PHOENIX

jueves, 5 de septiembre de 2013

CAPITULO 4

You can buy my love with concert tickets.

Cuando metía la mano en el bolsillo de mi abrigo me di cuenta de que había algo, como un papel, lo saqué para ver que era.

-¿Qué es?- pregunté sorprendida.

+ ¡Míralo!

Eran dos entradas para Katy B, la chica de la canción de Navidad que Jay me grabó en un cd en una de sus notas.

-Intentando enmendar errores del pasado, ¿no?- bromeé.

+ ¿Te han dicho alguna vez que puedes ser realmente malvada?- dijo apretujándome entre sus brazos.

-No, pero yo lo sé.- sonreí.

Bajamos de la noria, y me llevó a casa. Mañana sería un nuevo día, un día repleto de trabajo.

-¿Quieres subir?- le propuse antes de salir del coche.

+No, hasta la tercera cita. No me tientes…

-¡¿En serio?! ¡¿Hasta la tercera cita?!

+Totalmente en serio.- reía.

-¿Te apetece tener la segunda y tercera cita ahora, arriba, en mi casa?

+Buenas noches, pequeña.

-Joder, cómo te odio.

+Lo sé, por eso yo también te odio.- seguía riendo.

-A mí no me hace gracia, capullo. Ya tendré mi revancha. Aunque… muchas gracias por lo de hoy, nunca había tenido una cita tan perfecta.

+Que descanses, preciosa.

Nuevo día.

Casi llegué tarde a trabajar aquella mañana, y no me lo podía permitir, Martin ya me daba respeto de por sí, así que cuando se enfadaba, temblaba Londres, y todo mi cuerpo.

Conseguí adelantar bastante trabajo acerca del meet and greet de los chicos, ya teníamos lugar, proveedores, juegos organizados, y sólo faltaba organizar el sorteo para ver quién iría.

No vi a Jay en toda la mañana.

A la hora de comer había quedado con Kelsey para comer, así que fui a recogerla a la escuela de baile, sabía que me encontraría con Kelsey Ann, así que intentaba estar lo más serena posible pero, para mi sorpresa, no estaba allí, ni había estado durante toda la mañana.

-¿Dónde está…? ya sabes.- le pregunté al ver que no estaba con ella.

+No lo sé, hoy no ha venido a trabajar, y, cuando hablé con ella, me dijo que iba a resolver un asunto importante, que tenía una conversación entre manos. Aunque he quedado esta tarde con ella, ¿te apuntas?

-No, tranquila. Mejor que no.

+No podéis estar así para siempre.

-Para siempre, es mucho tiempo.

Cambiando de tema, fuimos a comer a Nandos.

+ Por cierto, ¿qué tal con Jay?

-Demasiado bien… no sabes lo asustada que estoy Kels… seguro que ahora, como todo está bien, tiene que pasar algo malo…

+Bueno, tú ya sabrás que una relación tiene sus altibajos, pero, seguro que estaréis bien…

-No sé Kels… ¡Ayer tuvimos una cita!

+ ¿Y qué tiene eso de malo? Ojalá Tom me preparara a mi alguna cita…

-¿Por qué? Yo, al menos, no sé cómo actuar en una cita…

+Improvisa.

-Eso sí que se me da bien. ¡Ya sé! Voy a darle una sorpresa esta tarde…

+Pues… ya me contarás ¿no? Eso sí, no seas una guarrilla.

-Kels, ¿has visto a Jay? No se puede no ser una guarrilla con él…

+Esto, tendrás que contármelo una noche, con mucho alcohol de por medio.

-¡Y chocolate!

+ ¡Y chocolate!

Después de comer con Kelsey, repasé el último informe y se lo entregué rápidamente a Martin, y, mientras me dirigía a casa de los chicos llamé a Jay para que fuera para allá.

Llamada uno. No disponible. Llamada cuatro. Comunicando. Llamada seis. Por fin hubo respuesta.

-¿Jay?

+ ¿Elena?

-¡Obviamente que sí!- dije un poco enfadada. Ya casi estaba llegando a su casa.

+Perdona. ¿Qué quieres?

-¿Estás en casa? Tengo una sorpresa para ti…- de camino a casa de Jay, me pasé por casa para coger mi 
“kit anti-resaca”, receta del mismísimo Jay, y que, aunque ninguno de los dos sufriera de esta, creía que era una buena excusa para, simplemente, pasar el tiempo juntos.

No contestaban.

-¿Jay?

+Ehm, sí, bueno, ahora mismo no estoy en casa.

-Bueno, pues…- colgó.

Colgó justo en el momento en el que estaba junto a la puerta. Me senté en el escalón. A improvisar.
Mientras improvisaba, después de haberme leído y releído de principio a fin las caratulas de las películas que le había traído a Jay, haberme comido todas las chocolatinas y los caramelos, decidí llamar a Nareesha, para ver cómo les iba a los enamorados en su luna de miel, pero aquel día, era el día de no cogerme el teléfono, así que, aunque sabía que iba a estar con la rubia optativa, decidí ir a ver a Kelsey tras mi plantón, para… hacernos compañía mutuamente, si ella quería.

Unos minutos después, y unos cuantos trasbordos de metro, llegué a casa de Kelsey exhausta, me caía de sueño, y en realidad, al llegar a su casa, sólo quería estar en la mía y dormir.
Llamé a la puerta.

-¡¿Kelsey Ann, otra vez se te han olvidado las llaves?!- gritó tras la puerta.

+ ¡Soy Elena!- dije yo.

+Entonces… Kelsey Ann… tampoco está…

-¡Elena!- dijo al abrir la puerta.- pensaba que estabas con Jay.

+Yo también pensaba que lo estaría… ahora… soy una chica plantada- reí- ¿unas pelis?

-¡Claro! No estoy haciendo nada, en realidad.

+Oye… ¿sabes dónde está Jay?

-¿Con los chicos?

+No, ellos están en el estudio y él no ha aparecido por allí en todo el día.

-Pues… no se… estará preparándote otra de sus citas románticas.

+Al menos podría haberme puesto una excusa… aunque fuera mala…

Vimos las pelis, pero seguía muy cansada, y ya era tarde. No quería quedarme en casa de Kelsey porque estaba muy lejos del centro y tenía que trabajar por la mañana temprano. Así que, me despedí de ella, y salí camino al metro.

Pero, en la esquina a casa de Kelsey, vi que paraba un coche igual que el de Jay. No quería volverme neurótica ni psicópata, pero el coche era la misma marca, el mismo modelo y el mismo color, así que ralenticé un poco el paso para ver mejor.

De aquel coche se bajaba una chica bajita y rubia, y tras él, indudablemente, un chico muy alto, y con rizos. Aun así, no me dirigí a ellos.

Tras salir del coche, el chico fue hacia la chica y le dio un fuerte abrazo, pero ella le empujó hacia atrás. Después, ella, aun agarrándole, se le quedó mirando muy fijamente, e iba acercándose un poco más, como en busca de… un beso.

1 comentario:

  1. OYEEEEEEEE ¿Dónde está el capítulo que me prometiste? :'''''''''''''''''''''''''''( Shoro

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