

+Si yo estuviera allí, ya habríamos visto todos los escondites de la ciudad, que seguro que hay muchos. Aunque tuviera que llevarte a rastras.

-No creo que pusiera mucha resistencia de todas formas, es un sitio precioso, pero demasiado especial para verlo sola…

+Bueno, como tú.

-¿Cómo yo?

+Sí, preciosa y especial.

-Jay…

+Necesito que hablemos, Elena.

-Yo también lo necesito, pero este no es el momento.

+Pues tiene que llegar ya.

-Esta noche vuelvo.

+Ya te estoy esperando.

-Llego tarde.

+Yo lo único que quiero hacer es esperarte hasta que llegues, y eso hago.

-¿Por qué?

+Por motivos que te daré mientras te miro a los ojos.

Llamaron a la puerta de mi habitación, pensé que era Nareesha que ya había vuelto de su reunión.

-¿Roberto, cómo sabes que estaba aquí?

+Os acompañé anoche, ¿quieres dar un paseo?

-Estoy hablando con alguien que te gustaría ver por video llamada…- dije sonriendo.

Llevé a mi habitación a Rob, y cuando Jay le vio se quedó algo extrañado.

+ ¿Quién es?-dijo serio.

-Hola, soy Roberto.

+Elena, me tengo que ir, los chicos me esperan. Pásalo bien, espero verte esta noche.

-No, pero Jay si…- fin de la conexión.

Cerré el ordenador enfadada, por su enfado sin motivo. Otra vez igual.

-¿Hay algún sitio donde perderse en esta ciudad?

+Lo hay.

Salimos rápido de mi habitación y paseamos, me apetecía andar, fuimos a un parque y nos sentamos cerca de un lago.

-Pensaba decírtelo cuando estuvieran las demás, pero al parecer va para rato, así que te lo cuento a ti primero.- me dijo Roberto.

+Claro, cuéntame.

-Pues esta mañana mi jefe estuvo hablando conmigo, y me ha mandado durante un mes a… Londres. Así que tendré que vivir allí durante un tiempo.

+ ¿En serio? ¡Joder, que alegría! ¿Ya sabes en que parte de Londres vas a vivir?

-Ese es el problema, que no tengo nada.

+Bueno pero ya tendrás tiempo de sobra para buscarte algo ¿no?

-Eso creía yo hasta que me enteré de que mi vuelo salía esta noche.

+No creo… ¡Yo también me voy esta noche de vuelta! Pues, no creo que Mac se oponga, así que mientras encuentras algo puedes quedarte con nosotras, no tenemos habitación de sobra pero nuestro sofá es muy cómodo, te lo aseguro.

-¿Vas a dejar que un desconocido viva en tu casa?

+No creo que seas peor de mucha de las personas que conozco.

1 comentario:

  1. Anónimo13 de marzo de 2013 10:25
    Ahhh! No me dejes con la intriga. Por favor que llegue el capitulo en el que Elena y Jay hablen de una jodida vez :D! Me a encantado, porfi, porfi, porfi no me dejes con la intriga mucho tiempo xD!
    ATT: @MarielaCoyago

    ResponderEliminar