CAPITULO 122

Ya no más.

-No puede ser… tienes que venir a la boda de Nareesha… ¿Cuándo te vas?- dije enfadada- ¡Y porqué!

+Es algo largo y complicado de explicar…- dijo ella como si no pasara nada.

-Hay tiempo.- dijo Nareesha seria.

+Para esto, desgraciadamente, tenemos todo el del mundo.- dijo Kelsey.

+Elena, recuerdas la conversación que tuviste con Max en casa…

-¿Tú cómo sabes eso?

+Pues porque estaba allí, y me enteré de todo.

-¿Y por eso te vas? Pensábamos hablar con los tres.

+No me voy por vosotros, me voy por él, por no decirme que no se había ido con ella, por ser un cobarde, por haberlo sido siempre. Acabó eligiéndola y a mí, perdiéndome.

-Sigo sin verle el motivo. Me parece muy bien que te enfades, pero ¿irte?

+Me voy, como todas las veces que te has ido tú.

Me dejó callada.

Durante unos segundos.

-Yo me he ido, pero no para siempre. ¿Seguro que es por Nathan y no es por Aless?

+Bueno, si a Aless le parece bien que yo esté con él, pues entonces a mí también me lo parece.

-Increíble, eres increíble.- le dije decepcionada.

+Lo sé.

-Esta vez no estoy de broma, Mac.

Tiré mi vestido, me despedí de las chicas y me fui corriendo a buscar a Max, teníamos que hablar con Nathan para aclararlo todo antes de que Mac se fuera. Y mientras tanto, no tenía más remedio que aplazar mis citas para hablar con Jay, mientras él no dejaba de insistir. Si se cansaba de esperar, lo entendería.

Al contarle a Max lo que había pasado rápidamente reunió a Hayley y a Nathan en casa.

-Tú, siéntate en el sofá y no te muevas.- le dije a Hayley.

+ ¡Quién te crees para hablarme así!

-Mira… tú… No eres la primera zorra como tú con la que trato, así que mejor que te sientes y escuches…

+Elena, no te pases…- dijo Nathan.

-¡Pues claro que me paso! ¡Cómo pudiste dejar de luchar por Mac por una como esa! ¿Sabías que Mac se fue con John porque tu querida… como se llame, le dijo que os habíais ido acostado el día de la fiesta en mi casa? ¿O eso no te lo había contado la encantadora Hayley?

Nathan miró a Hayley con intriga mientras ella intentaba disimular.

+ ¿Es eso cierto, Hayley?

 Ella le dio la mano, pero él se apartó.

-Cuando me contaste aquello el otro día le pregunté a Elena para estar seguro de que lo que pensaba era verdad….

+Entonces… todo esto lo has liado tú… y yo la he perdido por tu culpa… cuando yo ni siquiera te quiero. Tengo que verla…

-Pero… Nathan… no les creas… yo he estado todo este tiempo a tu lado, no como ellos…

+Ni se te ocurra seguir- Nathan la cortó- como hables mal de mi familia, no respondo… vete, que no quiero volver a verte en mi vida, mentirosa.

-¿Eso es lo que quieres Nathan? ¿Quieres que me vaya?- le gritó.

Nathan la miraba fijamente a los ojos de forma desafiante, pero no dijo una palabra.

Hayley le aguantó la mirada durante unos segundos y después recogió sus cosas para irse.

-Muy bien, me voy, pero no pienses que esto se ha acabado aquí. Se acabará cuando yo lo diga, eso tenlo muy claro Nathan. Y a ti que te den, zorra.- dijo dirigiéndose a mí.

Salió dando un portazo, y la casa se quedó en silencio.

Nathan se sentó en el sofá con las manos en la cabeza, yo me senté a su lado y le rodee con mi brazo por un lado, Max hizo lo mismo por el otro.

-Tranquilo, todo va a salir bien.- le dije intentando que se sintiera mejor.- ¡Qué digo! No voy a dejar que se vaya a Italia, no os lo merecéis.

Nathan me miró con los ojos llorosos, me mataba verlo así, así que le cogí del brazo y lo saqué de allí para buscar a Mac.

No había manera de encontrar a Mac, no estaba en casa, ni en casa de Kelsey, ni con Nareesha, no cogía el teléfono… no estaba en ningún sitio.

+No la vamos a encontrar…- dijo Nathan desesperado- de todas formas ya la he perdido…

-¡No digas eso ni en broma!- dije enfadada.- déjame pensar… creo que sé dónde está.

Efectivamente, seguía conociendo a Mac a pesar de todo. La encontramos. Estaba sentada en un escalón, con una libreta, mientras escuchaba música, en un lugar especial. El Big Ben.

Dejé a Nathan con Max a unos metros de dónde ella estaba, y me senté a su lado, ella me miró y se quitó los auriculares, pero no dijo nada, ni yo tampoco.

Estuvimos en silencio durante unos segundos.

-No te voy a decir que todo esté solucionado – le dije- pero aún podéis aclarar las cosas, al menos.

+No me van los cobardes – dijo ella- parece mentira que no lo sepas ya.

-No es un cobarde en absoluto, pero no puedes pedir que ponga remedio a problemas que no sabe que existen. Tú tampoco has ido a hablar en ningún momento, ni has cuestionado lo que han dicho los demás, te has limitado a actuar sin saber.

+Ya está todo decidido Elena, me voy a ir.

-Vale, vete, pero no cometas los errores que he cometido yo, habla con él.

Le hice una señal a Nathan para que viniera.

Se sentaron y hablaron, durante unas horas. Max y yo nos fuimos con la esperanza de que lo que todo saliera bien, pero teníamos serias dudas de que fuera a ser verdad.

Esa noche Mac no durmió en casa.

Nathan tampoco.

Al día siguiente no tuve tiempo de nada, entre el trabajo, los estudios y los preparativos de la boda estaba demasiado ocupada para nada.

Los vestidos estaban listos, incluso el de Mac, seguía teniendo la esperanza de que no nos fallara.

No se podía ir.

Por la noche, vi a Mac, pero estaba dormida, y no quise molestarla aunque tenía ganas de hacerlo, tenía que contarme lo que habían hablado, pero sabía que tendría que ser ella la que viniera a decírmelo a mí.

No podía dormir, estuve toda la noche dando vueltas, Mac y Nathan ocupaban mis pensamientos, pero también lo hacía Jay, y… Jeremy.

Volvieron a mi mente todos los recuerdos que tenía junto a él. Su sonrisa, su mirada, todo, incluido la temida pregunta.

-¿Por qué te fuiste?- me preguntaba mientras miraba sus fotos que colgaban de mi pared.

Tenía miedo, quería verle, necesitaba hacerlo, pero tenía mucho miedo.

Había pasado mucho tiempo desde que se marchó.

Era otro capítulo más de mi vida que había dejado sin cerrar.

Aquella noche que pasé en vela, lloré, mucho, pero tenía que ser fuerte, esta vez era yo la que tenía que hacerse cargo de la situación.

Al día siguiente, una de mis mejores amigas se casaría con uno de mis mejores amigos, ellos eran mi familia, y me necesitaban, no era la protagonista, tenía que estar al cien por cien, y  les iba a demostrar que podían contar conmigo en cualquier momento, pasara lo que pasara.

Puse todo mi empeño en descansar para poder darlo todo. Me esperaba un día muy largo, no tenía tiempo para ser débil, ni quería seguir siéndolo.

Ya no más.

Solucionaría y cerraría todo lo que había dejado pendiente hasta entonces.